JEONLOUS ♠️Kookmin♠️

Parte dos

Jimin apoyó la mejilla contra la puerta, sintiendo su frescor agradable en contraste con lo caliente que sentía su piel. De un momento a otro dejó de sentir el cuerpo de Jungkook contra el suyo. Su camisa fue desabotonada y desechada.

Cuando quiso volverse, una mano sostuvo su cabeza donde estaba.

—No te he dado permiso para moverte.—la mano se mantuvo en su pelo rosa un instante antes de desaparecer. Lo siguiente que escucho fue la hebilla del cinturón de Jungkook.—Las manos.

—¿Eh?

—Que pongas las manos a la espalda.

Tragó saliva y aún dudoso, obedeció. Sentía el cuerpo gelatina mientras Jungkook amarraba sus muñecas con aquella tira de cuero. La ajustó, sin dejar espacio para mover las manos.

Enganchando los dedos a la trabilla del pantalón, le dio la vuelta. Sus ojos se veían extremadamente oscuros y no solo era por la escasa iluminación.

—De rodillas.—ordenó. Sumisamente, Jimin obedeció. Desde abajo, vio como Jungkook bajaba sus pantalones hasta los tobillos y después su ropa interior.—¿Qué tal si me haces uno de esos trucos tuyos, cariño?—cuestionó, acariciando su pelo rosa.

—¿Sin las manos?.

—¿Y para que necesitas las manos? Abre la boca.

Tras un instante de meditación, Jimin hizo lo que se le pedía. Él era de plantar batalla pero cuando se trataba de Jeon y el sexo, se volvía un juguete maleable. Y le encantaba.

Jungkook paseó su glande por los gruesos labios, antes de meter su polla en aquel perfecto calor mojado. Jimin lo tomó todo, succionando y relajando la garganta con las primeras embestidas. Aquellas aún eran suaves, sabía que luego vendría el verdadero reto.

—Hmm...—murmuró Jungkook.—Me encanta joderte esa boquita.

El ritmo empezó a variar, hasta alcanzar velocidad y fuerza. Si las primeras estocadas habían sido lentas, ahora Jeon estaba literalmente, follándole la boca. La ligera sensación de asfixia le resultaba excitante y los sonidos húmedos de su saliva lo volvía todo mucho más sucio y salvaje.

Jimin gemía en torno a su miembro.

A intervalos, Jungkook le tiraba del pelo hasta salir de su boca y obligarlo a lamer toda la extensión, antes de volver a introducirse de un empujón. Y el rubio, incansable, seguía. Con los bajos gruñidos de Jungkook amplificándose en la habitación.

Jimin sabía que disfrutar tan brutalmente de aquello no debía ser sano. Querer, adorar, un trato tan salvaje no podía ser moralmente correcto. Pero el lo amaba.

Demasiado pronto para su gusto, Jungkook tiró de sus mechones con rudeza. Jimin gimoteó cuando la polla salió de su boca.

—Estoy deseando correrme en esa carita preciosa.—musitó el más alto, forzándolo a mirar hacia arriba con la mata de cabello aún entre sus dedos.—Pero sería una lastima estropearte el maquillaje, ¿Verdad? Hmm... La próxima vez.

—Jungkook...—lloriqueó, impaciente.

Este sonrió de una forma tan perversa que Jimin notó una sacudida en su miembro. Lo levantó, únicamente soltando su pelo cuando ya estaba de nuevo atado y sometido contra la puerta.

—Aunque ahora que lo pienso que reaparecieses con los labios rojos y cubierto de mi corrida daría a Taemin una impresión más que acertada.

Una parte del cerebro aletargado por el sexo de Jimin hizo click. Así que de eso iba la historia. Jungkook era un cavernícola celoso sin remedio. El frío en su trasero lo devolvió al presente, cuando sus pantalones y boxers fueron bruscamente arrastrados al suelo. Y entonces llegó el primer golpe.