capítulo 12

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(Bulma)

Luego de la golpiza que Yamcha me dio trate la manera de recomponerme pero todo era en vano, las heridas que me causo eran notables incluso hasta con maquillaje lo único que sentía era que las hacía notar más, era como diciéndole al mundo "miren me acaba de golpear un cabrón al que llamó novio"....

Al llegar al frente de CO me senté en una banca tratando de no pensar en el horrible dolor que sentía debido a las cachetadas puñetazos de Yamcha, poco a poco la gente se daba cuenta de mi mal estado, sumergida en mis pensamientos una multitud de curiosos estaban a mi alrededor preguntándose entre susurros que me había sucedido como si fueran unos paparazzis....

Al cabo de unos 5 minutos volvi en si y divisé como unos hombres fornidos y con elegantes trajes negros le decían a la multitud que se alejaran que estaban obstruyendo el paso, entonces fue cuando uno de ellos alto delgado de cabello largo con mirada imponente con unos bellos ojos azules me sonrió y se sentó a mi lado con una voz super suave y amable

¿?- parece que estuviste en un aprieto, ¿como te sientes?
su rostro era hermoso tanto que pensé que estaba en el cielo ya, me quedé callada tratando de gesticular alguna palabra pero simplemente no pude.
¿? - señorita ¿me escucha? -pasa una mano frente a mi rostro, vuelvo en sí y trago duro-
B - si, si lo escucho lo siento.
Estoy bien solo descanso un poco
¿? - entiendo quisas sería mejor entrar a la empresa, el jefe es un poco quisquilloso en esto del prestigio y creo que acabamos de hacer una escena
B - oh... lo-lo entiendo está bien, disculpe ¿Usted trabaja con el señor tarble?
¿? - si, soy el jefe de sus guarda espaldas casi su mano derecha, por cierto mi nombre es Lapiz, lápiz Morente y tu?
B - un gusto yo soy Bulma, Bulma brefs
L - el gusto es mío, ven vamos adentro

Asentí con la cabeza avergonzada por el estado en el que me topé con este joven, trate de ponerme de pie pero mi pierna no respondió haciéndome perder el equilibrio, unas manos delicadas varoniles y un pectoral duro me sujetaban chocando mi mirada con ese hombre de bellos ojos azules.

B - lo siento
L - será mejor que te ayude
B - gracias ....

Entramos al edificio y me llevo a su oficina, está estaba decorada de una manera sencilla pero tremendamente importante y presentable, una voz sonó entre el interlocutor haciéndole saber que necesitaban su presencia el la presidencia justo el lugar en el que tenía que estar hace 45 minutos, se disculpó por tener que dejarme sola y se fue, mientras estaba sola pensaba en la probable escena bochornosa que estaba viviendo pero de alguna forma me alegraba de que alguien me ayudara, tome mi teléfono que estaba roto apenas y se podía leer algo coloque de nuevo mi teléfono en el bolso, al voltearme vi un lujoso apartado entre la oficina y una bella sala de descanso, en una preciosa estantería estaba situado un exquisito vidrio Luis XVI en el observé mi vergonzoso atuendo, mi ropa estaba echa un desastre y en cuestión de segundos pensé que Yamcha tenía razón estaba ridícula mi cabello estaba desarreglado, quien me viera diría que tuve acción a medio parque, pero no de esa acción de película sino de otra clase, suspiro mientras pongo en orden mi cabello y mi atuendo con un poco de pena retoco un poco mi maquillaje para poder subir a mi puesto al cabo de 5 minutos estaba más presentable así que me dirigí hacia la salida tomé un poco de aire preparándome para lo que viniera en eso tomé la perilla de la puerta y salí dirigiéndome al otro ascensor directo al piso de presidencia.

El resto de la tarde transcurrió con un poco de ajetreo pero supongo que es normal, no me presenté frente a Tarble y siempre que lo hacía trataba de esconderme tras la papelería o Salía casi corriendo de su despacho, no era cosa que siempre hacia quisas hasta pensaba que lo encontraba despreciable o feo, cuando me dirigía al estacionamiento un carro obscuro bastante elegante negro como la noche de vidrios polarizados era más un toque entre salvaje sexy y elegante, perdida en mi imaginación escucho la voz familiar.

Un vino amargo nadie quiere probar 🍷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora