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Nicolás acaba de empezar a trabajar como coordinador jefe en la redacción de una de las revistas de moda más leídas del país:
Hoy fue un viernes cualquiera en su vida laboral: se despertó a las 6:30, se lavó la cara y revisó redes sociales mientras tomaba su café con leche acompañado de una tostada de queso crema con palta y salmón ahumado. Se lavó los dientes profundamente, hasta pasó hilo dental entre ellos para más impecabilidad.
Después procedió a vestirse: una de sus tantas camisas blancas, ceñida al cuerpo. Pantalones azul marino. Zapatos a juego. Completó el outfit con un blazer, como no, azul marino tambien. Como guinda de la torta: una pajarita a juego con el vestuario. Los pequeños detalles, importan. Marcan la diferencia. Guardó en su maletín forrado de cuero sintético negro varios papeles y se dirigió de nuevo al baño para darse un último toque: perfume. Dos pulverizaciones en cada lado del cuello eran suficientes.
Listo para salir de casa.
En la redacción todo seguía su curso de cada viernes: Muchas ganas de que termine la jornada y que llegue el fin de semana. Fue una semana demasiado intensa, hubo mucho trabajo. Recién empezaba la temporada otoño - invierno. Había que hacer varias entrevistas a especializados en moda, sesiones de fotos de las nuevas colecciones que marcarían tendencia y escribir varios artículos.
Por suerte las horas pasaron rápido. Pensar en los planes después del trabajo a veces ameniza la jornada.
Nico: (sale del ascensor en el estacionamiento fijándose en la hora. Camina rápido en dirección hacia su auto) X: (baja del auto) Mierda (Patea el auto) Bfff (da unos pasos hacia detrás pasando sus dedos entre su cabello acomodandolo hacia atrás. Mira para los costados nerviosa) Nico: (se acerca) ¿La puedo ayudar en algo señorita? X: Si no sos mecánico no (lo mira rápido, lo vuelve a mirar esta vez chequeandolo de arriba abajo) Nico: ¿Problemas con el auto? Permiso (entra al auto y trata de arrancar) Uff, no suena bien. Para mi es un problema en el motor (baja) X: Genial (saca el celular y mira la hora. Suspira) No llego (chasquea la lengua) Nico: No puedo hacer que llegues, pero sí puedo llamar a mi mecánico de confianza si querés. Te lo arregla en un segundo. No literalmente, claro (ríe un poco. Se aclara la voz sintiendose pelotudo) X: Me harías un gran favor Nico: (marca el número y coloca el celular en su oreja. Se aleja un par de pasos) Flavio, ¿todo bien? (Ríe) ¿Para qué otra cosa te voy a llamar? Dale, ahí te mando ubicación. Te debo tantas, gracias amigo. Nos vemos, chau (corta) Listo. Tranquila, es de confianza y muy buen mecánico. No sabés todos los autos que me salvó X: Gracias de nuevo. No sé cómo agradecerte Nico: No tenés que agradecerme, es un favorcito de nada (se guarda el celu) X: Dejame invitarte a tomar algo aunque sea. Una cerveza Nico: (ladea la cabeza sorprendido por la propuesta) X: Si te parece desubicado, o tenés prisa, o simplemente no querés lo entiendo. Podés decir que no sin compromiso Nico: No tengo prisa, tomar cerveza en buena compañía un viernes después del trabajo siempre es un sí. Por otra parte, más que desubicado, es raro. Digo, no te conozco, no me conocés. Ni siquiera sé tu nombre X: Emilia, un gusto (le tiende la mano) Nico: (le da la mano) Nicolás. El gusto es mío (sonríe seductor) Emi: Ahora ya nos conocemos Nico: Sos de darle para delante (sonríe, esta vez, ampliamente) Acá a la vuelta hay un restaurante japonés espectacular Emi: De una cerveza pasamos a una cena. La noche promete Nico: No me malinterpretes. Hace horas no como, es casi la hora de cenar, me muero de hambre. Tomar cerveza con el estómago vacío no es buena idea. Y como parece que insistís en que nos conozcamos... Emi: ¿Perdón? ¿En qué momento insistí? Nico: (sonríe de costado) En algún momento (comienza a caminar hacia la puerta de salida del estacionamiento) Por acá Emi; (sonríe, cierra el auto y lo sigue) ¿Tu amigo mecánico no va a necesitar que estemos acá cuando él venga? Nico: No. Ahora le mando ubicación y descripción de tu auto, viene y se lo llevan al taller. Creo que mañana lo tendrán listo Emi: Van a necesitar mi número de celular entonces, para avisarme, ¿no? (Saca una tarjeta de su cartera) Es mi número personal (se la da) Nico: (la mira) Esto mejora por momentos (la guardar en el bolsillo interior de su blazer y la mira) No solo te estoy llevando a cenar sino que además conseguí tu número en cuestión de segundos. Hoy es mi día de suerte. Nunca me había resultado tan sencillo seducir a una mujer como vos Emi: ¿Estás llamandome "fácil" o "rapidita"? Empezamos con mal pie Nico: No, no. No me malinterpretes, para nada quise decir eso. Olvidalo mejor, sonó mal, es verdad. Lo siento Emi: Voy a fingir que no dijiste nada solo porque me gustó eso de "una mujer como vos" aunque no entiendo muy bien qué significa eso Nico: (la mira) Espectacular, hermosa, me atrevería a decir que también enigmática Emi: (lo mira) Ah, entiendo. No vas por mal camino. Pero siento decirte que no sos el primero en decirme algo así Nico: Era de esperar (salen del estacionamiento) Emi: Mi día fue tan mal que lo último que esperaba era que terminara en una cita improvisada con "un hombre como vos" Nico: (ríe un poco) El mío no fue precisamente mal, pero tampoco esperaba que terminara así. Me gusta lo inesperado. ¿Trabajás en la editorial? Nunca te vi Emi: Más o menos Nico: (asiente) Más o menos... interesante Emi: Vos deduzco que sí Nico: Estás ante el coordinador jefe de la redacción Emi: Ah bueno, que honor. Eso explica tu buen gusto. Tu ropa, el restaurante japonés, el perfume Nico: Gracias. Vos también tenés un gusto exquisito (le mira el vestido) Simple pero elegante. ¿Entrevista de trabajo? Emi: Muy observador. Pero siento decirte que te falló la intuición. No tuve ninguna entrevista de trabajo. Aunque perfectamente podría haberla tenido, sí. ¿Hace mucho te dedicás a la moda? Nico: Siempre me gustó. Oficialmente unos 3 años. Igual tampoco me dedico a la moda como tal, solo doy mi opinión de entendido en el tema a través de la revista, promociono nuevas colecciones Emi: (interrumpe) ¿Tu opinión se traduce en críticas destructivas? Nico: (la mira) Emi: Leí alguna vez la revista. Quién no la leyó aunque sea en la peluquería mientras espera, ¿no? Nico: ¿Y qué te parece? Emi: ¿Te importa mi opinión? Nico: Ya que salió el tema...nunca está de más escuchar opiniones Emi: (asiente) Odio las revistas que critican cruelmente, sobre todo, la forma de vestir de las personas. Me parece superficial y muy negativo. Cada uno es libre de vestir como quiera, se sienta bien, feliz, cómoda, segura, linda y todo acaba en A porque la mayoría, por no decir todas las críticas son hacia mujeres. Vivimos tan juzgadas que a veces me dan ganas de encerrarme bajo tierra (lo mira) Vos dijiste que querías mi opinión Nico: No la esperaba tan... explosiva. ¿Debería disculparme? Emi: Conmigo no. Tal vez con Lady Gaga, Jennifer López o Madonna sí Nico: (sonríe un poco) Complicado. Ademas no creo que les haya llegado mi opinión, y en el caso de que sí, no creo que les haya movido ni un pelo Emi: No des cosas por hecho nunca Nico: Hay críticos peores que yo Emi: Desde luego Nico; Además no soy el autor de todos esos artículos Emi: Pero los aprobaste para que fueran publicados Nico: (sonríe de nuevo mirándola) Ok. Jaque mate. Bueno pero de algo tengo que comer. Me gusta hablar sobre moda, lo que se lleva y lo que no. Si vos lo llevas porque te gusta y te hace sentir bien, no te debería importar la opinión del pelotudo que hay detrás de las páginas de una revista Emi: No debería...pero tal vez sí. Asumí tu responsabilidad, estás atentando contra la autoestima de muchas personas Nico: Nunca me lo había planteado así Emi: ¿Es ese restaurante? (Lo señala) Nico: (mira) Sí Emi: No entramos y ya puedo sentir la exclusividad Nico: Si te preocupa el precio... Emi: No me preocupa nada en absoluto. De hecho (se detiene) Nico: (para de caminar y se gira hacia ella) Emi: Solo voy a entrar con la condición de que me dejes invitarte. Vos hiciste bastante con el auto Nico: Al menos dejame colaborar mínimamente. No tiene comparación llamar a un amigo para que venga a arreglar tu auto con pagar una cena en uno de los mejores restaurantes japoneses de Buenos Aires Emi: Mínimamente (retoma el paso adelantandolo) Nico: (la mira pasar por delante de él con aires de superioridad. Le mira el trasero y sonríe. Se acomoda el blazer y comienza a caminar detrás de ella) ¿Puedo cambiar de tema de conversación? Me incomoda hablar tanto sobre mi. Quiero saber sobre vos, me diste muy poca información. ¿Sos modelo? ¿Te gustaría serlo? Podríamos hacerte una sesión de fotos uno de estos días. Tu imagen va perfecta con nuestra revista Emi: ¿Para que mi critiques? No gracias Nico: Para promocionar la nueva colección Emi: ¿Tengo cara de ser modelo? Me dedico a la contabilidad, no tengo tiempo para esas pavadas Nico: Solo te haríamos un par de fotos. Las sesiones duran a penas 3 horas Emi: ¿Sabés todo lo que hago yo en 3 horas? Nico: No, pero me interesa. ¿Qué? Emi: (lo mira sonriendo juguetona) Vine a la editorial a solucionar unos temas con tu jefe, no a que me ofrezcas un trabajo de maniquí Nico: Un poco de respeto hacia la profesion, por favor Emi: Cierto, lo siento. El caso es que no estoy interesada en fotos de ningún tipo. No me hace especial ilusión que mi cara salga en una revista. Prefiero seguir siendo una contable anónima (entra al restaurante) Nico: (entra detrás) Mozo: Buenas noches Nico: Buenas noches. Mesa para 2, por favor Mozo: Por acá (los guía) Emi: Gracias (se sienta) Nico: Muchas gracias (se sienta frente a ella) Mozo: ¿Carta de vinos? Nico: No. Dos cervezas, por favor Mozo: (asiente y se va) Emi: (inspecciona el lugar) Nico: ¿Superó tus expectativas? Emi: A lo grande. Nunca estuve en Japón, pero debe ser más o menos como este lugar. Siento que acabo de viajar en cuestión de segundos Nico: (sonríe acomodandose los puños del blazer) Emi: ¿Quién me iba a decir que de un auto estropeado terminaría en Japón? (Lo mira y sonríe) Nico: Las vueltas de la vida. Deberías avisar a la persona o personas que te esperaban Emi: (arruga la frente) Nico: Dijiste que no llegabas. No llegabas a algún lugar que tenías planeado ir Emi; ¿Y das por hecho que iba a ir con alguien? ¿No puedo ir sola? Nico: Sos brava. Me gusta Emi: (sonríe a penas) Tenía entradas para el cine. Iba a ir con mi hermano. Pero esta acostumbrado a que lo deje plantado así que no le debe sorprender. Además le avisé de que no sabía si llegaba a tiempo. A veces las reuniones se me alargan más de la cuenta Mozo: (deja dos vasos grandes y helados de cerveza) ¿Van a querer menú o prefieren buffet libre? Emi: Buffet libre, gracias Mozo: (hace un gesto con la cabeza y se va) Emi: No me habías avisado que era buffet Nico: No hubo ocasión para hablarlo. No puedo creer que no me hayas pedido opinión Emi: Yo pago, yo decido (se para) Además vos das tu opinión demasiado seguido y suele ser como un dardo envenenado así que mejor que te calles un rato. Saliste de tu trabajo hace media hora, ahora no sos mas que un tipo normal que viste muy bien en una cita improvisada. Tu opinión, no le importa a nadie Nico: (sonríe y se inclina hacia delante apoyando los codos sobre la mesa devorandola con la mirada) Aún así, dejame felicitarte por la elección Emi: (le sostiene la mirada) Ahora vengo, voy a chequear las opciones (se va) Nico: (saca el celular y revisa los mensajes. Lo pone en silencio y lo guarda de nuevo. Bebe cerveza)