Capítulo 3: Chute.

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Conway llevaba un rato caminando por la calle, acostumbrándose a los alrededores, aprovechando el tiempo libre antes de las prácticas en la tarde. Dada su estadía allí, entrenaría a otros patinadores de categoría senior y junior, el programa no lo había sugerido solo para beneficiar al ruso, lo tenía todo pensado.

Se detuvo en una cafetería, no era lo más elegante, pero se veía agradable y le apetecía un café además de otro cigarrillo. Entró al local, dirigiéndose a la fila para pedir, poniendo mala cara por la espera. Le llamó la atención que el encargado tuviese algunos moratones por la cara.

—¿Eres boxeador o trabajador de cafetería? —pregunto con sarcasmo tras pedir un Americano.

—Cafetería —respondió algo molesto, concentrándose en la pantalla de la caja dónde ingresaba el pedido y esperaba que la boleta se imprimiera.

—Ya —tampoco le tomaría tanta atención a un extraño, recibió su café y se retiró del lugar, prendiendo un cigarrillo cuando estuvo fuera de la tienda.

Miró la hora en su reloj, aun le quedaban al menos 3 horas, suficientes para terminar cada tramite, necesitaba un departamento temporal y un gimnasio, a pesar de trabajar como entrenador, estaba acostumbrado a seguir su rutina antigua, solo se había vuelto más descuidado con las comidas y horarios.

Con el cigarrillo en la boca, el americano en la mano izquierda y el teléfono en la diestra, camina buscando la ubicación que había guardado. Un conocido le había recomendado un gimnasio en específico, estaba a solo dos cuadras, así que optó por caminar.

El lugar tenía un aura moderna, se veía limpio y bastante amplio. Con una recepción y ventanas grandes, a través de unas se veía un hombre bastante animado impartiendo clases con la camiseta de coach, supuso que se trataba de zumba por la música que llegaba a sus oídos, aquello nunca le gustó.

Fue hasta la recepción para inscribirse, portando el típico semblante serio que le caracterizaba, reposando el café sobre el mesón. Le pareció algo curiosa la manera de hablar de aquel hombre que se presentó como José María Trucazo, el dueño y recepcionista del lugar. Jack procuró hacer los trámites rápido, sobre todo cuando el que iba de coach se acercó a él con una botella de agua entre manos.

—Hombre, yo a ti te conozco —dijo con el tono de voz parecido al recepcionista, parecía intentar recordar.

Conway resopló, no era la primera vez que le sucedía algo parecido. Como patinador muchas personas lo habrían visto de pasada, sin tomarle real atención a lo que hacía.

—¿Lo conoces? —pregunta José María, observando a quién era su hermano.

—Me suena de algo, neno. Pero ahora no me acuerdo, ¿Tú promocionas champús?

—¿Qué? —Jack frunce el ceño, hasta ver al otro abrir los ojos con algo de sorpresa.

—¿No eres ese del hedan shouder? –insiste, pronunciando mal las palabras en inglés.

—No. Venga, dame el puto ticket —dice Conway a José María, quién asiente y le da una tarjeta.

Se retira rápido, olvidando el café sobre el mesón, a la salida prende otro cigarrillo, considerando la idea de cambiarse de gimnasio para no lidiar con esos dos.

(...)

Era el último día de licencia y no pudo quedarse en casa. Greco había vuelto, ignorando una que otra mirada de sus compañeros que se fijaban en el rastro de los moretones que tenía por la cara, no sabía usar maquillaje, si no, hubiera procurado cubrirlos, al menos por el rato. Cuando llegaron las practicas, se concentró en lo suyo, debía mantener el puesto como bailarín principal, debía aguantar el dolor que se esparcía por su pecho y abdomen cuando hacía algunos movimientos, y es que para bailar requería de cada musculo existente. No fue hasta que soltó un quejido cuando se movió mal que el profesor lo notó, esperando hasta que terminara la clase para preguntarle.

Una vez todos se fueron, vio a greco dirigirse a los vestuarios y lo siguió, notando que al quitarse la camiseta tenía el pecho pintado en azules, morados y negro. Hematomas que seguro se debían a golpes, con un par de heridas que parecían haberse abierto, sangrando mínimamente. Horacio se acercó a su alumno.

—Greco —llamó, notando como el nombrado de giraba hacia él, cubriendo su pecho con la camisa que recientemente se había quitado.

—Profesor, ¿sucede algo? —pregunta nervioso.

—Tu licencia caducaba mañana, ¿Por qué viniste en ese estado?

El menor bajó la cabeza, buscando la mejor manera de decirlo.

—No quiero perder el papel.

—Lo perderás si te esfuerzas estando así, te puedes lesionar y quedar fuera por más de una semana, entonces lo pierdes y lo toma otro. Vete a casa y mañana vienes solo a los teóricos —propone medio sonriente, dándole una palmadita en el hombro para luego retirarse.

—Bien, gracias —asiente, al menos ya no debe preocuparse por ello, o eso cree.

Se da una ducha y al salir de los camerinos ve a Volkov practicando con una melodía de piano que Greco cree conocer, lo observa un momento, se ve demasiado serio a pesar de estar bailando.

—Greco —llama el ruso antes de que se fuera, deteniendo la práctica y acercándose.

—Hola, Viktor —saluda sin demasiados ánimos, sonriendo a pesar de ello.

—¿Qué le sucedió? —pregunta. No era lo que iba a decir, pero supone que ser un poco considerado es la mejor opción.

—Me caí de las escaleras —miente, sin mirarlo a la cara.

—¿No se quedará hoy? —dice tras un pequeño silencio.

—No, no puedo. Practique por mí. Hasta mañana.

Se retira sin más, dejando al mayor con las palabras en la boca, a la salida respira hondo. Buscando sus audífonos y las canciones que le gustan. Emprende el mismo camino de cada tarde, que se ve más sombrío de lo normal. Algo le pesa, y billie eilish no ayuda con ello. No es la primera vez que parecen agotársele las energías, tampoco es la primera vez que termina herido intentando ayudar, mira al cielo recordando a su padre, preguntándole si está haciendo algo mal. Necesita un consejo, está harto de buscar respuestas por sí solo, de buscar razones para levantarse de la cama cuando sus alrededores han sido devastados. Esta jodidamente harto de sentirse solo, de que los únicos amigos que tiene estén en otro país viviendo sus vidas. Le cansa esforzarse cada día sin recibir nada más que problemas.

Respira hondo nuevamente y se quita los auriculares, entrando a la cafetería, fingiendo una sonrisa a los compañeros que están terminando el turno.









...

Pequeña aclaración de que los títulos serán en francés por su relación con el ballet, también habrá algunos con nombres de pasos, como el primero: "tendu"; que es un paso de ballet.

Gracias por leer.

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⏰ Última actualización: Dec 03, 2020 ⏰

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𝑻𝒐𝒖𝒓 𝒆𝒏 𝒍'𝒂𝒊𝒓, 𝒆𝒏 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒏𝒕. [𝐺𝑟𝑒𝑘𝑜𝑣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora