detrás de un libro

1°

 Amahia

Yo estaba ahí, con un gran vestido blanco que arrastraba por el suelo, parada justo alfrente del que pronto seria mi esposo, el estaba tan hermoso como siempre, cabello negro y liso un poco despeinado pero con estilo, y un traje elegante que hacia juego con mi vestido, era todo tan hermoso

hablo el hombre que estaba enfrente de los dos

-bien, hoy hemos venido aqui...bla bla bla

estabamos tomados de las manos, y no estaba prestando atencion a lo que decia el padre, hasta que dirijio la palabra directamente a nosotros

- Cole Sprouse-  lo miro a el- Acepta usted a Amahia Timberblake, como su esposa, para amarla...

hablo cole

-Acepto- dijo sonriendo

luego volvio a preguntar lo mismo, pero dirijiendose a mi, yo conteste con un fuerte y  alegre

-Acepto

 el que anteriormente hizo las preguntas, Extendio sus brazos y dijo

- Y AHORA LOS DECLARO, MARIDO Y M...

*sono la alarma*

busque con los ojos cerrados por toda la mesita de noche para callar la estresante alarma, por que si, es estresante. Tiene que serlo para que me pueda levantar de la cama

de nada sirve una alarma que arrulle una cancion de cuna, o un suave sonido que de paz, por eso mi alarma suena como si hubiese un estacionamiento de autos tocando la vocina en mi habitacion, y aun asi cuesta despertarme

me tengo que despertar dos horas antes de irme al colegio, para  lograr ir decente, por 'decente' me refiero a, vestida y con el nido de pajaros al que le digo cabello, trenzado

sali de mi cuarto y fui a la cocina, sobre el meson estaba una cartita, la abri y tenia la letra de mi mama, decia que mi desayuno estaba en el microondas, y que volveria despues de el trabajo, ella solia hacer eso cuando se tenia que ir temprano.

mama es administradora de una linea de panaderias, ella se lleva muy bien con la cocina, yo en cambio a mis 17, nunca eh preparado unas tostadas sin que se quemen, ellas, yo, o incluso la perrita cokie, que murio accidentalmente por un fuego iniciado en circunstancias misteriosas

si, todavia lloro la muerte de cokie

tome mi bolso, meti algunos libros que despues regresaria a la biblioteca y sali hacia la parada de autobus

de la rutina de echo no me gustaba nada, pero mi parte menos favorita, era esperar el autobus, por que aparte de que eran como dos horas esperando que llegara, eran como dos horas mas parada, agarrada de una baranda, que posiblemente tenga 1.000.000 millones de germenes y que tengo que tocar con mis manos.

para que la espera sea corta, siempre compro en una tiendita que hay de camino a la parada, comics, esos de superheroes, donde la protagonista es una niñita asustada e indefensa, siempre los termino en un dia, habia uno de una especie de superheroina que parecia un gato, no es que me gustara leer semejantes estupideces, pero se supone que es para que el rato no parezca tan aburrido

llegue a la parada y me extraño ver a tanta gente reunida, me acerque por un lado, y parecia que habia un chico desmayado, y nadie lo estaba ayudando asi que, como la Amahia entrometida timberblake que soy, me abri paso dando empujones a las personas que estaban alrededor, muchos me miraban mal, pero bueno, no es que no estubiese acostumbrada a las malas miradas, soy conocida por causar desastres, pero ya estaba solucionando eso

cuando llegue a donde estaba el chico en el piso me agache junto a el, tome su pulso, como mi papa me enseño, y estaba un poco acelerado, fuera de eso todo estaba bien, me di cuenta que no despertaba asi que, ya deje de jugar a la salva vidas, y le marque a una ambulancia, mientras llegaban puse su bolso, creo que era su bolso, en sus pies, mas arriba de su cabeza, para que el oxigeno llegara a su cerebro, o quien sabe que

el chico me parecia conocido, creo que estudiamos en la misma preparatoria, pero diferentes salones, en fin, la ambulancia llego, se llevaron al chico, y yo llegue al colegio media hora tarde, ya era costumbre, asi me despertara cinco horas antes llegaria tarde, y justo en la primera hora me tocaba con la profesora McCornig, en todas las preparatorias, hay una profesora que cree tener el control de todo el mundo a su alrededor. En la secundaria Steve era ella

-buenos dias profesora, puedo tomar asiento- pregunte

toda mi clase me miro

- No, Timberblake es la tercera vez esta semana, ve a la coordinacion

es la tercera vez en la semana por que la semana lleva tres dias

me diriji a coordinacion, ahi  la recepcionista me dio una tarjetita de esas que se ponen en el cuello que decia castigo

era estupidamente aburrido solo pensar tener que pasar una hora sentada sin poder si quiera leer , con un monton de personas que se creen rudas

llegue al salon de castigo, uando vi que tal vez, no, definitivamente este castigo no seria para nada aburrido, sentados es una esquina estaban, Adolph, Maggy y Clara.

ellos son mi grupo, para reirnos, para estudiar, para llorar... pero hoy son mi grupo para hacer una broma inolvidable, un regalo especial por ser nuestro ultimo año aqui, y algo me dice que va a ser una verdadera locura.