¿Será amor?

Parte 2

En ese momento no sabia que él sería el amor de mi vida. Lo adore y ame como un gentil, placentero y doloroso primer amor.

Esa noche bailamos como si no hubiera un mañana. Mientras tanto veía como Laura y los chicos nos miraban con desdén, hasta que uno de ellos oso a tirarme del brazo y gritar:

- ¡¿Invertimos para que te vayas con otro?!

Lo miré, me reí y volví a los brazos de quien me juraba que gracias a mi empezaría a creer en el amor a primera vista. Bailamos toda la noche. Bailamos hasta decir basta y recorrer nuestros movimientos con la mirada. Ese momento lleno de euforia y alcohol decidí amarlo.

Aún no recuerdo en que momento deje el bar, ni como llegue a la discoteca, mucho menos como me fui y aun peor como y con quién; lo único que sabia con seguridad era que al día siguiente desperté sola en mi cama. Luego de levantarme revise mi celular y vi un mensaje de un número desconocido:

- ¿Lali? - ¡Oh por Dios, es él! ¿Pero cómo consiguió mi número? -.

Luego de ver ese mensaje inmediatamente le respondí con un simple hola, pero -asombrosamente- no recordaba su nombre y mientras planeaba como pasar mi día me di cuenta que lo recordaba diferente a su foto de perfil, aunque eso no importaba porque me moría de ganas de estar con él -no en un sentido sexual-.

Esa conversación duró tres largos y terribles días cuando en un arrebato dije:

-¿Cuando nos vemos?

Para aquel entonces él me explicó que trabajaba para un empresa que lo obligaba a viajar constantemente a diversos lugares donde no tenia una fecha de regreso definitiva por lo que resultaba difícil el hecho de volver a vernos; sin embargo, la emoción iba creciendo cada día más por lo que decidimos ir a ver uno de los partidos del Mundial, donde la selección nacional clasifico después de más de una década, el plan era simple: pizza, cerveza y futbol, una triada que no podría fallar, pero falló y al mismo tiempo fue encantadora.

Con él todo era así: diferente, imperfecto pero maravilloso.