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"Escuché el rumor que Choi San se acostó con la jefa"

"Pff... patrañas", San recordó los que escuchó de sus colegas esa mañana, como esos ambos vagos tomaban café charlando cuando tenían que cubrir turno en parquímetros. Había llegado más temprano de lo usual porque no pudo seguir en la cama debido al insomnio que sufría, dando vueltas e intentando conciliar el sueño, y se enteró de casualidad que la gente pensaba que había tenido una aventura con una señora 15 años mayor que él y que gracias a eso jamás se le asignaba la tarea aburrida del parquímetro.

Le dio una calada al cigarrillo, la ceniza cayendo al suelo sucio y mugroso de la calle donde estaba. Su horario de trabajo había terminado y él para no ir a su aburrido departamento a simplemente dormir, se sacó el uniforme y ahora estaba en una zona bastante peligrosa pero llena de pubs y discotecas abiertas dispuesto a intoxicarse un poco de forma solitaria.

De todas formas, siempre llevaba su pistola y su credencial que afirmaba su trabajo debajo de la camiseta por si las cosas se llegaban a poner feas en algún lado, era precavido por donde se metiera y conocía todos los riesgos, no tenía el permiso de ocupar su arma fuera del horario de trabajo, pero tenerla con el seguro puesto y balas de sal que no atentaban contra la vida humana metida en su cinturón y cubierta con su camisa no hacía nada de daño, tampoco es como si planease usarla en algún momento, solo si la situación realmente lo ameritaba y siempre sabiendo el castigo que podía llegarle. Pero San tenía un complejo por gustarle la adrenalina bastante fuerte que le arrastraba a estas situaciones, y no se quejaba.

Recordando de nuevo el suceso de la mañana, sintió rabia corriendo por sus venas. No era la primera vez que le desmeritaban lo que hacía con alguna excusa, pero especialmente esta le tocaba el punto sensible de la ira porque hablaba de su vida privada sexual mezclándola con su trabajo que no era fácil. Pero claro, todo el mundo prefería hablar antes de sentarse a escuchar, San debía estar acostumbrado ya. Primero con sus notas durante el instituto y el rumor de que le golpeaban en casa y por eso fumaba, luego con su impecable entrada a la policía siendo el mejor de la generación en dar la prueba de ingreso en tiempo record y sobre como según la gente había pagado por aquello.

Y ahora esto, ¿por qué? Por una jodida tarea de parquímetro.

Capaz sí podía tener cierto favoritismo respecto a la jefa y las tareas asignadas, pero era más que nada porque estaba calificado para estas y no se le gastaría el tiempo supervisando el parquímetro, eso mismo le había dicho ella y nunca, en ningún momento, se hablaron por algo que no fuese referido al trabajo.

¿Y decirle a la jefa? Ni hablar, lo único que haría sería echarle leña al fuego y aumentar el rumor de que algo pasaba. Suficiente tenía con que dudaran de sus capacidades.

La música del pub donde se encontraba era extremadamente fuerte y retumbaba en sus oídos ensordeciéndolo un poco. Sinceramente no le gustaba este ambiente donde debía gritar y forzar su garganta para hablar, y en donde el aroma a alcohol era tan potente que se mareaba sin apenas tomar una gota. Pero vamos, era muchísimo mejor estar rodeado de una falsa euforia que sumirse en su lúgubre departamento con su gata Byeol e intentar dormir sumido en la oscuridad de su habitación.

San no tenía amistades cercanas, era él y su autonomía. Ni si quiera tenía buen contacto con su familia. Era tan reservado con sus cosas que mucha gente en su adolescencia lo trató y tachó de autista, jamás llegó a tener una gran conexión con nadie, por lo tanto las relaciones cercanas eran totalmente nulas para él y no sabía lidiar con ellas, le exasperaban y ahogaban al punto de desesperarse y molestarse, al fusionar esas emociones en San las cosas podían salir muy feas. San se consideraba alguien impulsivo gracias a eso, casi irritante.

𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 𝑹𝑼𝑴𝑶𝑹𝑺 ⸗ ʷᵒᵒʰʷᵃˢᵃⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora