Oneshots [LawLu - One Piece]

Algo sospechoso

Ya hace un tiempo que lo estoy notando.

— ¡Torao! ¡Dentado! —llamó Mugiwara mientras corría hacia nosotros.

—Llegas tarde —dije de brazos cruzados.

Eché a andar, pero a solo unos pasos, me detuve y miré hacia atrás.

— ¿Dónde te habías metido? —le preguntó Trafalgar con el ceño fruncido de siempre.

—Fui con Nami a comprar un regalo para Chopper —sonrió—. También traje algo para ti y el Dentado.

Buscó en su bolsillo del pantalón y sacó un llavero de tigre de bengala, entregándoselo a Trafalgar.

—Sé parece mucho a ti, así que...pensé que te gustaría —dijo, frotándose la nuca.

—...Gracias —se cubrió la boca con una mano y miró en otra dirección, claramente avergonzado.

Mugiwara volvió a sonreír y se dirigió hacia mí con las mejillas enrojecidas.

— *Maldición* —pensé con una mueca.

—Toma, Dentado —. Mugiwara me ofreció una caja de takoyaki, aún sonriendo.

Acepté su regalo y sentí una mirada fulminante, por lo que levanté la vista solo para toparme con los sombríos ojos de Trafalgar.

— *No voy a quitártelo, idiota* —pensé y suspiré cabreado—. Como sea, ya vámonos —vociferé, preparado para ir a juntarnos con nuestras tripulaciones.

Mugiwara asintió firmemente y Trafalgar solo inició el paso, caminando protectoramente a un lado de él.

— *...Por Roger, sáquenme de aquí*

...

—Dije que ese era el plan, Mugiwara-ya —dijo bastante molesto.

— ¿Pero no es mejor improvisar? No seas aburrido, Torao —se quejó Mugiwara, desparramándose en la mesa.

— ¡Dejen de quejarse y ordenen de una vez! —alcé la voz mientras sostenía la carta de menú del restaurante.

Ambos me miraron desconcertados.

—No nos des órdenes —dijeron al unísono, pero tomaron las cartas de todas formas.

Hace unos días, algunos supernovas quedamos en reunirnos para tratar temas de interés. Trafalgar tenía asuntos con Mugiwara, mientras que Hawkins y Apoo tenían asuntos conmigo.

La cosa es que llegué junto a este par de idiotas y tengo que aguantarme sus...

—Quiero comer helado.

—Pues cómpralo —respondió el tipo de ojeras.

—No me queda dinero para eso —dijo Mugiwara, inflando las mejillas—. ¿Me prestas, Torao? Por favor.

—No lo haré gratis.

—Hmmm, ¿qué tal un abrazo como pago? —bromeó el mono con una sonrisa, bastante nerviosa a mí parecer.

—......Pide el helado que quieras.

El silencio reinó sobre ambos después de eso, ninguno se disponía a mirar al otro, creando una atmósfera condenadamente incómoda.