Capítulo 1

27 0 2
                                    


Mi abuela no fue capas de decirme que me cambiara o al menos informarme que veníamos a rezar, en cambio prefirió dejarme venir con minifalda, es que, que tiene en su cabeza. Mi vecina me miró de arriba a abajo pero no comento nada, además nos conocemos hace años así que se que no me juzgo. Sus hijos en cambio, la mayor ella si me crítico con la mirada pero yo que iba a saber a lo que veníamos. Llegue a casa y mi abuela me pidió que la acompañará y como buena nieta que soy lo hice, mentira me amenazó con no dejarme ir a la fiesta este fin de semana. Bueno la cosa es que estoy en minifalda, mi blusa por lo menos no es escotada pero; ¿quién va a rezar así?

Los chicos, mi vecina tiene tres hijos, la mayor Rocío debe de tener veintiséis años, el del medio Aarón veinticuatro y luego está el menor Alex de diecinueve años, es un año mayor que yo.
Aarón por lo menos disimula un poco, en cambio Alex no se pierde ni un mínimo detalle de mi cuerpo, observa mis pechos que son bastantes voluptuosos, baja a mis caderas, luego mis piernas se toma su tiempo allí. Desde que empecé a desarrollarme he tenido grandes pechos, nalgas, no he sido como las demás niñas, mi cuerpo rápidamente se hizo notar y déjenme decirles que Alex no se perdió ningún detalle de ello. Recuerdo que solía ir al kiosco de la vuelta y él me seguía, jamás disimulo la forma en la que me veía, siempre aprovechaba que estaba con sus amigos para decirme de cosas, odiaba que mi abuela me mandará por el mandado porque sabía que él me estaría esperando.

– Samanta estás tan cambiada — comenta la señora  Norris

– Para bien, eres hermosa — opina Aarón, solo le sonrio y me devuelve la sonrisa.

– Bueno pasen que empezará la misa — entramos en la casa, seguido de todos ellos. La casa de los Norris es grande de dos pisos, la decoración es sencilla y reconfortante. Cuando era niña solía venir muy a menudo.

Dentro de la casa ya se encuentran los demás vecinos, aquí todos son muy religiosos, y casi todos los domingos los Norris ofrecen una misa no suelo venir, por esa razón hoy mi abuela me obligó.
Saludamos a todos y comienzan a tomar sus lugares, y se ve que hoy no es mi día de suerte pues me toca sentarme junto a Alex, le rezo a Dios para que esto termine enseguida. 

Me siento junto a una chica creo que se llama Nora, y a mi izquierda se encuentra Alex. Me cruzo de piernas y ya siento su mirada sobre mí, como me salvó de esto. Lo bueno es que no me habla pero siento su mirada en mi y no precisamente en mi rostro. Me enojo más con mi abuela porque no me dijo que me cambiara.

Ya llevamos una hora sentados aquí, la intensa mirada de Alex y mis ganas de usar el sanitario no ayudan a mi paciencia. No puedo decirle a mi abuela que me voy porque se enojara, mi única opción es pedirle a Alex para usar su baño.

Reuniendo coraje me volteo hacia él, quién me mira con esos intensos ojos verdes, Alex es guapo, piel bronceada, mucho músculo en pocas palabras en cuanto lo ves te deja con la boca abierta.

– Puedo usar tu baño — asiente, me levanto de la silla y ya siento mis pobres nalgas dormidas como culparlas.

– Utiliza el de arriba, el de acá no está funcionando — informa con esa voz gruesa que posee, no es necesario que me indique dónde queda porque ya lo sé.

Subo apresurada las escaleras pues de verdad necesito usar el sanitario. No me lleva mucho encontrar el baño, entro y libero todo, que bien se siente. Una vez que haya hecho todo lo que necesitaba, me lavo las manos y me peino un poco el cabello.

Salgo al pasillo y como no lo imaginé, en frente mío se encuentra él, mirándome de arriba a abajo sin ninguna vergüenza.

– Cada vez te pones más buena — dice mordiéndose el labio inferior.

– No comiences — advierto. Pero obviamente él no me hará caso. Entró de nuevo al baño pero está vez acompañada.

– Sabes las cosas que quiero hacerte en estos momentos — se acerca a mí, y me sienta en el mueble junto a la puerta, se pone entre mis piernas – me gusta tu falda, ¿Te la pusiste por mí? — comienza a acariciar mis piernas.

– Alex este no es el lugar ni el momento, suéltame que mi abuela puede notar mi ausencia — niega con la cabeza, y me sonríe pícaro.

– Está muy ocupada, así que tenemos tiempo — coloca sus manos en mi cintura y me acerca más a él – no tienes ni idea de lo que has provocado Sam

O no, es momento de ponerme en alerta, debí de hacerlo desde que me hizo entrar aquí. Verán Alex solía hacer esto cuando venía aquí, sino me encerraba en el baño era en su habitación, pero jamás me hizo algo que no quisiera, él solía tocarme, besarme, y hasta hay, no le permití que siguiera así que deje de venir, pues sabía que pronto el querría algo más.

Alex era bueno en convencerme, sabia mis puntos débiles, y todo prácticamente. Jamás me vio desnuda ni nada, solo eran besos y toques inocentes de mocosos de catorce años con las hormonas a mil.

– Extrañaba estar así contigo — susurra en mi oído, aprieta mis muslos y comienza a besar la curva de mi cuello.

Arrolló mis brazos alrededor de su cuello y disfruto de la sensación de tenerlo tan cerca, de sus toques, besos. Cómo dije Alex sabe mis puntos débiles y lo aprovecha el muy desgraciado.

– Alex — gimo su nombre al sentir su miembro duro entre mis piernas, nos acerca más, y eso me afecta.

Estar encerrada en este lugar con Alex me dan ganas de quitarle la ropa y permitirle que me folle, pero no, no lo haré.

– Mi linda Sami, no sabes lo que provocas en mi, no sabes lo que me haces sentir — dice contra la curva de mi cuello y sigue besándome.

– Alex basta, termina esto — gruñe por lo bajo, pero obedece

– Ni creas que esto termina aquí, esto recién empieza mi querida Sami y no te escaparás — sale del baño y me deja sentada pensando en lo que acaba de decir, y se que no debo de tomarme a la ligera sus palabras.

Alex Norris no juega cuando algo le interesa, y lo sé muy bien.

Pero en que me he metido, yo solo vine obligada por mi abuela a rezar, y ahora tengo una sentencia sexual con Alex, en definitiva hoy no es mi día de suerte.

Mi Sexy Vecino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora