◆V E I N T E◆

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Estaba parada en el porche cuando me di cuenta de que no tenía las llaves. Anoche Yoongi me había sacado de casa tan de prisa que ni siquiera había podido coger el bolso. Así que me vi a mi misma llamando a mi propia puerta, esperando que papá estuviera despierto para abrirme. Temiendo, asustándome, recordando. Di un paso atrás cuando el pomo giró y la puerta se abrió. Ahí estaba papá, con los ojos rojos detrás de sus gafas. Se veía realmente pálido, como si hubiese estado enfermo y podía ver que su mano temblaba en el pomo de la puerta.

—______(tn). No olía a whisky. Dejé salir el aire que no sabía que estaba conteniendo.

—Hola, papá. Yo, um, me dejé las llaves anoche, así que...— Se movió lentamente hacia adelante, como si tuviera miedo de que fuera a salir corriendo. Luego envolvió sus brazos alrededor de mí, apretándome contra su pecho y enterrando su cabeza en mi cabello.

Nos quedamos así juntos durante un buen rato y cuando finalmente habló, me di cuenta de que las palabras salían como sollozos

—Lo siento tanto—.

—Lo sé— murmuré en su camiseta. Yo también estaba llorando. Papá y yo hablamos mucho más ese día de lo que habíamos hablado en diecisiete años. No es que no estuviéramos unidos antes. Es sólo que ninguno de los dos era muy expresivo. No compartíamos pensamientos o sentimientos o hacíamos esa clase de cosas que la gente dice que es importante en esos anuncios de servicio público que ves en Nickelodeon.

Cuando cenábamos juntos, siempre lo hacíamos frente al televisor y no había manera que cualquiera de los dos interrumpiera el programa con alguna conversación tonta. Así es cómo éramos. Pero ese día hablamos. Hablamos sobre su trabajo. Hablamos sobre mis calificaciones.
Hablamos sobre mamá.

—No va a regresar, ¿verdad? — Papá se quitó las gafas y se frotó la cara con ambas manos. Estábamos sentados en el sofá. Por una vez, el televisor estaba apagado.

Nuestras voces eran las únicas que se oían en el cuarto.

Estaba bien ese medio-silencio, pero era aterrador al mismo tiempo.

—No, papá— dije tratando de coger su mano valientemente. —No lo hará. Este ya no es el lugar adecuado para ella. —. Él asintió.

—Lo sé. Sabía desde hace tiempo que ella ya no era feliz... tal vez incluso antes que ella lo supiera. Sólo esperaba...—.

— ¿Qué hubiera cambiado de idea? — Sugerí, —creo que ella también lo quería. Es por eso que se seguía yendo y regresando ¿sabes? No quería encarar la verdad. No quería admitir que quería un...— hice una pausa antes de decir la siguiente palabra—... divorcio—. Divorcio sonaba tan definitivo. Más que una pelea. Más que una separación o una larga gira de conferencias. Significaba que su matrimonio, su vida juntos, estaba realmente acabada.

—Bueno— suspiró apretando mi mano también. —Creo que los dos seguimos diferentes caminos—.

— ¿Qué quieres decir? —. Papá sacudió la cabeza. —Tu madre cogió un Mustang y yo una botella de whisky—. Se puso de nuevo las gafas y se las ajustó, era un hábito inconsciente, siempre hacía eso cuando trataba de demostrar algo. —Estaba tan devastado por lo que tu madre me hizo que olvidé lo terrible que es beber. Olvidé ver el lado bueno—.

—Papá— dije. —No creo que haya un lado bueno en un divorcio. Todo lo que tenga algo que ver con uno es horrible—. Él asintió.

—Tal vez sea verdad, pero hay demasiadas cosas buenas en mi vida. Tengo un trabajo que me gusta, una bonita casa en un buen vecindario y una hija maravillosa—. Puse los ojos en blanco.

DUffy••Min YoonGi & T/n••|| ADAPTADA Y COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora