°Amor entre psíquicos° (S. Kusuo x Oc)

° Capitulo 09 °

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¡Holi!
Creo que por fin me estoy liberando del bloqueo :D
¡Gracias a todos los que esperaron una nueva actualización!
Para devolverles la atención, me he dedicado a sacar un combo de capítulos~

¡Espero que los disfruten UwU!

(Felíz navidad «atrasado» y año nuevo~)

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En un parpadeo, Saiki y Torahaya se encontraban dentro de la cima de un faro abandonado, en el otro lado del mundo.

El faro había estado deshabilitado por muchos años, por lo que algas, telarañas y escombros reinaban en el interior. Estando desgastado y con óxido en los yacimientos por las fuertes olas que lo golpeaban constantemente.

Saiki: - algo aturdido, por la sorpresa, se queda viendo un lugar fijo con los ojos muy abiertos - (¿Q- Qué?)

Akemi: - se queda en silencio y se separa lentamente del chico - (yo...)

Con solo escuchar su pensamiento, voltea a mirarla, su expresión cambia a una ligera de consternación.

Saiki: *Torahaya-San... ¿Acaso eso fue-? ¿A caso tú-?*

La chica se sobresaltó y agachó la cabeza, ella estaba tan nerviosa que no lo podía ver a los ojos.

Akemi: - comienza a tartamudear- e- eh... hmn... y- yo... b- bueno...

Ante la fija mirada del chico, ella se volvió a sonrojar, notándose en la punta de sus orejas, aunque ahora estaba más preocupada que nerviosa.

Akemi: - sin encontrar las palabras adecuadas, traga saliva ante la presión, piensa un poco más para así intentar ser directa - yo... l- lo siento, de verdad... lo siento mucho...

Ella empieza a temblar, lo único que creía que le era posible hacer en ese momento tenso era disculparse continuamente, hasta llegar a un susurro.

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Pero... ¿Por qué se disculpa?

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Saiki estaba muy sorprendido por todo: las palabras que escuchaba... el lamento en el tono de voz... la chica que se estaba disculpando... de ahí, solo pudo decir algo.

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Saiki: *Torahaya-San, ¿Tú... hiciste esto? ¿Tú nos trajiste aquí?* - deja sus ansias al lado para esperar pacientemente una respuesta -

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La única lógica que él podía encontrar es que fue Torahaya, ya que para teletransportarse tenía que esperar mínimo 5 minutos para hacerlo de nuevo, pero en menos de 4 ya se encontraban en ese misterioso lugar.

Lo había agarrado antes de aparecer ahí, y pensarlo sólo le produjo un pequeño estado de shock.

La chica apretó sus manos y mordió su labio inferior, tragando saliva con dificultad. No esperaba que iniciara con esa pregunta... pero era el momento de confesar, ya no había vuelta atrás.

Akemi: - se endereza lentamente, pero aún miraba al suelo - sí... yo lo hice.

Un ligero escalofrío recorre la espalda baja de la chica. Ese fue el primer paso. Ahora falta la respuesta del otro, quien sintió el "impacto".