Attack on TItan One Shots Lemon (NO TN) |Radioactive_Kai|

x Reirtholt: ¿Y Annie?

Advertencia: spoilers( tercera temporada segunda parte), Lemon

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-Reiner. ¡Reiner!- Zeke lo sacudió con fuerza - ¿Qué te pasa últimamente?

Reiner sacudió la cabeza

-Nada. Sólo...

-¡Zeke! ¿Qué hacemos ahora?- Bertholdt aterrizó junto a ellos sobre el muro, interrumpiéndo sin darse cuenta. Zeke volvió a mirar a Reiner, pero se hizo el despistado.

- Debeís volver con la Legión, que no noten nada. Intentad descubrir dónde tienen a Annie, aunque...- miró a Bertholdt- Dudo que podamos salvarla.

Él asintió, sorprendiendo a los otros dos.

-¿Y Christa?

-No es una prioridad. Eren Jaeger sí. Él tiene la coordenada, creemos que está aprendiendo a usarla... Probablemente, devoró a nuestro padre para conseguirla... - dijo Zeke, susurrando para sí mismo la última frase. agitó la cabeza. - Bien, guerreros. Volveré en dos días para comenzar la misión. Necesito tiempo para trazar un plan de ataque. Iré a Shiganshina y me esconderé en la muralla, Vosotros volved a los barracones.

Ambos obedecieron sin quejas. saltaron del muro, y se dirigieron a la sede del Cuerpo de Exploración. Una vez allí, se dieron cuenta de lo tarde que era. Reiner miró a a Berthotdl, y se asombró con una expresión que nunca había visto en su cara: Determinación.

Cuando menos se lo esperaba, Bertholdt lo sujetó con fuerza de la camisa, y los encerró en un armario cercano.

-¿Qué diablos haces?- Medio gritó Reiner

- Shhh- no querrás que los demás se despierten ¿no? - ¿Quién era él? Reiner estaba seguro de que no su amigo

- ¿Qué haces?- Susurró el rubio. Bertholdt lo sujetó contra al pared, agarrando su cuello y agachándose para besarlo. Rápidamente, Reiner tomó el control, paseando sus manos por el cuerpo contrario y retirar su equipo de maniobras. - ¿Y Annie? - Reiner sabía perfectamente que su amigo estaba enamorado de ella, pero parecía que a Bertholdt se le había olvidado

-No la menciones ahora. - Susurró mientras le abría la camisa. Cuando Reiner salió del trance qn el que se encontraba, intentó separarse, pero en espacio era muy reducido. Sintió la mano de su amigo dirigiédose hacia el sur de su cuerpo, y fue cuando realmente perdió el control. El simple roce se convirtió en caricias, y las caricias en un apretón fuerte y constante. Reiner se derritió. Se separó de la pared del armario, y besó posesivamente la boca del más alto, estrujando su trasero y acorralándolo en el límite, casi ahogándolo, escuchando los pequeños gemidos entrecortados que escapaban.

La ropa empezó a volar por el suelo, primero la camisa de Reiner, luego la de Bertholdt. Las botas de ambos, y luego el pantalón de Bertholdt. Después, su ropa interior. Reiner endureció los dedos de su mano derecha, y Bertholdt se removió incómodo. Sabía que iba a doler, no se esperaba que Reiner fuera a ser tan rudo con él, no al menos la primera vez. Reiner fue directamente a sus pezones, para pellizcarlos con las puntas de sus dedos cubiertos por armadura. Bertholdt gimió con fuerza. Paseó las yemas callosas por su pecho hacia abajo, hasta envolver su mano en su virilidad. Reiner sintió la cabeza de su mejor amigo colisionando con su clavícula, y su agitada respiración en la piel sensible de su cuello, y más tarde una fuerte succión, y un mordisco tan fuerte que le hizo gritar. Sintió un líquido caliente por el lateral derecho del cuello, y pronto el armario comenzó a llenarse del humo resultante de su regeneración. Introdujo un duro dedo en su interior, sintiendo el vapor ardiente que el cuerpo de Bertholdt generaba, mientras la mano humeante de él dejaba marcas de quemaduras en su espalda, pecho, cuello y hombros, como un caballo marcado con un hierro al rojo vivo. Reiner sonrió masoquistamente, notando las heridas del cuello cerrándose, e introdujo otro dedo más.

El calor de Bertholdt se intensificó aún más, formando pequeñas ampollas en la piel de Reiner, que introdujo dos dedos más de golpe, y tras unos segundos, los cambió por su miembro, también endurecido.

Bertholdt gruñó, adorando esa sensación dolorosa y placentera a la vez, sin poder mirar directamente a los ojos a Reiner por la cantidad de vapor que tanto él como Reiner habían generado.

Ésta era su primera vez, y nunca se imaginó que sería así.. de sadomasoquista por parte de ambos. Él sabía bien que Reiner no era virgen, pero tampoco era consciente de su experiencia en el campo. Cuando lo presionó contra la pared de aquel armario, flexionando una de sus piernas para poder enterrarse más hondo en su cuerpo, se dio cuenta del desastre que podría haber surgido entre dos inexpertos.

Mientras tanto, Reiner continuaba golpeando su interior, hasta que lo separó e hizo que apoyara las manos en la pared, quedando en un ángulo que a él le permitiera hacer fuerza. CUando lo hizó, comenzó con los empujes de verdad.

Bertholdt sentía que se partía por la mitad, y Reiner que se fundía. En el interior del moreno, el miembro cristalizado del rubio casi se fundía por la alta temperatura, mientras abría su camino cada vez más profundo. Su piel estaba cubierta de quemaduras por el calor del portador de colosal, pero a Reiner poco le importaba. Sería capaz de carbonizarse a sí mismo con tal de que Bertholdt siguiera apretándole así.

El acorazado llevó su mano endurecida al miembro contrario cuando sintió su orgasmo cercano, a lo que Berthold se corrió con un largo gemido y una bocanada de vapor. Reiner no tardó mucho más, por lo que sintió u punto álgido y se corrió dentro de su amigo. Su semilla se resbaló por sus muslos, hirviendo y burbujeando hasta que se evaporó.

Bertholdt se apoyó en la pared hasta quedar sentado. Apenas tocó el suelo, soltó un grito desgarrador

El rubio le tapó la boca, pues podían oírles. Bertholdt por señas le comunicó lo que le pasaba, causando una gran carcajada de Reiner, y señas que significaban " Para esto están la sillas de ruedas", con una sonrisa engreída y un golpe a su cabeza de Bertholdt.

Cuando ambos se hubieron arreglado un poco, salieron del armario, Bertholdt andando extraño y Reiner con la piel muy quemada.

Cuando Reiner miró a Bertholdt, se echó a reír.

-Consigue esa silla, que la necesitarás mucho de ahora en adelante....