Capitulo 9

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-Hija, hay cosas de las que  no puedes enterarte o por lo menos no ahora, me tengo que ir, sabes que tu padre y yo, siempre querremos lo mejor para ti ¿cierto?

-Madre no te vayas.- Desapareció. Rápidamente me levante y vi el reloj 7:15 , tenía menos de 15 minutos para vestirme, como si me importara como me veo; me puse unos jeans y un sudadera, además de mis Tenis deportivos y el cabello agarrado en un cola de caballo.

Salí de mi casa y pasé a una cafetería a comprar un café , después de camine rápido a la escuela. Había llegado a tiempo. Entre al salón, estaba en clase de literatura y un chico de rulos y ojos azules me hablo.

-Hola, tu debes ser la chica de la que Nath me ha hablado tanto ¿ Charlotte Wood?

-Hola…- El chico esbozo una sonrisa de oreja a oreja mientras meneaba sus rulos.

-Soy Jay Mcguiness, amigo de Nathan.

-¿El qué se accidentó?.- podía ser el chico que Nathan describió como su mejor amigo.

-Sí ese soy yo.- Era simpático, y divertido.

-¿Ya estás mejor?

-Sí, tuve algunos huesos rotos por accidente en moto, pero ya todo fuera de peligro; debes ser muy especial, porque Nathan no ha ido a verme los últimos días.- Me guiñó un ojo.-  y en mensajes de texto solo mencionaba a un chica de la cual estaba enamorado.-Hecho, estaba ruborizada, roja como un tomate.-Tranquila, eres linda.

-¿Gracias?.

-De nada.- después de eso me voltee y seguí tomando nota de la clase, en el receso Nathan me invitó a sentar con él y su amigo.

-Hola Charlie.-Nathan besó mi mejilla.

-Hola, Nath; Hola Jay.-Me senté a lado de Nathan y comí una manzana.

-Vamos a ir al carnaval ¿Quieres ir con nosotros?.-Lo miré, tenía posada en su cara una hermosa sonrisa en su bello rostro.

-Claro, por qué no.-Tomo mi mano, sentí energía electrizante, me vino una necesidad de posar mis labios en los suyos, moverlos a ritmo y sentir esa sensación tan especial como el día anterior. Como si lo hubiera llamado, me besó. Jay eso ruidos que reflejaban su incomodidad ante tal situación. Nos separamos.

-¿Cómo tengo que ir?

-Bueno es como una feria, pero tienes que llevar antifaz, ponen música latina, ya sabes samba, salsa. ¿te gusta bailar?

-No sé bailar, pero tal vez tu puedas enseñarme.

-Claro, linda; solo aclaro que el carnaval no se interpone con nuestra cita. Ve con un lindo vestido.-Saco algo de su mochila era una caja de terciopelo negro, la abrió y pude ver que contenía un bonito antifaz color negro con diamantina y joyas de fantasía incrustadas, era realmente hermoso.-Toma, Jay dijo que quería ir y recordé que mis padres solían ir los carnavales. Te quedará hermoso.-Lo tomé con delicadeza y me lo probé.-Como lo dije, hermoso.-Timbre, eso significaba de nuevo a clases. Me despedí de Jay y de Nathan quien me dio de nuevo un beso en los labios, pero esta vez pude notar como todos nos observaban, ¡al carajo! Me despegué de  él  y me fui a mi clase, después de la escuela los chicos me dejaron en mi casa para cambiarme.

Escogí un vestido de color negro y unas zapatillas con el tacón un poco alto, pero aun así no pasaría a Nathan. Arreglé un poco mi cabello con un poco de spray ¿cómo conseguía el dinero? Hipnosis, pero como esta prohibida, solo la uso para conseguir trabajos temporales. Creo que estaba lista. Escuché el auto de Nathan y lo vi vestido con una playera de manta sexy, Jay igual se veía atractivo, iba tomado de la mano con una chica rubia y de labios gruesos, ella llevaba una falda y, una blusa con lentejuelas y plumas.

-Hermosa-.Besó mano, subimos en la parte delantera.

-Que grosero he sido Charlotte, esta es Kate, mi novia.-Le extendí la mano  y nos saludamos.

-Soy Charlotte, mucho gusto.-Todo el camino ella y jay se iban haciendo cariñitos no podía evitar soltar risitas pues moriría por estar haciendo eso con Nathan. Como si adivinará lo que pensaba Nathan volteo a ver al retrovisor y luego tomo mi mano, lo cual me hizo sentir calidez.

Cuando llegamos todo estaba atascado de gente con plumas y lentejuelas en sus ropas, antifaces con los que se negaba la posibilidad de reconocer a alguien. En realidad me sentía un poco enferma, todo eso se detuvo cuando Nathan tomo mi mano para irnos. Nos adentramos  en ese mar de gente. Estaba sobre un muelle, había, música, comida de todo tipo. Nathan me puso el antifaz y bailamos un poco, todo normal, roce de pieles, agitación cardiaca que era más a causa de Nathan que de la excitación del baile.

Una de las tardes más memorables que he tenido, desde que Nathan apareció en mi vida.

Comimos algún platillo típico y nos divertimos como si no hubiera un mañana

Cuando nos íbamos, como siempre  mi vida llena de riesgos, una viejita iba pasando la calle y un automóvil iba en su dirección. Sin pensarlo corrí, Nathan se desconcertó y trato de alcanzarme.

Me paré enfrente del coche.

Esperé el impacto.

Beso de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora