La danza del cortejo

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Hyuga Neji tenía pocas manías. Una de ellas era que no iba a dejar que cualquiera le tatuara el tatuaje de ANBU en el hombro. Su superior entendió su necesidad de perfección, especialmente por un paso tan grande en la carrera de un shinobi.

"No te preocupes. Tenemos un artista con muy buen pulso." Le dijo Ibiki al prodigio del Byakugan.

Así fue como Neji conoció a Harry.

El artista que la ANBU había contratado era un hombre de cuerpo esbelto, no huesudo pero tampoco muy musculoso. Tenía el pelo corto, desordenado y negro como un cuervo y unos ojos únicos. Un par de ojos color esmeralda muy parecidos a la gema observaban los procedimientos de la ceremonia. Esos ojos hacían que el corazón de Neji saltara.

El civil no sabía qué máscara pertenecía a qué jônin, pero no parecía importarle. No vestía como la mayoría de civiles de Konoha y durante un rato Neji casi pensó que era otro oficial de rango a quien le gustaba vestir raro. El hombre parecía tener un toque suave, dedos largos y ágiles y era muy eficiente. Los cinco nuevos reclutas obtuvieron sus tatuajes de ANBU rápido y casi sin dolor, sin darle una segunda mirada al hombre desde detrás de sus máscaras de porcelana.

Todos menos Neji.

"Perdone, me gustaría hacerme un tatuaje."

El prodigio del Byakugan no tenía ni idea de qué le había impulsado a trazar este plan y entonces qué le había hecho llegar a seguirlo. No era raro que un shinobi tuviera tatuajes. Había oído que hasta Anko tenía uno y que lo usaba como un rollo de pergaminode almacenaje. Neji estaba intentando de justificarse que tener algo parecido iba a ser beneficioso para él. Mientras no estuviera en un lugar obvio, los shinobis eran asesinos, no debían ser notados. Además, ya había preparado una historia, en caso que la necesitara. Falcón, el ANBU había coincidido con el hombre brevemente pero no había ningún motivo para que el jônin Hyuga Neji conociera el artista de los tatuajes.

El hombre de ojos verdes sonrió. "Has venido al lugar adecuado."

Neji no se hizo el tatuaje ese día. Por casualidad vio algunos dibujos en los que el hombre estaba trabajando y expresó su admiración antes de darse cuenta. Pero valió la pena aunque fuera solo para ver el sonrojo del artista. Pasaron dos horas mirando la colección del artista, los diseños de tatuajes olvidados y solamente pararon cuando un cliente entró en la tienda y Neji se tuvo que marchar. Neji se dio cuenta que el hombre ("Llámame Harry.") le estaba mirando cuando se fue y solo por los pelos consiguió irse sin mirar atrás.

Entre misiones con la ANBU y entrenamiento a Neji le tomó un mes antes de poder visitar la tienda de tatuajes. Esta vez Harry estaba en medio de un trabajo pero le invitó a pasar y mirar cómo le hacía un impresionante tatuaje en forma de oso a un civil bastante musculoso. Los detalles del diseño le daban tanto la sensación de que estaba vivo que a Neji le vinieron unas ganar gigantescas de tocarlo.

"Su trabajo es impresionante, ¿verdad?" Dijo el civil desde donde estaba boca abajo en la mesa. "Es el tercero que me ha hecho."

Neji asintió y se quedó a mirar el proceso que tenía el hacer un tatuaje, y luego, más tarde, decirle a Harry, "Tienes un don."

El hombre, que estaba visiblemente cansado, sonrió ante el cumplido.

Fue en la tercera visita a la tienda de Harry que se dio cuenta que el artista también tenía un tatuaje. Preguntó después de disculparse en adelantado por lo intrusivo de la pregunta y Harry le quitó importancia antes de contestarle que había sido una especie de regalo para su décimo octavo cumpleaños de algunos amigos y familia. A Neji le dio la sensación que lo más seguro era que esa gente estuviera muerta y cambió de tema. Vio que Harry le miraba agradecido y supo que no se alejaba mucho de la realidad.

Ink Deep - Traducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora