Lappland y Courier

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Ha pasado mucho tiempo desde que Lappland estuvo rodeada de civilización, o algo de ese estilo, la cacería en el bosque ha sido parte de su vida por quien sabe cuánto tiempo, afuera en la naturaleza tenía la libertad de un lobo, sin cadenas para mantenerla presa, podía hacer lo que quisiese sin queja alguna, y eso se extendía a matar cualquier cosa o persona que quisiese, si la ansia de sangre crecía, ella actuaba, las muertes se acumulaban a una velocidad vertiginosa. Básicamente, la vida había sido buena, sin sentido de una manera en la que la caza salvaje podía ser.

Pero después de un tiempo se aburría.

Así que te puedes imaginar su sorpresa al ver de todo lo que podía ser, fue invitada a unirse a una compañía farmacéutica.

"Y esto no es algún tipo de broma?" ella recordó preguntarle al tímido mensajero, parecía fue de lugar en el bosque, usando una bufanda roja como un intento de personaje del viejo oeste, acompañado por una chaqueta blanca y unos pantalones cargo negros, sus grandes ojos se habian fijado en ella por todo el tiempo que estuvo leyendo, probablemente preocupado por las marcas de sangre en sus mangas y botas, los perversos bordes de sus espadas gemelas, llegaría un punto en que esos ropajes tendrían que ser tirados, cuándo la sangre ya no pudiese ser limpiada.

"N-no, no lo es, Doctor [T/N] y todos en Rhodes Island le invitamos a unírtenos, si es que desea claro, odiaremos interrumpirle si es que usted se encuentra...um...ocupada."

El eligió la última palabra como si fuera la mejor opción que podría haber usado, y probablemente la mas segura también, Lappland difícilmente se habría visto ofendida si es que hubiese mencionado los obvios rastros de sangre en su ropa y equipamiento, las conversaciones sangrientas podrían ser entretenidas en todas y cada una de las ocasiones para ella considerando cómo fue criada.

"Puedes acercarte y decirlo, no me molestaría."

"P-preferiría no hacerlo."

Lappland mantuvo su agarre en las empuñaduras de sus espadas, una dirigida hacia atrás ,mientras que la otra fue dirigida hacia el cuello del chico, provocando que un pequeño sonido de temor saliera de su garganta, obviamente no le haría daño por supuesto, inspirar miedo es natural en ella, además, era la manera mas rápida de conseguir respuestas.

"Así que, Coulson..."

"Es...Courier"

La Lupo sonrió con dientes a la corrección de nombre, mostrando sus incisivos más afilados de lo común, decir esas palabras hicieron que las orejas de Courier que anidaban en encima de su cabeza temblaban como si quisieran huir solamente para darse cuenta que no estaba en su poder, el chico poseía una banda en el brazo con dos diferentes marcas, uno era como los arcos que puedes ver en cierto lugar en Sydney, con artes escénicas explotando en el aire húmedo, pero el otro símbolo, ese llamaba más su atención, tres marcas de cortadas de la misma longitud.

Un símbolo de Vanguardia, ¿Qué hace un ciervo como éste con ese símbolo?

"Dime Courier, ¿Por qué tienes un símbolo de Vanguardia en tu brazo? "Preguntó.

El chico ciervo rasco la parte trasera de su cuello con cierto nerviosismo, con sus ojos azules pestañeando rápidamente. "Bueno, eso es porque Rhodes Island no es solo una compañía farmacéutica." Parecía estar deliberando sobre qué o no decirle, la curiosidad de Lappland se alzó.

"Oh, cuéntame más."

"En Rhodes Island nuestra misión es encontrar la cura para la infección que muchos de nuestros miembros padecen. Nuestra meta es ayudar a los demás, y por resultado nos vemos envueltos en conflicto" explicó, un poco más confiado que antes al hablar tan apasionadamente "El Doctor [T/N] nos dirige en cada batalla, siendo Reunion o cualquier amenaza que se nos interponga."

"Oh, no sabia que Doctor [T/N] era un comandante." se formó una sonrisa en sus labios, pelear era una de las cosas que más disfrutaba

"¡Si!, y también es el que lidera el estudio de la Oripatía.¡Es muy habilidoso!." Courier movía sus manos en el aire para hacer énfasis, su pelo desgreñado fue alborotado por el viento, con sus largas orejas aleteando expresivamente.

"Hmmm suena impresionante, pero no estoy seguro que tiene que ver conmigo"

"Le invitamos a Rhodes Island, Señorita Lappland, porque podríamos requerir el uso de sus...habilidades."

"¡Jaja!, creo que requieren a alguien que puede cortar y rebanar las tropas de Reunion en muchos y pequeños pedacitos." Ella se encontraba mirando lascivamente. Esto hizo que el chico retrocediera, con sus botas crujiendo el pasto.

"Seguro, si desea plantearlo así, Rhodes Island le permitirá pelear nuestras batallas y le dará una familia que la entenderá y apoyará por lo que esté pasando." Courier prosiguió.

Ella pensó en sus padres por un breve momentos, mucho tiempo ya desde la última vez que vio los rostros de sus padres, difícilmente pudo recordar cómo se veían, solo el olor y enseñanzas siguen impresas en su mente, fueron los primeros en enseñar la importancia de matar y lo importante de la libertad de un lobo de escoger su propio camino. si tan solo hubiesen vivido un poco mas de tiempo...

"Dudo que alguien pueda entenderme." su mente pensó en una persona en particular. Cabellos oscuros y orejas puntiagudas, con un par de ojos de un brilloso color ámbar. su cola delgada, a la par de su cuerpo, sigue siendo las persona más fuerte que haya conocido, pero esos días se acabaron.

"No quiero volverte a ver."

"Eso piensa ahora, pero créame, Rhodes Island la sorprenderá, y si incluso viene para ver cómo son las cosas, piense en toda la gente que conocerá"

"Por si no te has dado cuenta, no me interesa la compañía de los demás."

"si, pero estoy seguro de que en algún punto la soledad termina siendo aburrida." Dijo Courier, haciéndose eco de sus pensamientos previos, se encontraba recargándose contra uno de los árboles, en cierto punto de la conversación llegó a la conclusión de que Lappland no lo iba a herir, no sabía si verse molesta por esto o no.

"Ahí tiene un punto."

"Entonces vendrá con nosotros? "Soltó con un tono esperanzador.

"Lo consideraré." Respondió, ella no le daría nada más hasta el momento, no antes de que ella pensara las cosas.

Heh, yo, pensando las cosas.

En realidad, ya sabia la respuesta, solo era cuestión de encontrar la nave de Rhodes Island

"Eso es todo lo que le pido, y  tome esto, por favor."

Le entregó disco circular de un tamaño pequeño, Lappland se lo arrebató de su agarre, olfateando el objeto con curiosidad, era de un material metálico de color Negro, con una pantalla en medio de éste, botones de plástico un color pálido se ubicaban a los costados de dispositivo, presionó uno de estos botones --uno redondo y robusto-- viendo como súbitamente una luz celeste apareció, un mapa holográfico se proyectó desde el objeto, un punto rojo apareció en el mapa, no muy lejos de otro mucho mas grande.

"¿Qué es esta cosa?¿Un rastreador? No me van a rastrear, ¿Verdad?"

dejó salir un gruñido desde el fondo de su garganta, el cuerpo de Courier se volvió rígido como reacción al sonido animal, con sus orejas presionadas a su cabeza, él volvió a tener miedo de ella

Bien.

"N-no, por supuesto que no, es un mapa, el punto grande de color rojo simboliza donde está Rhodes Island en éste momento, el mas pequeño representa donde estamos, también incluye una brújula ,así que no debería tener problemas en utilizarlo para poder ubicarnos, si es que decide que así será" se encontraba mirándola con recelo aunque con una sonrisa en un intento de parecer acogedor.

"Bueno entonces, tal vez nos volvamos a ver"

"Espere, a donde v-"

Pero Lappland ya no se encontraba escuchándolo, salió corriendo, desapareciendo entremedio de los árboles, los pájaros chirriando por encima a la par que corrió,...y corrió...y corrió.

La historia no contada de Texas y LapplandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora