-Me da un trozo de pastel de frambuesa- Ella se agacha a partir el pastel para sacar el trozo de frambuesa que le había pedido su cliente- aquí tiene señor- Dijo ella con su dulce voz- Espero vuelva pronto.
Aquel señor salió de la tienda, sus pasos eran lentos, la brisa era fuerte, sus rizos color café se movían a la par del viento, se acercó a su auto gris, de su bolsillo sacó sus gafas Gucci color negro, desvió su mirada hacia aquella cafetería y volvió la vista hacia su auto, alcanzó la manilla para abrir la puerta, ingresó a su auto, tomó sus llaves, manejó hacia un parque unos kilómetros más allá; al llegar a ese hermoso parque verde, estacionó su auto, bajó de él, caminó hacia un asiento que quedaba en el medio de ese parque, se acomodó allí; por unos segundos solo cerró sus ojos olvidando todo el mundo que lo rodeaba, sentía la briza por su rostro y de lejos oía los gritos de unos niños jugando, tomó su celular, le conectó los audífonos, le dio reproducir a la canción "Don't Forget Me" y olvidó todo el mundo que lo rodeaba por unos minutos.
Tomó su pastel y un tenedor que venía dentro de una bolsa roja, aquella bolsa tenía dibujada el logo de la cafetería, en su mano izquierda tenía el plato con su trozo de pastel de frambuesa y en la mano derecha tenía tomado un tenedor; lentamente sacó un pedacito de su torta y se lo llevó a su boca, lo saboreó, un conjunto de emociones se combinaron en él, eso hizo que aquel señor bien vestido y con lentes Gucci rompiera en llanto. Terminó de devorarse su pastel, con miles de lágrimas saliendo de sus lindos ojos verdes. Al terminar de saborear su pastel se dio cuenta que por la parte de abajo del tenía un papel pegado, eso lo dejó muy confundido, dio vuelta el plato y despegó de él un papel que decía: "Un pastel tan delicioso no se puede saborear solo, llámame cuando necesites compañía, con gusto te acompañaré", además de eso traía un número telefónico, estaba escrito a mano, con letra cursiva y echo delicadamente. El solo sonrió, limpió sus lágrimas, se acercó al basurero y botó todo, la bolsa, el plato y el papel, dio la media vuelta y se dirigió hacia su auto, tomó su celular, le puso pausa a la canción y desconectó sus audífonos, no estaba tan decidido de dejar ese papel en el basurero. Después de estar allí en aquel auto por unos minutos, se bajó de él y se dirigió a aquel basurero, ya había pasado mucha gente por ese basurero, había mucha basura dentro de él, lo pensó más de dos veces, por fin decidido metió sus brazos para sacar la basura y encontrar el papel, parecía un perro callejero en busca de comida, la gente lo miraba raro ya que un hombre bien vestido estaba revolcándose en un basurero, cuando encontró el papel lo rompió en mil pedazos, y lo volvió a botar, "es peligroso que el numero de una señorita ande dando vueltas en la basura", pensó el mientras destrozaba ese papel, nuevamente dio media vuelta y caminó hacía su auto, se subió a él y dio rumbo hacia su casa.
Mientras tanto aquella chica no dejaba de pensar en el cliente de ojos verdes, esperó su llamado toda la tarde, ella esperaba a que el pasara por esa puerta, pero el nunca llamó y nunca pasó por aquella puerta. Se había oscurecido, ya era de noche y ella seguía sosteniendo su teléfono esperando el llamado que tanto esperaba. Cerró la cafetería a las 10:00 p.m , se puso su abrigo color café y un gorro de lana color blanco tejido por su abuela, lo hizo blanco para que resaltara el pelo color café de la chica. Ella se sentía decepcionada, afuera de la tienda había unos asientos, ella los miró y se acercó, se sentó en esos asientos, estuvo unos minutos esperando su príncipe de ojos verdes. Se hicieron las 11:00 p.m y él no llegaba, ella ya no podía esperar más, se levantó del asiento, tomó su celular y pidió un Uber para llevarla a su casa, hacia frio y ya no aguantaba mas ahí. El Uber llegó 20 minutos después de pedirlo, ella se subió (el auto lo manejaba una mujer) y dieron rumbo hacia su hogar.
- Está muy fría la noche, ¿Qué hacía una chica tan linda a media noche sola, esperabas a alguien cariño? - dijo la mujer muy amable.
- Si, esperaba a alguien, soy muy tonta, trabajo en una cafetería, llegó a comprar un hombre muy lindo esta tarde y le di mi número en un papel, se lo escondí debajo del plato en el que iba su pedido, pensé que me llamaría, que iba a ver el papel. Tengo dos opciones, uno, no vio mi papel, o solo no quiso llamar. Lo peor de todo es que me obsesioné con él, ¿será amor a primera vista?, ¿usted cree en el amor a primera vista? - dijo la chica alterada
- Jajajaja, tranquila cariño, talvez guardó el papel y te llamará luego, ¿cuál es tu nombre? - dijo la mujer
- Lucía, mi nombre es Lucía
- Bueno Lucía ya llegamos a su destino
- Muchas gracias, ¿cuánto es?
- Tranquila, yo pagaré, usted guarde dinero para su príncipe jajaja adiós- dijo la mujer.
Lucía se bajó del auto y con su preciosa mano se despidió de aquella mujer. Dio media vuelta, caminó hacia la puerta de su casa, agarró la manilla y abrió la puerta lentamente, dejó su cartera y su abrigo en un colgador que se encontraba en el lado adentro de la puerta:
- ¿Abuela estás aquí? ya llegué - dijo ella buscando a su abuela
- Mi niña estoy en la cocina, te estoy calentando la comida- gritó la abuela
Lucía a escuchar su voz dio una pequeña sonrisa y corrió hacia la cocina, al llegar miró a la abuela y le dio un abrazo.
- ¿Por qué te demoraste tanto cariño?, me tenías preocupada- dijo la abuela mientras calentaba la comida
- Perdón abuelita, me quedé trabajando mas tiempo- dijo Lucía dando la media vuelta y subir al baño a lavarse las manos.
Al terminar de lavarse ella bajó silenciosamente al comedor para comer la rica comida que su abuela le había hecho, pero al llegar allí su abuela no estaba, su respiración aumentó y su cuerpo temblaba, gritó por toda la casa buscándola, estaba vuelta loca, su frente empezó a transpirar, no era capaz de respirar, su abuela no estaba en ningún lado.
- ¿Porque gritas tanto, estas loca o qué? - dijo la abuela entrando por la puerta de entrada con unas bolsas de mercadería.
- ¡¿quieres matarme, donde estabas, porque sales a esta hora, no vez que es media noche?!- gritó Lucía acercándose hacia ella.
- Perdóname Lucía, el vecino en la tarde me fue a comprar cosas de mercadería y olvidé ir a buscarlos, mientras te lavabas pensé que era buena idea ir donde él y traerlas.
Lucía la miró y dio una pequeña sonrisa, dio media vuelta, y se dirigió hacia aquella mesa que tenía encima un plato blanco con un pequeño pedazo de carne y arroz, a su lado, un vaso con diseño de flores, ella se sentó y disfrutó aquella comida que le había calentado su abuela.
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Confía en mi
RomanceCuando uno se entera que tiene una enfermedad mortal optamos a no contarle a nuestros seres queridos para no preocuparlos, ella es lucia, una dulce chica que por ocultar su enfermedad perdió los últimos dias de vida con la persona incorrecta. (No es...