Capítulo 1

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Cuando Hueningkai cumplió los quince años, su país se vio afectado por una especie de enfermedad la cual se iba expandiendo de manera rápida sin poder controlarse, los reyes convocaron una reunión y cuando todo el consejo real estuvo de acuerdo con su decisión, cerraron el reino con una muralla dejando fuera a los sitios contagiados y solo resguardando a la población sana. Dejaron morir a toda esa gente contagiada de aquella horrible enfermedad que provocaba desgracia en los corazones de muchas personas.
Luego de que esa decisión diera buenos resultados, la gente fue perdiendo el miedo de salir de sus casas y a pesar de que estaban complemente seguros, los reyes decidieron encerrar a su hijo en el palacio y no dejarlo salir hasta los dieciocho años, edad en la que se casaría y heredaría el reino cuando tuviera su primer hijo.

Así pasaron los años sin que surgiera un nuevo contagio, días alegres para esas personas que vivían olvidando el suceso, todos libres a excepción de un chico que se encontraba actualmente bajo resguardo domiciliar en la habitación más segura de todo el reino, esa persona era el mismísimo príncipe de Salix, Kai Kamal Huening o como sus padres lo llamaban, Hueningkai.

Despertando en la misma habitación, mirando las mismas cosas, una y otra vez deseando que su cumpleaños número dieciocho llegará ya para poder salir del palacio y explorar lo que estaba más allá de la entrada del lugar. Todo estaba tan asegurado que ni siquiera podía poner un pie cerca de los límites del Palacio Real, por ello lo único que hacía era andar por los jardines sin rebasar el límite al que se le permitía llegar.
Contaba los días y trataba de rescatar sus recuerdos del mundo exterior, esos que tenía cuando llevaba una vida normal, cuando nadie había padecido aquella enfermedad. Aún recordaba los momentos en los que paseaba por las calles del reino e interactuaba con las personas ajenas a su familia, tenía amigos que lo ayudaban a entender el mundo más allá de su vida como un príncipe. Cuando estaba afuera podía olvidar ese título y salir a divertirse pasando como una persona más y no como el único heredero al trono de acuerdo a la línea de sucesión, a veces odiaba ser hijo único y la vida solitaria que esto implicaba. No tuvo hermanos con los que jugar ni pelear por la más absurda cosa como lo hacían sus primos: Beomgyu y Taehyun. Tampoco podía competir con alguien más por el puesto de heredero porque solo los hijos del Rey tenían ese derecho, pero había veces en los que pensaba que tal vez desde el inicio nunca lo quiso, solo era algo que se le había impuesto y nacer en esta posición no era algo que consideraba digno de envidiar.

Llegó otro día más, Hueningkai no podía soportar que alguien lo viniera a despertar así que cerraba su habitación con llave todos los días para que nadie entrará, a pesar de eso los sirvientes tocaban a la puerta con insistencia justo como lo hacían ahora. Cuando ya no pudo soportar más el escándalo, al ser de sueño ligero despertaba con el más mínimo ruido, decidió abrir la puerta para avisar que ya estaba despierto y que no necesitaba ayuda de alguien más para ayudarlo a arreglarse, pero a pesar de que hacía eso todos los días, las personas seguían viniendo a diario como si esperaran que cambiará de opinión algún día y los dejara pasar a ayudarle, más ese día nunca llegaba.
Cuando giró la llave y la puerta hizo aquel sonido indicando que ya estaba abierta, recibió un empujón del otro lado mientras se abrían de par en par ambas partes de la puerta y entraban dos personas a su habitación. Era martes y sus primos habían llegado de visita.

—¡Hueningkai! No puedo creer que despiertes a estas horas, ¿Qué clase de príncipe despierta a las diez de la mañana? —exclamó indignado Beomgyu mientras hacía una expresión exagerada como si del peor pecado se tratase.

—No grites que mis oídos son sensibles —susurró aún adormilado, lo que menos quería escuchar a estas horas era un escándalo provocado por su mayor.

—Ya sabes lo ruidoso que es, podrán pasar los años pero él seguirá siendo un niño —apoyó Taehyun a la queja, él había nacido en el mismo año que Kai y la diferencia de edad era de solo meses por lo que su relación era muy cercana.
En circunstancias como estás tenían que aliarse para molestar a Beomgyu.

—Soy mayor que tú Taehyun, no lo olvides, no me trates como un tonto —a pesar de ser un año mayor que los otros chicos, él poseía la personalidad más extrovertida e infantil que tanto se empeñaba en negar.

—Claro, actúas como un chico de 19 años —se burló su hermano.
—Venimos a verte para organizar tu gran fiesta —le anunció Taehyun.

—¿Tiene que ser ahora? Quiero dormir un poco más —respondió quejándose.
Él usualmente despertaba a estas horas, pero no salía de su habitación; abría su ventana y admiraba el paisaje que se mostraba ante sus ojos, su enorme jardín estaba lleno de flores tan diversas que no conocía el nombre de todas ellas. También solía tomarse un tiempo para bañarse mientras pensaba en el pasado, porque no le gustaba su presente y tampoco quería imaginar el futuro.

—¡Es la fiesta niño! —aclaró Beomgyu alzando la voz —la que tanto vienes ansiando desde que supiste de tu encierro —recibió un codazo en el abdomen por parte de Taehyun.

—Perdón, quise decir, hasta que se acordó tu cuidado —corrigió Beomgyu.

—Ya sé que soy como un pájaro en una jaula —respondió con sonora tristeza en sus palabras.

—¿Entonces estás listo para hacer los planes? —preguntó Taehyun rápidamente cambiando de tema, buscando aligerar así el ambiente.

—¿Tengo de otra?

—No, te esperamos afuera —respondieron los hermanos al mismo tiempo.

—¿Saben que puedo rechazarlos si quiero, como una orden del príncipe? —Dijo burlón Hueningkai buscando librarse de los dos chicos frente a él. Su relación era muy cercana desde que eran niños pero había veces en las que no le gustaba estar con ellos, esta era una de esas veces.

—En veinte minutos te queremos abajo —dijeron ambos con un rostro serio —sabemos que nunca harías uso de tu autoridad como futuro Rey ni siquiera para dormir más tiempo.

—Salgan de mi habitación si quieren que esté listo en ese tiempo —se resignó Hueningkai.

Taehyun había notado que su hermano mayor veía de mala forma las prendas que Hueningkai usaba para dormir.

—Vámonos Beomgyu deja que el niño se cambie solo.

—Pero quiero ayudarlo, es demasiado descuidado con su imagen, ni siquiera parece el hijo de un rey —señaló horrorizado hacía el menor.

—Su imagen no es de nuestra incumbencia —le recordó Taehyun, Beomgyu a veces se olvidaba del orden que existía en la Familia Real creyéndose superior para ordenar a su primo aunque fuera el principe solo por nacer un año antes que él.

—Que mal sentido de la moda tienes heredero al trono.

—Llévatelo Taehyun —respondió ya molesto por lo entrometido que estaba siendo el mayor.

Después de que sus primos se fueran volvió a tumbarse en la cama pensando que Beomgyu tenía razón, no lucía como el futuro Rey de Salix.


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¡Holi! Hoy les traigo mi primera historia después de tantas ideas guardadas en borradores jaja

Espero le den una oportunidad a esta loca idea que surgió en mi cabeza después de leer el cuento de Poe, la historia no tiene nada que ver con el original pero como el Sookai siempre está en mi cabeza surgió esto...
Sin más que decir espero les guste y si hay alguna falta ortográfica no duden en avisarme ;D

La máscara de la muerte roja       °•ⓈⓞⓞⓀⓐⓘ•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora