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Mi diario de campo, mi primer diario de campo para ser sincera, mi recordatorio, mi condena tal vez. Pero debo insistir, intentar una y otra vez a pesar de fallar. Luchar contra mi misma si es necesario, no puedo soportarlo otro año más, no aquí, no ahora. Me siento como la Anna Bolena del siglo XXI, me he encadenado, me he sentenciado probablemente, pero esta vez la historia no volverá a repetirse.

¿Se puede acaso engañar al destino, al verdugo que el tiempo inevitablemente me traerá?

No lo sé, pero tendré que averiguarlo.

Redactar esto cumplirá otras funciones útiles. Adquirir distancia y perspectiva, importante para alcanzar mi objetivo: Liberarme. Pero también posibilitará la eficacia de mi labor intelectiva. Constituirá un espacio privilegiado para desarrollar las aptitudes necesarias, así como para pensar con libertad, aunque con el miedo de ser juzgada bajo un seudónimo.

Es lícito, incluso, considerarlo como un espacio para pensar sobre lo que se ve y piensa sobre ello. Un diario de campo prosigue mientras dura la investigación. Sus posibilidades persisten una vez finalizado.

Se debe escribir día a día. Pero no siempre se logra. A veces, el flujo de información parece que se estanca. Las observaciones, las declaraciones... Se vuelven repetitivas. La frescura de las primeras aproximaciones y la capacidad de identificar aspectos sorprendentes va disminuyendo conforme avanza "la investigación". Hay días en los que es difícil encontrar algo sobre lo que escribir. La monotonía impera.

Los planteamientos iniciales suelen caracterizarse por una cierta ingenuidad - como ya pudieron observar - aunque mejora con el tiempo, al menos eso espero. Este diario constituirá el testimonio del proceso de maduración intelectual y analítica de quien lo redacta. En este caso yo, Su Anna Bolena.

"Y si alguna persona se entremete en mi causa, requiero que ellos juzguen lo mejor. Y así tomo mi partida del mundo y de todos ustedes, y cordialmente les pido que recen por mí. Oh Señor, ten misericordia de mí, y a Dios encomiendo mi alma".

-𝓐. 𝓑.

Yo, su Anna Bolena: Los enigmas de una condena. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora