Chapter One

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Actualidad.

Decidió tomar una siesta de al menos unos quince minutos, necesitaba estar más presentable para el gran encuentro que su hija mayor había planeado.

Nervioso y ansioso, tocó timbre y dicha acción hizo que su hija apareciera con una sonrisa de oreja a oreja, brindándole un cálido abrazo.

No sabes lo que te extrañé papá, ven pasa, Tom está muy contento de verte. -especuló ansiosa la mayor.

¡Abuelo! -un chiquillo de cinco años apareció corriendo por las escaleras, ansioso de ver a su abuelo.

Tom, no corras por las escaleras! -dijo la mayor, negando con la cabeza y ríendo por lo bajo.

Lo siento papá, se pone ansioso cada vez que vienes. En fin, vayamos a la mesa, la cena está servida.

El ojiverde asintió, pero antes fué corriendo a abrazar a su querido nieto, una lágrima cayó por su mejilla. Si tan solo él pudiera vivir lo mismo.

Oh Darcy, siempre cocinando tan delicioso ¿quién te habrá enseñado? -levantó una ceja en modo interrogante y una pequeña sonrisa delatadora le estaba arruinando la acción.

Ya calla, sabes que el puré de patatas me sabe muy bien. -agregó la mayor, llevándose un trozo de carne asada a su boca.

El resto de la cena fué risas, charlas, recuerdos y varias miradas tristes por parte de Darcy y su padre.
Tom se fué a su cuarto a mirar su programa favorito mientras la mayor y el ojiverde se encontraban en el gran sofá de la sala, con dos tazas de chocolate caliente.
La sensación era tan cálida en ese frío invíerno.

¿Darcy? ¿está todo bien? -preguntó el ojiverde, llevándose la humeante taza de chocolate caliente a sus labios.

Y-yo, ayer estaba ordenando mi cuarto y encontré fotos de cuando era niña -inhaló más aire, no se había dado cuenta de los hipidos que transmitía e hirientes lágrimas caían por sus mejillas- y estabamos papá, tú y yo sentados en el patio de casa jugando con los gatitos, estábamos los tres, estabamos enteros -logró decir la mayor, mientras secaba sus lágrimas y tragó con dureza. Su voz quebrada le dió aún más dolor a su padre.

Oh cariño, ven aquí -estiró sus brazos y ambos se quedaron por minutos mirando hacia la fogata que resaltaba las luces navideñas hacia la ventana.

Lo extraño -la mayor rompió el silencio-
Lo sé, yo igual. -dándole suaves caricias, la hizo que se volteara y se miraron a los ojos. Había tanta sinceridad en ambos- Y no sabes cuanto me duele verté así, pero sé que él en donde sea que esté, está bien.

Ambos charlaron por horas hasta que la noche se hizo presente.

Bueno, creo que es hora de irme antes que se me haga más tarde -con una sonrisa, se giró a agarrar las llaves de su vehículo que se encontraban sobre la mesada de la cocina.

¿Estás loco? Tú te quedas, he oído en la radio que una tormenta de nieve se aproxima y sobre mi cadáver vas a cruzar esa puerta -amenazó la mayor.

El ojiverde negó con la cabeza y volvió a dejar las llaves sobre la mesada.
No tengo como ganarte, acepto -terminó de decir.

Todos fueron a dormir, Tom ya se encontraba dormido en su habitación; así que el abuelo de rizos chocolatosos se acomodó en la habitación que hija le indicó y cerró sus ojos.

¡No!,por favor n-no me dejes -se levantó de golpe y lágrimas caían por su hermoso rostro, estaba todo apagado y notó que se encontraba en la casa de su hija. Había tenido el mismo sueño, otra vez.
Con cuidado de no despertar a nadie, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina por un vaso de agua.

Under The Trees [Larry Stylinson]  TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora