Amor en Ludi Harpastum (FanficGenshin)

Mondstadt

- Mmm, este lugar ha cambiado, el paso del tiempo no perdona, ¿verdad Dvalin? - Dijo mientras observaba a lo lejos como se extendía la nueva ciudad. Tan grande y bella pero tan distinta a la de aquellos días. Los edificios que ahora se encontraban allí eran rascacielos, bloques de apartamentos, algunos vecindarios, tabernas, parques, empresas de todo tipo... A primera vista nadie podría decir que aquello fue en su día una pequeña ciudad rodeada de una muralla. Sin embargo, al menos lugares simbólicos como la iglesia, o la plaza donde se encontraba la enorme estatua del arconte, aún se conservaban y seguían sirviendo de culto, o lugar de atractivo turístico. 

Estaba anocheciendo, y nadie había a los alrededores, por lo que se podía estar tranquilo, cosa que a nuestro querido bardo agradaba, ya que le daba una oportunidad para contemplar la escena acompañado de una agradable brisa nocturna. Aunque por esta vez su calma se vería interrumpida por unos guardias a los que se había puesto sobre aviso de una figura perteneciente a un niño un tanto travieso, que cada poco se aventuraba a lugar tan peligroso. Y es que este mismo, se colocaba como tantas otras veces, entre las manos de la estatua, cuyo lugar tiene maravillosas vistas pero puede ocasionar desagradables accidentes.

- ¡Tú, de nuevo por aquí! ¡¿Cómo demonios sigues subiéndote hasta allí arriba?!- Empezó a gritar una voz que provenía de alguien que a los pies del lugar se encontraba. - ¡Baja de inmediato! - Venti observó al hombre, y sonrió mientras recordaba al mismo personaje pero en distinta época. - Parece que no todo se ha ido. - Se dijo mientras saltaba y desaparecía transformándose en una corriente de aire para reaparecer en otro lugar más tarde.

Y así fue, terminó volando hasta las afueras de la ciudad donde encontró un cartel enorme en el que se veía reflejada publicidad para las fiestas venideras, más concretamente el festival de "Ludi Harpastum" que como cada año se celebraba por estas fechas. Se podían encontrar juegos, muchos puestos de distinta variedad, y algunos eventos dentro del mismo. Entre ellos una tradición muy particular, la cual consistía en que una de las muchachas del pueblo lanzara una bola llamada "harpastum" desde lo alto de la torre de la catedral, y el muchacho que la recogiera tendría derecho a reclamarla como suya. Pero sin embargo esto último era cosa del pasado, a diferencia de antaño, en estos tiempos tan solo se permitía tener una cita durante la noche, en algunos casos una velada romántica en otros tan solo se les regalaba a la pareja de jóvenes algún detalle como recordatorio de la festividad. En cualquier caso era divertido y muchos participaban tan solo por el echo de competir. 

Este año no sería distinto, muchos jóvenes estaban dispuestos a hacerse con aquella bola, mayormente por el premio que la acompañaba, sin embargo uno de ellos no pensaba igual. Quería ser capaz de cumplir una promesa hecha a si mismo, "Si este año la atrapo me declararé a la persona que amo", estas palabras se las repetía una y otra, y otra vez. 

Siempre tuvo su mirada puesta en la linda Hotaru, desde pequeños el ya sabía que su futuro debía estar cerca suyo, aunque al principio pensara en ella como una amiga o eso creía inocentemente. Pero como toda persona, creció y se dio cuenta de que no era así, sino que los sentimientos que por ella procesaba eran de amor, un amor puro y hermoso como ninguno, y que no le dejaría apartar sus pensamientos del objetivo. Iba a ser difícil, pero no se rendiría. Ella lo era todo para él, y no quería perderla pasara lo que pasase.

Pi, pi, pi... El despertador sonó como cada mañana, y este abrió sus ojos. Eran las 6 de la mañana y aunque sus clases no comenzaran hasta las 8, se levantaba igual para entrenar con algunos compañeros. No exagerarían mucho puesto que ese día tenían clase de educación física y les tocaba jugar futbol, pero practicarían un buen rato el atrapar la bola. 

Con esto en mente se quitó el pijama y se puso una camiseta y unos pantalones de deporte. Ató los cordones de sus deportivas, y finalizó tomando un desayuno muy ligero para no caer desvanecido al poco de comenzar a practicar, y tampoco vomitar a causa del esfuerzo. Salió de casa y se encontró con los chicos en el parque más cercano.

Allí se encontraban ya esperando 4 chicos, de los cuales 1 bostezaba grande, dos conversaban normalmente y el último miraba al recién llegado con una mueca molesta. 

Xiao: - Llegas tarde, cuantas veces te he dicho que seas puntual. - Era una buena persona pero no le gustaba que lo hicieran esperar.

Sora: - Oh, vamos no te lo tomes así, ya es bastante estresante el tener los exámenes en unos días como para que también nos estreses con eso. - Sora era un chico despreocupado, bastante alegre y para sumar aceptaba los sentimientos de su amigo por su hermana. Él sabía desde un principio que la quería con locura y era algo que en cierto modo le tranquilizaba puesto que el muchacho era una buena persona e incapaz de hacerle alguna jugarreta a su querida gemela. Si en algún momento la hiciera llorar lo mataría pero era muy consciente de que eso no pasaría.

Chongyun: - Bueno creo que va siendo hora de comenzar. - Dijo en tono indiferente. Si algo había que saber de este, era que por lo general intentaba mostrarse inalterable, por lo que no sonreía o se enfadaba. Solo había una persona que realmente pudiera sacarle de sus casillas pero no se encontraba así que no era un problema. - Razor, deja de dormir y vamos. - Seguía con su cara de poker, mientras el otro se quedaba dormido en el banco. Este último terminó echándose la mano a la boca mientras abría grande debido al sueño. Al final se levantó y estiró ya que comenzarían en unos segundos.

Varios intentos uno tras otro, y cada repetición con distinto resultado. Aún estaban muy verdes, pero no se darían por vencidos así de fácil, aunque claro está el entrenamiento tendría que esperar a otro momento ya que se hacía tarde y debían volver para darse un baño y vestirse antes de ir a la preparatoria.