Disturbios del pasado

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Entre la multitud en la premiación a Rampo Edogawa...

- Cariño, no deberías seguir con tu venganza. Edogawa-san sólo fue un detective que hizo justicia, y tu padre era culpable.

Aconsejaba la esposa del hijo de uno de los asesinos más despiadados de Yokohama, que fue arrestado y puesto tras las rejas hace seis años por Rampo, luego de que éste descubriera toda su verdad y resultara cierta.

- Si hubiéramos estado en Japón hace seis años juro que ese tal Rampo tuviera más años de muerto. Agradezco a quienes le pusieron fin a su vida.

Decía el hombre. Recibió una cachetada de parte de su esposa, quien no consideraba nada bien lo que su esposo planeaba hacer.

- ¡Eres un idiota, Tarō! ¡No estoy de acuerdo con tus ideas injustas! ¡El niño y el chico no tienen la culpa de lo que tu papá hizo! ¡No puedes dispararles!

Suplicaba nerviosa. Tarō la apartó y se acercó más a donde había visto a Chuuya y Atsushi. Quería matar al niño, pues tenía el presentimiento de que sería o era igual de inteligente que su padre para las deducciones.

Al llegar al lugar, sólo pudo ver a cierto castaño que observaba la presentación desde uno de los lugares más adelante de todos. Dazai había ido solo a la ceremonia para no ser molestado por Kunikida, quien se ponía celoso cuando lo miraba con el pequeño Atsushi.

"Así que Chuuya es mamá de mi pequeño amigo Atsushi y Rampo Edogawa su papá. Interesante. Quiero tener una mejor amistad con ellos, sólo espero que Kunikida esté de acuerdo con esto..."

Pensaba con ilusión. Miraba cómo Chuuya, Atsushi y los señores Edogawa representaban al detective fallecido y recibían sus premios con todo el orgullo que podían sentir.

Los cuatro derramaban lágrimas de felicidad, pero fue Atsushi quien se apartó un poco de los tres y miraba hacia arriba, platicando sólo entre sollozos, lo que preocupó a los presentes.

- Atsushi, ¿qué estás haciendo?

Preguntó su abuela. Chuuya sólo los miraba con extrañeza, sostenía uno de los premios.

- Papá. Papi está aquí. Pude conocer a papá. Él los saluda y nos quiere mucho.

Señalaba con su mano, emocionado, sonriendo, llorando. Abrazó a la "nada".

- Los amo, Atsushi-kun. Siempre los cuidaré.

Rampo invisible para los demás, abrazaba a su hijo por primera vez siendo visto por éste. Por más que deseara estar vivo para ver crecer a su pequeño, nunca podía hacerse realidad, y se conformaba con verlo sin ser siempre visible para él, y ahora que el menor lo miraba, lo abrazaba como nunca mientras acariciaba su cabellera con ternura.

- Papá, ¿cuándo vas a ir a casa con nosotros? Todos queremos que estés ahí. ¿Por qué no vienes? Mamá te extraña mucho y yo también.

Sollozaba, aferrándose al abrazo del detective.

Chuuya y los Edogawa, así como los premiadores y el público, observaban con curiosidad la conducta inusual del niño. En verdad estaba hablando con un fantasma.

Rampo no pudo contener las lágrimas y derramó algunas. Sonrió.

- Hijo...-. Se puso a su altura.
- Papá no puede ser visto por nadie, sólo por tí y en este momento. Soy una persona muerta y no tengo un cuerpo físico. Atsushi... Cuida mucho a mamá y a los abuelos por mí ¿Sí? Sé un buen niño, y siempre usa tu ultradeducción.

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2020 ⏰

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