Capítulo 16: Entre suspiros y reencuentros

3.8K 229 131
                                    

Escena +21
Leer con responsabilidad

Me despierto con dos brazos rodeándome: uno en mi cintura y otro por mi pecho. Abro los ojos lentamente, girando mi cabeza hacia la derecha. Mis músculos se tensan.

¿Qué carajos?

West está acostado a mi lado, pasando su brazo por mi pecho y mirándome. Sí, está despierto. Abro mi boca para hablar pero él apoya su pulgar sobre mis labios, indicando que no hable. Aun tratando de orientarme y saber lo que está pasando, no emito ningún sonido. Los ojos verdes de West están dilatados y una chispa recorre sus ojos con picardia. Su pulgar hace presión sobre mis labios haciendo que los abra y la punta entre en mi boca. Sin dejar de mirarnos, abro más mi boca, dejando que entre de manera completa su dedo. Siento el calor empezar a recorrer mi cuerpo, en especial mis mejillas y zona íntima. Con mi lengua, chupo y juego con su dedo. Él me mira con deseo y pasa su lengua por su labio inferior.

Sonrío.

West saca su dedo y lo pasa por mi labio inferior de forma agresiva y posesiva. Acerca su mano a mi nuca y estampa sus labios con los míos. Un gemido sale de mis labios al sentir una sensación satisfactoria por todo mi cuerpo. Me besa con tanta ambición que me pierdo completamente en él. No me importa que Wyatt se encuentre aquí, hasta que otra mano —sabiendo que no son las de West —se mete debajo de mi ropa interior.

Abro mis ojos para ver la reacción de West. Recuerdo lo que pensaba él de las relaciones abiertas, no le gusta. Exclusividad, decía él. Pero parece ser que aquella palabra vale mierda ahora.

Cierro con fuerza mis ojos al sentir los dedos de Wyatt rozar mi punto débil. Aferro mis manos a la remera de West, acercándolo más a mí y profundizando el ardiente beso. Corrientes de placer chocan contra mi cuerpo haciendo que cada caricia sobre mi piel se sienta bien. Nuestros cuerpos explotan en millones de sensaciones. Mi corazón parece tener una carrera con el de West, ambos laten demasiado rápido.

—West. —mi gemido exige su cuerpo.

Mis sentidos se nublan al sentir cómo dos erecciones se posicionan adelante y atrás mío. Me coloco boca arriba, para darle acceso a ambos de mi cuello. Calor y más calor ardiente corre por mis venas. Todo se vuelve de un color rojo intenso. Sus manos recorren todo mi cuerpo haciendo que suelte maldiciones, gemidos y jadeos.

Me levanto de mi posición y los miro a ambos. El sudor ya empieza a emanar de mi cuerpo y me saco la remera dejándome solo con mi ropa interior. El cuerpo completamente desnudo de Wyatt es una obra de arte oscuro. Su pecho sube y baja con respiración pesada, sus cicatrices lo hacen más peligroso. Me fascina. West, solo lo cubre el bóxer con el miembro duro, amenazando en salir en cualquier segundo. Sus ojos me incitan a pensar el mayor pecado que uno puede cometer.

Con mentón en alto, digo: —Hoy, serán míos.

Sonríen al mismo tiempo, West con una mirada posesiva y Wyatt con una mirada hambrienta de sexo.

Me subo arriba de Wyatt, él recibiéndome, aferrándose a mi cintura y con deseo estampa mis labios con los suyos. Nuestro primer beso. Sí, nuestros labios se habían rozado o incluso tocado; pero nunca fue un beso como este: descontrolado, como un animal salvaje devorando su presa.

Besar a Wyatt es una sensación muy diferente que besar a West. Mis labios se sienten más suaves cuando estoy con Wyatt, en cambio con West, todo es agresivo y posesivo, como si me reclamara. En ambas situaciones, quedo sumergida en una burbuja que no deseo salir.

Wyatt arranca mis bragas y las tira por un rincón de la habitación. Mi sexo húmedo, mojado, roza la punta de su miembro. Inclino la cabeza hacia atrás, imaginando lo bien que se sentiría que esté dentro mío. West hace una coleta con mi cabello para jalarlo hacia atrás y luego girarme para besarlo. Mi otro compañero se encarga de atacar mis pechos haciendo círculos con su lengua en mis pezones. Puedo sentir el placer recorrer mi cuerpo, cada rincón que sus manos tocan, doy espasmos.

Extras +18 (66DPD) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora