skinship ; renmin [reescribiendo]

noses

La escena se repetía.

Recién Renjun salió de su clase de laboratorio, comenzó a correr en dirección al campo de soccer, lugar en donde Jaemin entrenaba.
Cuando Renjun divisó la cabellera rosada de Jaemin se impulsó para correr un último tramo, finalmente saltó tan alto como pudo para colgarse de la ancha espalda del coreano, importándole poco que el club de fans del chico lo vieran con molestia.

Jaemin por un momento tembló de miedo, pero sintió la calma inundar su cuerpo al respirar el suave y dulce aroma a fresas tan característico de su mejor amigo.

— Minnie, ¿saliendo del partido quieres ir por un helado?— la voz suavecita de Renjun logró derretir el débil corazón de Jaemin, quién no podía darle un no por respuesta cuando se trataba de él en específico.

— Claro que sí, Ren— la mano derecha de Jaemin tomó la manita del extranjero y la llevó a sus labios. Un besito tronador hizo reír a ambos.

— Pero, ¿y la fiesta en casa de Chanhee?— preguntó una de las admiradoras de Jaemin haciendo un puchero algo adorable ante los ojitos de Renjun.

— Cierto, ¿me acompañarías a la fiesta de Chanhee?— Renjun asintió repetidas veces entrelazando su mano con la contraria.

Después de clases irían por el helado y de ahí irían a la fiesta. Era un plan para salida amistosa, no una cita como el club de fans de Jaemin lo creía.

— Oppa, ¿él es su novio?— preguntó una pequeña chica que destacaba de la multitud por sus cabellos platinados, justo como los de Renjun.

Ambos chicos se vieron como pudieron y comenzaron a reír negando.

Muy en el fondo eso le dolió a ambos.

Un par de balones cayendo hicieron que dejaran de reír y vieran asustados en dirección al capitán del equipo.
El chico estaba hecho un manojo de nervios frente a la presencia de Yang Jeongin, un bonito chico de ojos zorrunos y vibra deslumbrante.

— ¿En serio lo convenciste de venir?— preguntó el pelirosa bajando a su mejor amigo de su espalda, y no era porque le incomodara, sino más bien por cansancio y dolor en toda su columna vertebral.

— Resulta que a Jeongin le gustan los mayores.

— ¿A ti te van los menores?

— Solo fue uno— se quejó el bajito tomando la dirección contraria a él.

— ¡Yah!, ¿y si mejor me das un besito?

Renjun negó y se alejó de ahí, o al menos lo intentó.

Se devolvió a la aglomeración de chicas que veían a Jaemin y lo abrazó suavemente antes de ponerse de puntitas y dejar un besito esquimal, en el cual terminó frotando sus narices dejando sonrisas tontas en ambos rostros.
Susurró un pequeño “tengo clase de química” y posteriormente se alejó agitando su mano.