Tres años antes—Ayuda,por favor alguien ayúdeme.
Grito y golpeó la ventana tratando que algunos de las personas de afuera me vean, pero nadie me escucha o me ven.
Nunca pensé que esto me podría pasar a justo a mí.
En la televisión siempre pasan sobre mujeres asesinadas o desaparecidas,por eso pero siempre llevo en mi bolso un spray de pimienta y casi nunca me regresaba sola del trabajo o la universidad.
Pero todo paso tan rápido, en un momento estaba saliendo del supermercado y en otro un pañuelo era puesto en mi cara y siendo arrojada en un auto.
Cuando desperté me encontraba en una cama, en una gran habitación desconocida.
Todo la habitación está vacía a exención de la cama y una silla a lado de la cama.
Intenté abrir las dos puertas visibles del lugar pero una me lleva a un baño y la otra está cerrada con llave.
Y es hay cuando intenten llamar la atención de los hombres afuera de la única ventana del cuarto pero solo están ocupados llevando cosas a alguna parte.
El sonido del seguro de la puerta llena todo el cuarto y de inmediato me alejo lo más posible de ella.
Un hombre alto y canoso entra vestido de traje y junto a el una mujer rubia.
—Veo que ya despertaste, entonces esto será rápido—El hombre toma la silla y se sienta — Mi nombre es Gío y ella es Stella,mi ayudante.
El señala a la rubia que solo sonríe mientras se acerca a su jefe.
—¿Que es este lugar y por qué me trajeron aquí?.
Me da una sonrisa fría mientras se levanta de la silla.
—Estes lugar es tu nuevo hogar y tú ahora trabajarás para mi—Poco a poco se acerca a mi, el miedo cruza mi cuerpo cuando veo en sus fríos ojos oscuros la maldad pasar entre ellos— Bienvenida A la Casa de las Flores, Pequeña Fallon o Debería de decir Rose.
Y desde ese momento mi vida se volvio oscura y mi alma termino en manos de un monstruo
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Rose
RomanceEn alguna parte de Boston hay una Mansión llamada La Casa de las Flores, Donde los hombres de poder encuentran su flor favorita y cumplen su más oscuras fantasías. Bienvenidos a La Casa de las Flores dónde mientras una poco a poco se marchita otra...