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Estaba acostada en mi cama, no había podido dormir, y tampoco es como que pudiera hacer algo en las noches, o me golpeaban o dejaban dormir afuera con los perros. Sip, así de estricta es esta casa.

Ya eran las 6 de la mañana, así que decidí alistarme para ir a la Universidad, y después ver donde haría las prácticas, siendo sincera odiaba ir a esas prácticas, no te hacían hacer más que servir café o ser asistente de oficina, como si uno se matara estudiando para que lo pongan de conserje en hoteles

En fin, tome mis zapatos y mi mochila, salí de mi cuarto con el mayor se los silencios, no podía darme el lujo de caminar así nada más, ya que hace hora todos estaban dormidos como roca, y se levantaban todos a la misma hora, y me metería en serios problemas si me escuchaban. Baje las escaleras con cuidado de no hacer ningún ruido. Una vez estaba en la cocina, empecé a preparar mi desayuno, tratando de no hacer tanto ruido, no quería despertar a nadie, y gracias a la suerte del infierno que tengo, solo despertó mi madre que me dio una cachetada y tomo un vaso de agua y volvió a la cama.

Me preparé un café oscuro y amargo como me gustaba, como me gustaba, y unas tostadas con mermelada de fresas, me encantaban esos desayunos donde estaba sola y sin nadie que me regañara, tanta paz y tranquilidad, amaba eso.

Una vez termine, lave lo que ensucie y lo deje en su lugar.

Luego preparé un termo con café amargo y lo puse en mi mochila, luego saqué unos sándwiches de mermelada de frambuesa y maní, amaba esa combinación. Luego saqué un pote y puse mi almuerzo, guardé todo en bolsas para evitar accidentes en mi mochila, los puse con cuidado, tomé mis zapatos y salí en silencio, me los puse y me levanté para sacar mi celular y conectar los audífonos, seleccione una de las canciones de la lista de reproducción, y empecé mi camino a la universidad.











Mientras caminaba, pensaba, ¿Y si escapaba de aquella casa? Pero recordaba que el dinero que recibía de las prácticas y de las becas me lo quitaban, pero por suerte siempre sacaba cierta parte de ese dinero y me lo guardaba, pero aún así, no era suficiente como para tener un departamento en el centro de la ciudad.

Y tampoco es que tuviera apoyo de mi familia, ya que básicamente me usaban como foco de dinero, mis tíos, primos, padres y hermanos dependían de mi prácticamente. Ellos no trabajan ya que si se les niega la oportunidad una vez, se rinden a la primera y no hacen nada más, esperan que les llegue todo en bandeja de plata.

Como sea, estaba llegando a la parte central de la ciudad, faltaba poco para llegar a la universidad. Estaba en total paz y tranquilidad caminando, hasta que sentí que alguien me choco y caí junto con esa persona, ya que había perdido el equilibrio.

Mentiría si digo que no me enoje, pero aprendí a controlar ma ira, así que me ahorré las putas ganas de gritar y me levanté y ayude a la chica con la que había chocado, pero al tomar su mano, la sentía tan cálida y suave, más que la celda de algodón o que un peluche, cuando la vi a los ojos, me quedé helada. Eran tan hermosos como la noche más estrellada, como si hubiera sido bendecida por las estrellas para tener tal belleza en su rostro y ojos.













- Lo siento mucho no quería chocarte! - dijo con una expresión preocupada, no quería ver ese rostro con una expresión que no fuera una sonrisa, ansiaba con verla - estas bien? No te hiciste daño? En verdad lo siento yo... - hablaba tan nerviosa y sinceramente, esas palabras resonaban en mi mente, ya que acostumbraba a recibir disculpas vacías y sin intenciones, pero ella... Era como un Ángel que no merecía estar en este mundo lleno de maldad y corrupción.

- Hey, tranquila... estoy bien, gracias por la preocupación - que dije mientras la levantaba del suelo y acariciaba su mano - por qué estás tan apresurada? - le pregunte curiosa, era bastante temprano como para estar tan apresurados como para llegar tarde.

La vi de pies a cabeza, llevaba un uniforme de secundaria, eso me indico que era mucho menor que yo, pero eso no me importó.

- Este... no me gusta llegar tarde a la secundaria, y había acordado devolverle unos aretes a una amiga - decía nerviosa así que tomé sus manos para calmarla, no me gustaba verla así

- tranquila, aún son las 6:30 de la mañana, tienes tiempo de sobra para llegar - le dije con una voz serena que la relajo, suspiro un poco para recomponerse de los nervios

- lo siento, soy muy nerviosa a veces - diji mirando a otro lado avergonzada.

Solte sus manos para arreglar su bufanda que se había desordenado, no quería que el frío de ese invierno la atacara con un resfriado fuerte. El ver su rostro con una expresión de sorpresa y con un notorio sonrojo en su rostro me hizo sonreír, era extraño, pero sonreía al verla así.

La llevé al interior de una cafetería para que se relajará y calentará un poco gracias a la calefacción del lugar. Ambas pedimos un café para pasar el frío de la mañana. Ella se le notaban los nervios por todos lados, parecía que era la primera vez que cambiaba su rutina al igual que yo.

- Disculpa, vas en la universidad del distrito Este? - pregunto para romper el hielo que había entre ambas

- Si, esta cerca de este lugar, comúnmente paso por esta ruta para llegar rápido - dije en un tono serio pero relajado a la vez, ella empezaba a jugar con sus dedos mientras sonreía por los nervios, me quede atenta a lo que pudiera llegar a decir

- es que... la secundaria a la que voy está cerca de tu universidad... y me preguntaba si... te podría acompañar? - dijo nerviosa y con un notorio sonrojo. Debo admitir que su propuesta me pareció muy oportuna y sorpresiva, sentía un sonrojo calentar todo mi rostro, acaso estaba nerviosa? Ansiosa? Emocionada? No lo sabía, pero controle mis emociones y tome un sorbo de la tacita de café y le conteste serena

- Si gustas puede ser así - dije mirando a otro lado por la vergüenza que sentía, era algo nuevo para mí ir acompañada de alguien a un lugar en común, si se le puede decir así.

Una vez terminamos, pagué por ambas y salimos para seguir nuestro camino. Mientras caminábamos le iba contando mi experiencia en la universidad y en las prácticas en las oficinas, veía como su rostro se llenaba de emoción, no le importaba como lo contaba, o que tan malo lo encontrara yo, ella solo se emocionaba con cada palabra que decía.











Una vez llegamos a su secundaria, nos despedimos y le pregunté a que hora salía, no quería dejarla ir, ella era quien le dio un brillo de luz a mi vida, uno que no quería dejar ir por nada del mundo.

Me dio su número, y me dijo que salía a las 7:30, a esa hora estaba libre, podía pasar por ella. Nos despedimos, pero antes de irse me dijo su nombre... Isayoi... Mientras seguía con mi camino a la universidad... Solo pensaba en ella y su figura y sonrisa, en la alegría que me transmitía, en como una sola mirada de ella me penetraba en lo más profundo de mi corazón que sentía un gran calor con solo verla y tocar su mano, ella le había dado un sentido a mi vida.

Quería protegerla, tenerla junto a mi, cuidarla, Amarla...

Lo había decidido, sabría todo sobre ella, no la dejaría ir de mi lado, no dejaría que nadie me la quitara ni dañara, estaba dispuesta a todo por ella...





Espero que les haya gustado mis amores 💙

Rei fuera ^^

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2020 ⏰

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