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La brisa del viento era muy fresca, los cabellos cenizos del rubio eran llevados por el viento, la clase A estaba de compras en un centro comercial.
Mientras tanto, Katsuki caminaba por las afueras de una tienda de videojuegos con la música alta en sus conocidos audífonos. Había conseguido alejarse de sus compañeros y eso el causaba tranquilidad, en el fondo los apreciaba, pero de todas formas podían llegar a ser muy molestos.
Las tiendas eran grandes y tranquilas, mirar por las afueras era algo que disfrutaba, pero aún era muy extraño que no notará aquella sombra siguiéndolo, tan sigilosa que en ningún momento le prestó atención y posiblemente toda la tarde puedo ser de esa manera.
A su mente volvió el recuerdo del día que le prestó una de sus sudaderas favoritas a su amigo pelirrojo y el en un accidente de vino, le dejo una gran mancha. Comenzaba a ser buena idea entrar a una tienda a comprar una nueva.
Entró a una tienda de ropa muy bonita. Estando dentro de la tienda decidió llevar otras prendas consigo, algunas playeras y dos pares de tenis. Era hora de entrar a los probadores y elegir la ropa que se llevaría.
Justo detrás de él, un chico con cabellos rosas y desordenados entraría para "probarse" un pantalón.
El rubio entró a los vestidores y comenzó por probarse una chamarra de mezclilla con acabados en tonos azules, era perfecta aunque no estuviera acostumbrado a vestir de esa manera, y no perdió la oportunidad de tomar una foto, ese no era su estilo, pero, ¿acaso importaba?, nah, aún era chavo.
El mismo chico de cabello rosado estaba parado fuera de la puerta del probador del rubio aprovechando para comenzar a hacer leves sonidos con sus dedos en la puerta, llamando la atención del rubio rápidamente. De manera instantánea, Katsuki guardo sus audífonos.
-Hay gente dentro- Repitió Katsuki de manera desinteresada. No hubo respuesta, pero la perilla de la puerta ahora comenzaba a girar.
-Mierda, eres muy insistente. Busca otro vestidor, este está ocupado- Los sonidos en la puerta aumentaron y la perilla giraba con más intensidad, el cenizo se molestó bastante y decidió abrir la puerta por el mismo y enfrentar a la persona.
-¿Acaso no conoces la privacidad? Te dije que estaba ocupado- En un tono alto y molesto, se dirigió el rubio al chico de pelo rosa que estaba fuera de su probador, quién solo sonrió de manera burlona. El primer paso del plan estaba completado.
-Responde basura, ¿Quién putas te crees?- El de cabellos rosados miraba satisfecho la escena sin contestar.
-Bien, ya veremos si actúas de la misma manera cuando acabe contigo- El rubio en un rápido movimiento golpeó su rostro, con un solo golpe, el cenizo había quedado satisfecho, nadie tenía derecho de burlarse de el.
Las ganas de comprar la ropa se habían ido, ahora tenía que volver a quitarse la chamarra y devolver la demás ropa. De esa manera dió la vuelta y dispuesto a entrar al vestidor, sintió un golpe en la nuca que hizo que cayera al suelo de cara, alcanzando a poner las manos antes de caer sobre su rostro perfecto y arruinarlo con una fractura, raspón, cortada, etc.
