Exclusivamente De Ninguno ©

1. La Hija De Un Mafioso

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Capítulo 01:
Sophie Gómez

—¡Enana!

Observo atontada a los finos rallos de sol que se cuelan por los ojales de las cortinas, y me restriego los ojos. No sé cuánto he dormido, pero estoy segura que lo suficiente como para que Henry ya se hubiera marchado a su viaje de negocios.

—¡Sophie, abre!

Volteo el rostro hacia la puerta, extrañada. Me siento en el borde de la cama y me coloco las pantuflas, «¿Cuál es el afán?» Arrastro los pies, y suspiro con flojera.

—¡Sophie!

Los golpes en la madera me apresuran, —¡Ya voy, espérate!— abro de par en par, —¿Cuál es la urgencia, qué pasó?— me quejo, pero veo a mi mejor amigo Liam al lado de mi padre, y pronto la duda remplaza al fastidio, —¿Qué pasó?— repito la pregunta, esta vez más cautelosa.

—¿Dónde está Ryan?— Henry barre la habitación detrás de mí con la mirada.

Me demoro unos segundos en responder, recordando la última conversación que tuve con mi novio, —Aaa... anoche no me quedé en su casa porque me dijo que esta madrugada tenía que salir de viaje contigo.

Él desaparece los labios en una línea, y se lleva ambas manos a la cabeza, provocando que se me hunda el pecho de la angustia. Esa reacción solo puede significar que algo malo pasó.

—¿Dónde lo viste por última vez?

Inconscientemente miro a Liam a su lado, con la esperanza de que alguien me haga entender lo que está pasando, pero sus ojos azules ni siquiera pestañean.

—¡Habla, Sophie!— exige Henry, obligándome a devolverle toda mi atención.

—E, en frente del edificio de Liam,— reconozco con la voz nerviosa, —Me dijo que tenía que encontrarse con alguien antes de irse esta madrugada, que no me preocupara que tú estabas al tanto de todo.

—¡Carajo!— la maldición de mi padre me hace saltar en el puesto, —¿Te parece que si supiera te estuviera preguntando? ¡Maldito Ryan, no actuar solos, una puta regla y no la pueden cumplir! —Henry golpea el aire y me da la espalda, sin más.

Liam lo persigue en silencio por el corredor, aún está usando la playera y los vaqueros que tenía puestos anoche, cuando lo dejamos a él y a su novia Leah en su departamento de la ciudad.

Sin perder tiempo, corro detrás de ellos y los alcanzo. —¿No me van a decir qué pasa?— me dirijo a Liam ya que es el único que me observa, —¿Qué haces aquí tan temprano?

Él intenta decirme algo mientras bajamos las escaleras, pero las palabras se le quedan atascadas en la boca.

—Liam recibió una foto de Ryan amordazado y golpeado. La imagen fue enviada desde el móvil de Leah.

Alarmada, miro a la espalda de mi padre, y luego a los ojos azules glaseados de mi amigo, —Pero sí Leah se quedó anoche contigo.— resuelvo en mi cabeza, casi segura de que hay un mal entendido, porque hace apenas unas horas yo estaba con Ryan, —Enséñame la foto,— sin detenernos, coloco la palma de mi mano frente a Liam, —No puede ser él, ¿ya le timbraste a Leah?