¡¿Eres Un Alfa?! © [BLACKVERSE #1] ✓

𝑬𝒙𝒕𝒓𝒂

El nacimiento de su hijo fue un milagro, literalmente.

Kaleb empezaba a dar vueltas nervioso en medio de su habitación que compartía con su esposo, estaba realmente nervioso.

¿qué pasará con él si Zed decide darle la espalda?

Empezó a tratar de relajarse; ambos habían pedido el favor hacia su diosa, no tenía que estar tan asustado si ambos deseaban lo mismo.. ¿no?

El miedo volvió a apoderarse de él haciendo que soltará feromonas más agrias a las dulces aromas a chocolate que desprendía. Se sentía horrible.

—Bombón —y cuando fue llamado por la única persona que no quería ver; sintió ganas de llorar, sus ojos empezaron a soltar crueles y silenciosas corrientes de una salada agua—. Darling.. ¿estás bien?

Con sus manos temblorosas y sudorosas, su pulso incrementado, las lágrimas cayendo por sus zafiros y una sonrisa que salió más como una mueva; levantó su vista. Dejando al alfa severamente preocupado y asustado.

—¿Estas bien? —preguntó mientras acariciaba las mejillas de su contrario, temía que Kaleb llorará por su culpa.

—Z-Zed.. y-yo..

—¿Tu..

—Estoy embarazado.. —confesó sin temblores, sin titubear, solamente lo dijo y se sentía bien se sentía maldita malditamente bi—. ¡ZED NO TE DESMAYES!

Kaleb era un alfa, así que por más que quisiera, no apestaba a embarazado.

Así que debían contarle a sus conocidos ya que no podían esperar a que estos se dieran cuenta por si solos, aunque el abdomen bajo de Black estaba algo crecido ya.

—¿Qué iban a decirnos? —dice Zoe.

La pareja había juntado a su grupo de amigos a su casa para cenar y contarles la noticia antes de que algún metiche se enterara.

—¿No es obvio? —pregunta Melina sarcásticamente hacia el aire, ya sentía la presencia de alguien más en la mesa.

—¿Qué es obvio? —contesta Carrie algo perdida en sus pensamientos pensando en la desición más importante de su vida; fundar una línea de moda.

—¡Digannos! —exige Mizuki con una sonrisa tranquila que le hacía cuestionar a sus contrarios si era verdadera.

—Bueno.. n-nosotros.. Zed y yo.. —empieza el castaño claro tratando de tantear terreno para hacia dejar a caer toda la siembra—. Tenemos.. una..

—Kaleb está embarazado —soltó sin más; no le importaba en lo más mínimo su suavidad, si alguien no le gustaba podía irse al carajo.

Todos soltaron sonidos de asombro excepto la pelirosa. Carrie y Velkan se quedaron estáticos en su lugar con sus ojos bien abiertos al igual que sus bocas, en shock. A su contraria; Zoe y Mizuki saltaron de alegría llendo corriendo hacia el vientre de Kaleb.

—¡No lo puedo creer! —exclamó la menor de los Philip mientras acariciaba a su futuro sobrino/a—. ¡Vas a ser papá, Kaleb!

—Oh hermano me siento muy feliz, no tranquila hermana ¡solamente voy tener un hijo! —soltó celoso Zed

—No quiero saber cómo se pondrá cuando nazca su hijo o hija.. —dijo Carrie al aire provocando que su jefe rodase los ojos.

—Va a ser un niño —contestó seguro el pelinegro de ojos verdes.

—No, será una niña —contradijo Mizuki mientras le sacaba la lengua a su cuñado postizo.

—¡Será un niño! —habló Velkan metiéndose en la concertación.

—¡Será una niña! —exclamaron Zoe y Carrie al mismo tiempo.

Pero de repente a todos se les juntaron los cables y sus ojos quedaron en solo una persona, aquella pelirosa que miraba con recelo el abdomen bajo de Kaleb.

—¿Qué? Ya se que estoy precios-..

—¡¿Va a ser niña?! —preguntó la pelirroja.

—¡Que no! Va a ser un niño —contradijo Philip mayor.

—Ni puta idea.. —contestó haciendo una mueca como si estuviese confundida. Los demás se resignaron e volvieron a cenar con más emoción y solo un tema de conversación. Ya que todos estaban en el patio para hacer una chimenea, Johnson se acercó al castaño embarazado discretamente para susurrarle—. Va a ser un niño..

Era el día, hoy era el día, justamente un 24 de octubre del 20XX. Kaleb empezó a tener contradicciones en su camilla del hospital así que inmediatamente un doctor Beta —que fue seleccionado por un Philip celoso que escogió a un señor de 55 con nietos— acudió para el parto junto a otras enfermeras viejas.

—Pobre de ti.. me dejes.. solo —amenazó Kaleb hacia el padre de su hijo. Zed asintió pero realmente sentía como estaba a punto de colapsar. El parto empezó, todo estaba llendo perfectamente hasta que el alfa pelinegro de ojos verdes miro toda la sangre de su mate; como si de alguien muerto se tratase se desplomó en el suelo como aquella vez en la que le dijeron que sería padre—. ¡Zed!

—No se preocupe, siga pujando —pidió el doctor mientras miraba gracioso el cuerpo tendido del esposo de su paciente, y pensando que ese era el jefe de una manada—, ¡que alguien ayude al Alpha Philip!

De prisa las enfermeras acuyeron al rescate del alfa, trajeron otra camilla para que estuviese enseguida de su familia; porque el primogénito de ambos estaba naciendo en estos momentos. Con mucho cuidado lo pusieron en la camilla y le pusieron una botella alcohol puro para que despertará.

—¿Qué pasó? ¿Ya nació? —preguntó alterado pero al tratar de levantarse cayó hacia atrás.

—Felicidades señor Philip, es un varón y un alfa —dijo una enfermera mientras limpiaba al chiquillo que no paraba de llorar.

—¡Toma eso Zoe, me debes un viaje a las Bahamas! —exclamó Zed levantándose rápidamente hacia su hijo.

—¿Apostaste sobre el género de nuestro hijo? —preguntó ofendido y con los ojos entrecerrados.

—¿Qué dices? No te escucho.. ¡ay! Creo, ¡creo que voy a desmayarme de nuevo!

—Idiota —insulto Kaleb lanzándole un cojín con su mano derecha, estaba cansado como para levantarse a recriminarlo.