《Desde que empezó la preparatoria llevo aguardando éste día con ansias; nuestra graduación sería lo mejor para todos, y debemos reconocer que fue aquí donde nuestros mejores momentos sucedieron, talves hubo malentendidos, talves risas o talves relaciones; aunque pueda sonar duro, es la verdad... aquello quedo atras, éste es uno de los momentos más significativos para todos nosotros, ya que aquí es donde comienza nuestra vida propia, es un final y un comiezo así que, mi deseo para todos, es que festejen, disfruten hasta el momento de llevar responsabilidades, y sigan viviendo su propia vida, con honestidad, solidaridad, respeto y libertad. Fueron unos excelentes tres años con ustedes, gracias por ello》.
Fueron las palabras de Víctor en la ceremonia de despedida; siempre se caracterizó por su punto de vista en cuanto a distintas cosas; obviamente no soy él.
Mi nombre es Jill, hoy se acaba mi vida en la preparatoria; en mi mente pasaban distintas preguntas como:
¿Qué haré después de ésto?, ¿Cuándo nos volveremos a encontrar?, ¿Será igual que hoy aquel día?.
Estaba deprimida en ese sentido, pero felíz por la despedida; aunque aquél viaje que tanto habíamos querido... no sería.
Después de lanzar los birretes al aire y todos despedirse con alegría, todos nos fuimos con nuestras familias. La verdad, en mi caso, no me esperaban muchos. Solamente mi madre, mis hermanos mayores y mi pequeña hermanita.
Al momento de verme, Myla corrió hacia mí, estaba tan feliz, que era difícil no reír, su enorme cabellera rizada moviéndose a todos lados mientras sus grandes ojos marrones, muy abiertos, me miraban fijamente. En pocos momentos la piel morena de sus brazos se envolvieron en mi cintura.
Yo proseguía a hacer lo mismo, cuando alguien la separó de mí, un chico alto de cabello ondulado café oscuro, ojos verdes y piel ligeramente bronceada. La levantó y le dijo.
- Cuidado Myla, ya sabes que no le gustan tus abrazos.
- ¡Claro que me gustan! -Le dije con tono molesto- O por lo menos ella sí sabe abrazar.
- ¿Pero sus abrazos son tan buenos como mis labios? -Dijo con la mirada fija a la mía.
- Eso se debería de juzgar, ¿no lo crees?
- Eso se puede arreglar -Dijo mientras la soltaba y me sostenía de la cintura para después chocar sus labios con los míos.
- ¡¡QUE ASCO!! -Gritó Myla al momento de verlo.
El chico resultaba ser mi novio, Logan, era atrevido, espontáneo, un tanto malpensado y en algunos casos resultó ser promiscuo. Pero el perdonarlo era sencillo ya que él era la única persona que me amaba de la forma que yo quería.
Al pasar un largo beso, mi madre se acercó para decirme que tenían que irse, ya que la fiesta de despedida iba a comenzar.
Me recordó el lugar en el que había dejado mi vestido para la noche y se marcharon no sin antes unas súplicas de Myla para quedarse conmigo, las cuales fueron negadas; yo y Logan reíamos mientras volvíamos a repetir la acción que había sido perturbada con un 《¡¡ASCO!!》antes, pero...
- ¡¡Hola!! - Dijeron dos voces que nosotros conocíamos tan bien.
Chris y Esther, eran los más energéticos del grupo, cada uno con sus diferencias claro.
Ella era de piel pálida, su cabello ondulado color castaño oscuro y un par de ojos verdes.
Mientras que Chris, era un poco más alto que ella, con piel más cálida, su cabello era oscuro, casi llegaba a ser negro, con ojos marrones; se acercaron con la misma intención que siempre tenían.
- Jill, espera a llegar a su casa ¿no crees? Es vergonzoso verlos en pleno acto en un lugar público. -Dijeron entre risas.
- Ay... el que nosotros podamos hacerlo y ustedes tengan que hacerlo 'debajo de un puente' no es nuestro problema.
Ambos se inignaron y se fueron con los demás, nosotros en cambio, al ya tener el momento arruinado, fuimos con otro grupo de amigos.