El día que me enamoré de ti

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Muchas personas nunca recuerdan el momento exacto,
o la hora,
simplemente un día pasa y se dan cuenta de que se estan enamoradas.

A diferencia de ellas,
te podría contar el momento en el que me enamoré de ti,
lo que hacíamos,
y como nos reiamos.

Recuerdo el sonido del mar,
como las olas se movían en calma,
como tu alma y la mía se acercaban,
la tranquilidad y paz que me hacías sentir.

Recuerdo como me mirabas,
dulce y embelesado,
Yo, alegre, eufórica, cantando porque la vida lo merece.
Porque la libertad de ser contigo era infinita,
entonces nada importaba,
Ni siquiera si alguien me escuchaba gritar con euforia.
Solo importabas tu, esa mirada de admiración ante la rebeldía de la vida.
De nosotros.

Ese día no me besaste,
pero te aseguro, amor mío,
que me abrasaste el alma.
Tu torpeza me sedujo hasta rendirme a ti, a tu amor.

Yo vestía una camisa de volantes blanco,
con jeans negros,
una cola de caballo,
y una sonrisa de verano.
Tu vestías una camisa manga larga,
olías a colonia y un poco de sudor.

Me hacías reír con tus ocurrencias,
compartiendo experiencias,
el nerviosismo pululando,
como dos niños.

Cuando me atrapaste en un abrazo juguetonamente,
recuerdo la torpeza en la que me envolvían tus brazos,
temblorosos,
haciendo movimientos para que me quedara.

Recuerdo tu respiración en mi cuello,
cuando en un momento te acercaste a mostrarme algo,
interesante era,
pero yo solo podía pensar en que estabas muy cerca.

Noche de verano,
tranquila y calurosa,
el mar en paz,
nadie podía adivinar que aquella noche,
yo de ti, me iba a enamorar.

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