Mi mirada seguía vacía y sin ningúna expresión el aire golpeaba en mi cara mientras trataba de acomodar mi cabello detrás de mí oído, la brisa de la noche se sentía más fría que de costumbre.
Estaba confundida, asustada y aterrada por todo lo que es...
Creo que traer el pequeño diario conmigo al trabajo fue una buena idea, poder escribir aquí mientras que afuera esta cayendo una tormenta es relajante y parece que trae un poco de paz en mi, ya que la señora winston menciono que me veía bastante relajada y si, tal vez es por la lluvia o por la persona que entro a la tienda hace unos minutos, era alguien del mismo instituto que yo, nunca lo había visto pasearse por aquí antes, su nombre es Alex, siempre es como el modelo perfecto de la escuela, buenas calificaciones, demasiado carismático pero aunque tuviese esas cualidades siempre estaba solo, era un misterio completo, tal vez por eso me gustaba, se que en cuanto entro a la tienda mi mirada se perdió completamente en el, no lo pude evitar es demasiado encantador, y aun que mas nerviosa que nada pude mantener una conversación con el, bueno mas que nada sobre los libros, al final se termino llevando "El arte de amar" de Ovidio y lo que dejo revoloteando mas a mi corazón fue escuchar esas palabras:
-Tal vez vuelva mañana para poder seguir platicando, adiós Atenea.
Tal vez esta también era una parte dulce de la vida o espero que así sea mientras la tormenta no caiga sobre mi seguiré soportando.
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19 de octubre
No sé si la parte más horrible de estar viviendo es la escuela o llegar a casa, no quería percatarme de lo horrible que es estar en este lugar, tal vez por eso me encantaba estar en la librería ahí me sentí libre entre todos esos libros con grandes historias que te llevan a otro mundo a uno que no duele tanto a dónde el amor son mariposas en el estómago. Lo malo es que eso solo pasa en los libros, siempre que llego a casa la realidad se encarga de aventarme en balde de agua fría, como ahora que estoy sentada en la puerta de mi habitación para evitar que mi padre entre a golpearnos a mi hermana o a mí, es está la realidad, es está mi realidad.
Tal vez después de todo no haya algo dulce en la vida.
