Perra Mía: SasuNaru

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— ¡Naruto! Él llamó.

— ¿Hmm? — gruñó el chico rubio adormilado.
"Necesitamos un baño", dijo, acariciando el cabello de su bebé, que dormitaba con cariño.

Cuando terminaron de bañarse, donde se ayudaron a lavarse, Naruto se vistió y salió del lugar sin despedirse del moreno a quien no le importó. Sasuke puso su sucio uniforme en su mochila y se dirigió al estacionamiento, encendió su lujoso vehículo y condujo a casa.

Al día siguiente, el capitán estaba hablando con unos amigos que formaban parte del equipo cuando todos los chicos miraron al inicio del pasillo, Sasuke también siguió la mirada viendo a Naruto caminando sensualmente por el mismo, con esa sonrisita de siempre, con la cabeza en alto denotando superioridad y con la mirada recta, algunas chicas arrugaron la nariz y lo miraron con desprecio, un montón de perras celosas, según el Uzumaki, ya que nunca serían capaces de montar a algunos de los miembros del equipo que él ya había montado. Otros lo saludaban, lo hacían los admiradores del chico

Naruto pasó junto a los jugadores sin encararlos. Sasuke lo miró fijamente, sintiendo que su pecho se inflaba de emoción cuando vio al rubio.

— ¡Delicioso! — Dijo Kiba, uno de los jugadores y uno de los elegidos de Uzumaki, mirando el trasero del chico que se veía muy lindo con los ajustados pantalones rojos que usaba.

Naruto lo ignoró y giró por el otro pasillo, dirigiéndose al salón de clases.
—¿que decías, Sasuke? — preguntó Yahiko, un chico hermoso, de cabello anaranjado y varios piercings en el rostro. Naruto ya lo había atrapado también.

— ¿Eh? ¡Oh, olvídalo, era una mierda! — mintió, tenía algo que decir sobre el juego, pero ni siquiera recordaba después de tener su atención enfocada en el chico con el que tuvo sexo como loco en el vestuario ayer.

Sonó el timbre y se dirigieron a sus respectivas aulas, durante la clase de Filosofía, Sasuke no podía concentrarse en el tema que explicaba la maestra, pues cierto chico rubio insistía en tomar su concentración.