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Me cambié rápidamente y caminé hacia el automóvil. Harry estaba allí, inclinado casualmente contra el auto, charlando felizmente con Justin y Spencer, otro chico de mi equipo.

—¡Eh! —canturreé mientras caminaba hacia a ellos.

Harry sonrió con una hermosa sonrisa hacia mí.

—Esta es mi señal muchachos, tengo que llevar a la dama a nuestra primera cita real. Nos vemos la próxima semana —dijo, indicándoles que se alejaran con un movimiento rápido de su mano.

La boca de Justin cayó abierta y miró de Harry hacia mí varias veces.

—¿Cita? Pero. . quiero decir… ¿qué? ¡Pensé que era el mejor amigo de tu hermano! Ni siquiera te gusta; siempre dices que él es un gilipollas mujeriego. ¡Siempre que te he dicho sobre cuán caliente él estaba, tú solamente decías que no tocarías su trasero con ETS ni aunque que te pagaran! —dijo Justin, frunciendo el ceño, y mirándome confuso.

Gemí y cerré mis ojos. Literalmente estaba tan puesta en aprietos que deseé que la tierra se abriera y me tragara. ¿Cómo podía él decir eso justo enfrente de Harry? No es que yo no le haya dicho en su cara en más de una ocasión, pero todavía me sentía horrible. Escuché a Harry comenzar a reír, por lo que me arriesgué a mirarlo, él no se veía enfadado o algo.

—Gracias, Jus —refunfuñé, dándole una mirada que debería ser capaz de matarlo en el acto. Harry se acercó y agarró mi mano, tirándome a su lado, todavía sonriendo.

—Es privilegio de una dama cambiar de opinión —le dijo a Justin con un guiño, abriendo la puerta del auto para mí.

—Los veré la próxima semana, chicos, prometo que no llegaré tarde —prometí, besando sus mejillas antes de entrar el auto. Harry les dio a ambos la cosa del apretón de manos típicas de hombre, y corrió al lado del conductor. Cuando arrancó el auto me miraba con una sonrisa.

—Lo lamento —murmuré, ruborizándome otra vez.

—No te preocupes por eso. No es nada que no haya escuchado antes de tu hermosa boca —contestó con una sonrisa.

No podía menos que sonreír, estaba lleno de los elogios hoy, pero alguna parte de mí estaba preocupada de si les había dicho todo esto a otras chicas. ¿Esperaba que yo tuviera sexo con él después de un par de citas? Porque si lo hacía, entonces él iba a estar muy decepcionado. Decidí que teníamos que hablar de ello. Me refiero a, ¿cuál era su punto de siquiera intentarlo, si solamente me estaba usando para el sexo y yo no estaba planeando renunciar en cualquier momento?

—¿Entonces, a dónde iremos a almorzar? —preguntó, sacándome repentinamente de mi pequeña discusión interna.

—Um. ¿No me importa, qué te gustaría? —pregunté. Me disparó una mirada coqueta y una sonrisa picara. Hice rodar mis ojos hacia él; ¡realmente es un loco jugador del sexo!

—Comer, Harry —añadí, cruzando mis brazos sobre mi pecho, tratando de parecer severa.

Solamente se rió y comenzó a conducir.

—¿Qué hay de comida china? ¿Te gusta esa, verdad? —me preguntó, mirándome por el rabillo del ojo.

—¡Sí, adoro la comida china! —gorjeé felizmente, sonriendo abiertamente como si hubiera ganado la lotería. Jake odiaba la comida china entonces prácticamente nunca la tenía; Harry sonrió y nos condujo al restaurante sobre la calle principal.

Estábamos sentados, comiendo nuestra comida. Habíamos estado charlando felizmente durante casi una hora y estaba nuevamente sorprendida por cuán fácil era hablar con él. Lo había conocido durante doce años y nunca realmente sólo hablado apropiadamente acerca de cosas. Su pierna rozó la mía debajo de la mesa y me hizo saltar, no por miedo, sino porque envió una pequeña sacudida a través de mi sistema, haciendo que el cabello de mi nuca se erizara y que mi pulso se acelerará.

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