࿐ ˚. 🃏 ⑅ solo aventuras en
una realidad alternativa de gustabo
con b de bombón y sus noBios ˎˊ˗
- se que ya terminó spain, pero
me niego a dejar mi vicio por
los fics con gustabo.
- es mi primera vez escribiendo
par...
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—Hey, Gusnabo, ¿Que opinas del chico de allá?— Horacio sacudió levemente el cuerpo del ojiazul, quien apartó la mirada de su celular para ver en la dirección que apuntaba su mejor amigo. El chico del que Horacio hablaba era aparentemente alto, de andar imponente y con el cabello grisáceo. Iba acompañado de dos chicos algo más bajitos que él y parecía ser una persona bastante seria— Es guapísimo . . .
—Bueno, si que lo es, pero no es necesariamente mi tipo— el rubio siguió con la mirada al muchacho perdiéndolo entre la multitud de la fila en la cafetería— Aunque parece ser que tu ya le pusiste el ojo.
—¡Claro! No solo el ojo, sino los dos— agregó el de cresta con una tierna sonrisa en sus labios— Se llama Volkov, y lo conocí a inicios de esta semana, me ayudó con algunas cosas en mi clase de arte y fue muy gentil y educado y . . .
—Si, ya entendí, te enganchaste del pobre en el primer momento— el chico sacó de su bolsillo un chupachups sabor cereza y quitó el envoltorio antes de ponérselo en la boca.
—No sé si esa es la palabra más acertada, pero si. Además. . .— el menor observó a ambos lados buscando testigos de las palabras que diría a continuación, y como no encontró moros en la costa, procedió a contarle a su mejor amigo su gran descubrimiento— Creo que yo también le gusto.
—¿Qué? ¿Cómo es eso posible? Si eres más feo que pegarle a tu madre.
—¡¿Cómo que feo?! ¡Ven primo que te pinsho!— el grito de Horacio llamó la atención de las personas que estaban a su alrededor, quienes los observaron con confusión y gracia— Uis.
—Mejor hablemos de esto en un lugar más privado— con un suspiro Gustabo tomó su mochila y se levantó de la mesa con Horacio imitando sus gestos para salir de la cafetería con la atenta mirada del peliblanco.
Ambos amigos caminaron por el gran campus de la universidad hasta llegar a las gradas. Era un bello día, los rayos del sol no pegaban de manera fastidiosa y la temperatura era agradable, por lo que decidieron sentarse en las últimas gradas de arriba donde era muy poco probable que alguien escuchara su conversación sin que ellos se dieran cuenta.
—Y bien, ¿cómo es eso de que crees gustarle al chico con pelo de señor de la tercera edad?
—No le llames así, que perfectamente puede ser tu futuro cuñado— Horacio carraspeó su garganta antes de proseguir con sus palabras— Varias veces a lo largo de esta semana lo he encontrado observándome con una expresión de ¿enamorado? no sé, pero incluso cuando me doy cuenta no deja de hacerlo.
—¿Lo dices enserio?— el pelirrojo asintió con entusiasmo— ¿Y como no me he dado cuenta si siempre estamos juntos?
—No lo sé, tu dime— Pérez se creía capaz de afirmar con seguridad que Gustabo era un despistado de primera. Aunque en ocasiones solía confundir la actitud despistada de su mejor amigo con el desinterés o la indiferencia.
