Capítulo 1

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Si había algo que era muy estresante, era el bullicio cotidiano en la universidad, los pasos resonando en los pasillos, los choques en los casilleros, las risas y la gente gritando o quejándose de que empezaba una nueva semana de tortura, era real...

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Si había algo que era muy estresante, era el bullicio cotidiano en la universidad, los pasos resonando en los pasillos, los choques en los casilleros, las risas y la gente gritando o quejándose de que empezaba una nueva semana de tortura, era realmente estresante el ambiente, y para suerte de Katsuki ese estresante ambiente había sido multiplicado por dos, y no hablaba de los casilleros, hablaba de su salón de clases. Todos gritaban eufóricos y emocionados a la idea de conseguir dinero, gracias a la propuesta del director Nezu, todos aceptaban la idea de vender algo y perder clases.

Una mierda.

El rubio no lo iba a negar, era una idea brillante y bastante interesante, siendo que la mayoría se mataba para conseguir dinero para la colegiatura. Pero el simple hecho de que hayan personas como Monoma que seguramente solo abriría un puesto para coquetearle a Kendo lo hacían odiar tan increíble oportunidad.

Y el no estaba en el momento de querer estresarse más de lo debido.

Aún así, él fue el primero en poner su nombre en la lista que el profesor Hizashi tenía en la mesa. Las miradas sorprendidas de sus compañeros se clavaban en su espalda como dagas que no tenían ni la más mínima vergüenza de perforar su piel. Que incomodo, pensó.

No tardó mucho para que el molesto timbre para el primer receso hiciera eco en toda la universidad y sus compañeros decidieran salir haciendo el mayor escandalo antes que la comida de la cafetería fuera devorada por los del equipo de fútbol, la mala suerte que tienen por olvidar hacer sus almuerzos un miércoles tan atareado como ese.

Con pereza sacó el pequeño Obento que tenía en su mochila para dirigirse al aula de literatura, sus ojos furiosos por las personas corriendo a su al rededor y su mandíbula apretada para contener la ira que sentía en su interior, aunque no sabía exactamente para quien o que era esa ira guardada. Detuvo sus pasos al ver a un rubio y una castaña esperar sentados en unas pequeñas bancas, el rubio teniendo un hámster en su cabeza y que parecía querer saltar desde ahí y suicidarse.

—Decidí postularme para abrir un puesto— soltó con simpleza mientras tomaba asiento y procedía a comer el arroz con curry picoso que tenía guardado.

La boca de sus acompañantes tenía la forma de una O, y pareciera que sus ojos no podían creer la realidad, porque buscaban algo, o tal vez nada, para saber que esto no era un sueño o una alucinación de sus mentes.

—¡¿Eh?! ¿Tú, abrir un puesto? Este no es el amargado cara de trasero arrugado que conozco.

—Vuelve a llamarme así y juro que voy a arrancarte las bolas, copia barata de pikachu.

ㅡ¡Katsuki! ¡No tiene por qué agredir a su amigo!ㅡ después del incómodo momento en que tuvo que pedirle disculpas a Denki y al profesor metiche que se metió en la conversación, pudo seguir.

ㅡNecesito recaudar dinero para comprar una nueva guitarra para mis clases, no es la gran cosa, a parte Uraraka puede trabajar y ganar un poco de dineroㅡ desvió la mirada, no quería que sus amigos vieran sus ojos y supieran que todo eso, era una mentira.

Y ahí se encontraba el chico de aquellos ojos rubín brillantes, finalmente terminando su pequeño puesto de café con ayuda de la chica con mejillas regordetas y un chico de cabellos rojos teñidos, el otro rubio jugaba alegremente su celular mientra...

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Y ahí se encontraba el chico de aquellos ojos rubín brillantes, finalmente terminando su pequeño puesto de café con ayuda de la chica con mejillas regordetas y un chico de cabellos rojos teñidos, el otro rubio jugaba alegremente su celular mientras disfrutaba junto a su hámster los rayos tímidos del sol que se ocultaban detrás de unas pocas nubes. Habían al rededor de tres puestos de comoda y otros en donde vendían productos de todo tipo, cuidado de piel, arte, maquillaje y zapatos. Era increíble que varios jovenes decidieran juntarse para obtener un beneficio y aprovechar esta oportunidad.

Aunque no todos eran como ellos, Neito después de ayudar a Awase con su puesto compartido no dudo en coquetear de forma descarada a Kendo mientras ella ayudaba a sus amigas a ordenar los articulos de belleza que habían ido a vender, de no ser porque el director andaba rondando por ahí segutamente le hubiera soltado un puñetazo.

Denki, ajeno a todo el esfuerzo y trabajo que hacían todos a su alrededor, despegó la vista de su celular y observo como una chica morena de cabellos rosas junto a una chico robusto terminaban de armar su puesto y colocaban pasteles que, al parecer, serían su venta del día.

Mientras su inquietó hámster daba vueltas en una de las pequeñas mesas que habían frente al puesto de su amigo pudo observar que aquella chica tenía un puesto justo en frente de sus ojos, y a pesar de ser algo absurdo se le hizo gracioso.

ㅡ¡Oi, kacchan! Al parecer tienes un rival de puesto, más te vale que tu café este bueno, porque ella se llevará a todos tus clientesㅡ dijo entre risas, ajeno a la mirada furiosa y determinada de Bakugo.

Uraraka miró preocupada a su amigo, sabiendo perfectamente que aquellas palabras no habían sido las más motivadoras, en su lugar solo habían activando el instinto de competencia de Katsuki. Eijiro, el chico de cabellos rojos solo reía mientras acomodaba la cafetera y el café en granos que usarían más tarde.

ㅡSe llama Mina Ashido, es bastante linda y talentosa, deberían saludarla algún día.

El de cabellos rubios cenizos solo rodó los ojos, no le interesaba quien era ella y conocerla no es y nunca sería parte de su plan.

El de cabellos rubios cenizos solo rodó los ojos, no le interesaba quien era ella y conocerla no es y nunca sería parte de su plan

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⏰ Última actualización: Oct 23 ⏰

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