Capítulo 21: El último dragón Dawnlight

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 "¿Dónde estoy?" pensó Andrew mientras habría lentamente los ojos.

Ya no se encontraba en la biblioteca del templo del dragón, sino que estaba al borde de una isla Skyland llena de vegetación exuberante. Sus amigos no estaban allí. Estaba completamente solo... o al menos eso creía: un aleteo de alas le hizo girarse.

Un dragón de escamas púrpuras del tamaño de Flavius, pero más joven que este estaba descendiendo con sus enormes alas. Andrew notó algo bastante curioso en él: tenía los cuernos curvados, la cola en forma de triángulo con marcas y, si se intentaba imaginarlo a una edad más joven, era muy parecido a Spyro. Entre sus fauces, llevaba un cesto con fruta.

El dragón descendió hacia la Skyland y se encaminó hacia Andrew sin decir nada.

"Esto... ¿hola?" preguntó el cadete con una sonrisa nerviosa.

El dragón adulto no respondió, sino que siguió caminando hacia él. Temiendo que no sea amistoso, Andrew retrocedió poco a poco mientras más se le acercaba.

"Esto... ¿hola?" repitió Andrew, "Oye, no sé qué está pasando... pero no quiero problemas..."

Sin embargo, el dragón siguió sin responder. No obstante, en el momento en que se iba a chocar con Andrew, este lo atravesó como si fuese un fantasma.

"¡¿Qué?!" se preguntó Andrew mirándose tanto a él mismo como al dragón.

El dragón continuó caminando sin decir nada, tampoco parecía que se había percatado que había atravesado a alguien... o que había sido atravesado por alguien.

"¡Phyros!" gritó una voz. Entonces, el dragón se giró al mismo tiempo que Andrew. El que gritó era, asombrosamente un dragón adulto como Andrew: tenía escamas cremas, alas llamativamente doradas, cuernos curvados hacia atrás y ojos verdes. El dragón púrpura, Phyros, bajó la cesta y se giró hacia el recién llegado.

"Ah, Leónidas" dijo alegremente Phyros, "¿Cómo estás, amigo mío?"

Ambos dragones chocaron las patas en una señal que Andrew reconoció como una gran amistad. Exactamente como él y Spyro.

"Ha acabado mi ronda por ahora, un compañero está vigilando el núcleo" dijo Leónidas, "¿Cómo te va a ti con Sybilla? ¿Cómo está su familia?"

"Mi esposa ya se siente mejor" declaró Phyros, "Se encuentra descansando en nuestro nido"

"Es normal, luego de traer un huevo al mundo. ¿Sabes algo? tienes una suerte de tenerla..."

Andrew y Phyros notaron una expresión de ilusión en el rostro de Leónidas. Algo muy fácil de notar en alguien que busca el amor.

"¿Todavía soñando con la chica ideal, no es así amigo?" preguntó Phyros, poniendo una pata en el hombro de su amigo, "¿Alguna idea de cómo es?"

"Algo así: la he visto en sueños. Es una de escamas de cristal..."

"Jajaja, ¿las Starwings? Es normal que sueñes con una, su especie y la tuya comparten mucho en común. Pero si no me equivoco, cuando ellas conocen un dragón macho que valga la pena, le golpean con su cola en la nariz"

"Es una broma, ¿no?"

"Jajaja, por supuesto. Sabes que eres mi mejor amigo, somo casi como hermanos. Nunca jugaría con tus sentimientos"

Andrew estaba escuchando atentamente la conversación. Aun así, le parecía sumamente extraño que los dos hablaran sin tomar consciencia de que había alguien más entre ellos... aunque fiera un fantasma. Entonces, una idea se le cruzó por la mente: tal vez no era un fantasma, sino que tal vez solo estaba teniendo una visión de los ancestros de su especie y, si eso era el pasado, él no tenía nada que ver allí. Es decir, podía ver y oír, mas no tocar ni hablar.

Academia Skylanders, Luz de un Nuevo AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora