Capítulo 3

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Hoy es domingo y decir que estoy aburrida es poco. Las chicas están con una resaca que ni pueden ver la luz del día. Y Alex no lo he visto, ser vecinos me ayuda para saber cuándo sale y caundo no, sin embargo, no he visto ni una sombra de él, a quien vi fue a Aaron que salió hace poco y no sé adónde.

Mi celular comienza a sonar distrayendo-me, lo contesto sin revisar.

– Aló

– Sam espero que ya estés lista dentro de veinte minutos paso a buscarte — José, lo había olvidado, maldición. Y yo aquí quejándome que no tenía nada que hacer cuando tengo que ir con él a su competencia de voley.

– Si, si lo estaré — cuelgo la llamada.

Desesperada comienzo a buscar que ropa ponerme, optó por un jean azul, una blusa blanca transparente, y por supuesto que no podían faltar mis botas negras de militar. Amo las botas, te uso cualquiera, es que son hermosas y transmiten fuerza y eso me encanta. Dejó mis risos  sueltos, no me maquillo y ya estoy lista, no tarde nada. Le escribo una nota a mi abuela avisando que salgo con José y que pronto regreso, debe de estar con alguna amiga.

Desde la muerte de mis padres mi abuela a sido mi única familia, este pueblo lo único que conozco al igual que sus habitantes. Ya cuando comience la universidad eso cambiará, me iré junto a mi abuela pues no puedo dejarla sola, mis padres me dejaron bastante dinero que aún no hemos tocado, con eso, con lo que tengo ahorrado y con algún trabajo que consiga se que estaremos bien. Dentro de tres meses seré toda una universitaria de la UCW .

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Sentada en las gradas con otras chicas más, la diferencia entre nosotros es que ellas no dejan de gritar y alentar al equipo de voley donde está José, en cambio yo solo estoy observando, de vez en cuando también aliento para que luego José no sé enoje conmigo claro.

Según lo que entiendo están ganando, no doy más información porque ya me he olvidado, pero que están por llevarse la victoria es lo más importante no. Y al fin ganan. Ahora sí me levanto y aplaudo con las otras chicas, decir que casi no hay hombres en las gradas es poco, está lleno de chicas. Mis amigas también estarían acá si no tuvieran esa resaca, porque a todas les gusta ver chicos guapos.

José me señala las duchas diciendo que enseguida regresa, decido que es mejor esperarlo en el estacionamiento así que me dirijo hacia allí.

Para cuando quiero darme media vuelta y regresar a dónde estaba ya es demasiado tarde. Estoy creo a tres pasos de Aaron que le está comiendo la boca a una de las chicas de las gradas.

Aaron es guapo como su hermano, un poco más alto, y más grande de cuerpo, tienen los mismos color de ojos, de cabellos castaño, es que son muy parecidos. La diferencia es que Aaron es un poco más callado, en cambio Alex le da rienda suelta a su lengua y no precisamente para alagar.

Mejor lo ignoro, no creo que me vea si está muy ocupado en comerle la boca a esa chica, así que paso junto a ellos y voy hacia la moto de José, espero que el muy cabron no se tarde no quiero cruzar palabra con Aaron.

Después de varios minutos de espera José al fin apareció y me invitó a comer, así que estoy sentada frente a un parque comiendo no recuerdo que era, en estos tipos de cosas mi memoria es un asco.

– En que tanto piensas, que no has comido nada — dejo de jugar con la comida y observó a mí amigo que si ya ha acabado lo suyo.

– En nada solo, no sé no tengo hambre — asiente.

– Irán a la fiesta de la playa — o ahora sí me motivo.

– Obvio que si, este verano es para disfrutar y tú irás — también lo había olvidado, pero claro que no faltare a esa fiesta. 

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⏰ Última actualización: Oct 04, 2023 ⏰

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