II: el pasar del tiempo

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Los algoritmos cibertroficos, con una interface bastante avanzada, eran los que procesaban en la colmena para asegurarse de que su "corazón" procesado rudimentariamente no parara de bombear información para que la colmena pudiese dispensar la energía suficiente que necesitaba la cuidad y también que pudiera recibir eficientemente los mensajes codificados que las otras centrales le enviaban.

-Caballeros- dijo Vernon a su pequeño equipo de trabajo, que se encontraba en la parte mas alta de la colmena y que se encargaban del trabajo técnico- es muy importante que mantengamos con "vida" a la colmena, de nuestro arduo trabajo dependerá la salud de aquellos infectados, y también la seguridad de nuestros allegados- Vernon todas las mañanas les comentaba el plan del día, y así los motivaba a avanzar.

Algunos meses después, los habitantes de la colmena empezaban a adaptarse a sus trabajos, debían admitir que sus habitaciones (donde se hospedaban cuando terminaba su jornada laboral) eran muy acogedoras camas grandes y esponjosas con duchas de hidromasaje y también una estupenda señal radiofónica para trasmitirles la información mas reciente que se hallaba en la ciudad. Vernon quería que su querida Glitza estuviera a su lado, pero, sabia que su recuerdo perduraría en su mente hasta que todo esto se terminara y pudieran cumplir su promesa.

El no sabia nada de ella en el ultimo tiempo, pues, los superiores les habían dado todas las comodidades a cambio de cancelar todo tipo de comunicación con el exterior de la colmena, puesto que no querían que la información se filtrara, o que de esta manera hubiera alguna forma de que el virus se filtrara en las instalaciones; puesto que desde que se podían enviar señales y ondas a través de encuentros virtuales, la comunicación a distancia, cada vez era menos distante, prácticamente se podía hacer contacto real a través de un holograma y en estos tiempos eso era un grave peligro de sanidad. Glitza comprendía eso, sabia que era por el bienestar de ellos, así que lo acepto y se esforzó por poner mas de su parte para finalmente terminar con todo aquello que afectaba a las personas del mundo; empezaba a probar una posible cepa que pararía la reproducción acelerada del virus en el organismo y eso les daría mas tiempo de encontrar una forma para modificar su código genético y al fin desterrarlo, tenia que iniciar una secuencia de pruebas, pero sabía que ella lo podía lograr.

Ya había pasado año y medio sin que Vermon pudiera ver a su Glitza, y la extrañaba mucho, claro que sí, pero se había acostumbrado a vivir con sus recuerdos y su promesa lo motivaba. Aunque el color de sus ojos parecía menos brillante y su voz empezaba a difuminarse en sus recuerdos, la seguridad de que todo esto terminaría lo impulsaba a seguir. La colmena estaba funcionando muy eficiente y las noticias que les llegaban acerca del control de la epidemia eran verdaderamente prometedoras, parecía que todo esto se terminaría pronto; de hecho, sus superiores habían hecho un pronostico para terminar su encierro dentro de 3 meses y eso era muy alentador para todos los que se encontraban en la colmena.

El animo de los trabajadores nunca había estado mas elevado, todos los días tenían una sonrisa de esperanza y de vez en cuando hacían música o actividades recreativas para hacer las horas menos eternas. sabían que pronto el virus seria desterrado y volverían a sus hogares, junto con sus seres amados, o eso era lo que ellos esperaban.

Glitza en los tiempos del coronavirusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora