El amor contra el tiempo ~Victuuri~ (Yaoi)

Capítulo 1

Viktor Nikiforov, también conocido como la leyenda viviente, es un patinador artístico sobre hielo ruso que durante muchos años dominó la cima del podio ganando medallas de oro una y otra y otra vez, hasta que su inspiración y motivación para patinar se fueron acabando dejando un enorme vacío en su interior dándose cuenta que realmente estaba solo, su única compañía era su fiel compañero Makkachin, a pesar de las muchas personas que clamaban su nombre, solo eran apariencias, personas que se dejaban encantar por una falsa sonrisa y amabilidad sin molestarse en conocer al verdadero Viktor y tomar consideración de sus verdaderos sentimientos.

Después de lograr ser pentacampeón llegó alguien que logró vencerlo y tomar la cima del podio, Katsuki Yuuri, un hermoso y tierno japonés quién fácilmente encandilaba a cualquiera con su baile y patinaje, a diferencia de otros fanboys, Yuuri no trató de acercarse inapropiadamente a Viktor, sino que fue el mismo Nikiforov quién término prendado de la inocencia del japonés e hizo todo lo posible para enamorarlo, porque a pesar de ser la leyenda viviente, Yuuri solo sentía por el una sincera admiración y respeto. Si, se hicieron pareja y a ojos del mundo eran perfectos juntos, entre ellos sabían que se profesaban un profundo amor y una total confianza, tres años después de una maravillosa relación, Viktor se retiró del patinaje con 30 años y Yuuri estaba en sus últimas competencias con 26 años, viviendo en Rusia, San Petersburgo y teniendo como entrenador a su pareja.

Y es ahí donde empieza ésta historia...

Yuuri sabía que algo no estaba bien, era feliz viviendo con su pareja, amaba con todo su corazón a Makkachin y su carrera estaba por terminar con broche de oro, justo como lo hizo el ruso, entonces ¿Por qué últimamente lo único que hacían Viktor y él era discutir? Sabía que Viktor lo amaba tanto como él, todos en la pista donde entrenaba lo sabían, el problema -según Yuuri- radicaba en que Viktor era un... Poco celoso con él, comenzó con pequeños reclamos, Viktor haciendo berrinche porque Yuuri, quién normalmente era tímido y reservado, hablaba con algún compañero de pista o amigo. Yuuri lo tomó con ternura recordándole que al único que amaba era al platinado, pero todo fue empeorando.

Hoy en día, Viktor era capaz de armar una escandalosa escena si veía a Yuuri hablando con alguien y según lo que él creía, coqueteando. Ya no era posible calmarlo con palabras dulces y amorosas, la única solución viable para Yuuri era no decir nada y seguir con sus entrenamientos, Viktor dejaba de hablarle más que para entrenarlo y cuando estaban de regreso en su departamento la bomba explotaba, era tan ruidosa su discusión que el pobre Makkachin prefería irse a la habitación de sus amos y esconderse debajo de la cama hasta que un preocupado Yuuri iba a buscarle. A pesar de todo, Yuuri agradecía que sus discusiones fueran solo palabras subidas de tono y que no llegaran a los insultos o aún peor, a los golpes. Pero sabía que no podían seguir así, no era correcto ni sano.

El nipón iba pensando en esto mientras iban de regreso a su departamento después de un duro día de entrenamiento, sabía que llegando a casa lo esperaba otra discusión, por el mismo tonto motivo, celos. Al estar adentro de su hogar Yuuri se quitó su bufanda y abrigo para colgarlo en el perchero seguido de la correa de un agitado Makkachin ignorando olímpicamente la furibunda mirada de su pareja. Después se dirigió a la cocina en busca de agua escuchando como Viktor lo seguía buscando pelear como lo hacía casi siempre.

-¿Y bien? -lo escuchó hablar serio- ¿Qué tan buena estaba la plática con ese idiota Yuuri? -al no ver respuesta o reacción en el nipón continuó hablando- se supone que vas a entrenar ¿O no? ¿Qué rayos hacías hablando con ese tipo? -de nuevo el silencio le respondió molestándolo cada vez más- ¡Yuuri! ¡Te estoy hablando! ¿¡Cuántas veces te he dicho que no quiero que te distraigas en tus entrenamientos!? ¡Pero parece que lo único...

-¡Ya basta! -terminó cortándole el nipón quien ahora parecía tener que alzar la voz más de lo que solía gustarle- no quiero pelear Viktor, ya no más, ya me cansé de eso