Ya han pasado dos meses desde que el estu*pido de Fernando me engaño y yo sigo aquí llorando por el, cada vez que pienso que ya lo superé vuelven todos esos recuerdos y las lágrimas me invaden.
Otro viernes en la noche y yo me decido a seguir mi rutina de autolamentación viendo Netflix y comiendo mi pizza favorita en la sala, cuando escuché que Sara, mi roomie llegaba al depa.
—No, no, hoy no ______ levántate y cámbiate porque hoy vamos a salir— dijo mi amiga mientras comenzaba a dejar sus cosas en la mesa de estar.
—No tengo ánimos, aún no—le dije mientras seguía buscando en Netflix cual sería la chick flick de esta noche.
—Ya fui muy paciente contigo, así que hoy no tienes opción, o te arreglas o te voy a llevar así, pero no te vas a quedar otro día encerrada, ________ no vamos a dejar que ese pen*dejo nos detenga de divertirnos ¿me oíste?, tienes una hora para estar lista, además nunca vas a dejar de pensar en el si no encuentras a otra persona—se fue por el pasillo hacia su cuarto dejándome con la ultima advertencia.
En el fondo se que mi amiga tiene razón y que es capaz de cumplir su amenaza, así que sin animos me levanté del sillón, apague la pantalla y me fui a mi cuarto.
Me di un baño rápido y me arreglé lo mejor que pudé, si bien no me siento de lo mejor, el que me vea mal tampoco ayuda, así que opté por un vestido negro de satín, con escote cuadrado, al frente lucía sencillo y se amoldaba perfecto a mi figura pero por la espalda tenia un escote que llegaba un poco más abajo de mi cintura con un par de tiras atravesando por mi espalda, que eran todo lo que mantenía el vestido en su lugar.
Hace mucho no usaba algo así ya que Fernando nunca me lo permitió, decía que solo las mujeres fáciles lo hacían, cuando solo era un reflejo de sus inseguridades, por lo que ponerme este vestido me hacía sentir como una pequeña venganza contra el, sonreí por la idea y me dediqué a terminar con mi arreglo.
Terminé con unas sandalias negras de una sola tira en frente tenían un tacón lo suficientemente ancho para ser lo bastante cómodas, opté por un labial color vino y solo varias capas de rímel para los ojos, y mi cabello suelto en unas ligeras ondas, que me ayudarían a disimular un poco el pronunciado escote en mi espalda, tome un clutch con correa y antes de salir rocié un mise de mi perfume HUGO Woman Extreme, sorpresivamente así me sentía después de verme en el espejo, me sentí mucho más confiada y mejor, Sara tenía razón, probablemente no sería tan mala noche.
Luis, el novio de Sara pasó por nosotras, y en el camino mi amiga no dejó de decirme lo impactante que me veía, yo solo me reía de sus comentarios, íbamos a vernos con más de nuestros amigos en el bar que era mas un antro, por lo que Sara me hizo jurar que íbamos a bailar toda la noche.
Cuando entramos ya estaba bastante lleno, y pudimos acercarnos a la mesa donde ya nos esperaban, había diferentes niveles por lo que se podía ver los diferentes grupos de personas en cada uno de los balcones del lugar.
—Una ronda de shots para todos— grito una de mis amigas al mesero y este no tardó nada en traerlos, no era la mejor idea pero en mi estado de ánimo nada podía ser peor.
—¡1, 2, 3!— nos contó Luis a las mujeres para tomáramos todas al mismo tiempo, sentí como el calor de alcohol rocorria mi garganta, lo que me hizo hacer un gesto de disgusto.
—¡Vamos ______ no estuvo tan fuerte!— dijeron a mi oido, no me di cuenta quien porque seguí recuperándome del trago amargo cuando alguien me jalaba del brazo hacia el centro del lugar donde se encontraba la mayoría de la gente bailando.
Estábamos mis amigas y yo bailando sin ningún reparo, seguramente más por el extra de alcohol en nuestro cuerpo que por nuestra propia voluntad, pero yo me sentía bien, después de semanas llorando, tenía ganas de disfrutar sin importarme lo que pensarán los demás, movía mis caderas al ritmo de la música y mis brazos hacia el techo en forma de liberación, cuando sentí una mirada clavada sobre mi espada, me giré al ritmo de la música lo más discreta que pude sin dejar de moverme y mis ojos se cruzaron con los de un hombre en uno de los balcones del primer piso del bar, estaba recargado en el barandal con un vaso en su mano derecha, su mirada estaba fija en mi, incluso mientras le daba un trago a su bebida, yo me quedé bailando mirando hacia donde el estaba, por alguna razón no quería separar mi mirada de la suya.
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One-shots Exatlón
FanfictionOne-shots con los participantes del exatlon, serán escenas únicas con el participante que me parezca queda mejor con su personalidad. No habrá continuidad entre ninguno de ellos. Ninguna de estas historias es real, y no pretendo de ninguna manera of...