Rejeté

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—Vamos Namjoon, yo sé que tú puedes— Se dijo asi mismo tratando vagamente de darse ánimos.

Abrochó el último botón que quedaba suelto de su blanca y pulcra camisa de mangas largas, se dió un último vistazo en el espejo viendo cualquier posible imperfección en su vestimenta o en su cabello, el cual solo lo llevaba un revuelto sin exagerar, a el no le gustaba usar pantalones tan apretados y formales pero la situación lo ameritaba.

Salió de su departamento listo para ir a la Preparatoria, las manos le sudaban, su corazón latía en su pecho como un loco, y sus mejillas iban un poco rosadas.

Suspiró cuando se vió frente al gran portón de aquella prestigiosa institución, estaba listo, no tenía porque echarse para atrás, el lo había decidido desde hace unos días atrás, se había preparado física y mentalmente para hacerlo, pero eso no impedía que las inseguridades y el miedo se hicieran presentes.

—Buenos días señor Choi— Saludo con una amplia sonrisa a aquel señor conserje que siempre fue amable con el, y quien no dudó en regresar el amable gesto:

—Buenos días Namjoon—

Y sin más se retiró para dirigirse a su respectiva aula, ese día a primera hora le tocaba Literatura, una de sus materias favoritas y no se la quería perder por nada del mundo, aparte... lo quería ver a él.

—Muy buenos días maestra Ahn— Saludo a su profesora en cuanto abrió la puerta haciendo que esta se volteara en dirección a el, sonriendo en cuanto lo vió.

—Namjoonie que bueno que has llegado, eres el primero, tan puntual como siempre, y ya te dije que me puedes decir Hye-Jin, no soy tan vieja solo soy 8 años mayor que tú— Le dijo la dulce mujer mientras volvía a prestar su atención en los exámenes que se encontraban en su escritorio.

—¿Está revisando los exámenes ya?— Pregunto mientras la boba sonrisa que llevaba desde un principio se volvía a posar en su rostro y la mayor claro que se dio cuenta de ello.

—Sí, dime ¿Por qué tan sonriente?— La pregunta hizo que el peli-rubio se sonrojara hasta las orejas y bajara la mirada a sus manos recargadas en su pupitre.

—H-hoy me v-voy a c-confesar— Respondió torpemente a la pregunta realizada por su maestra, la cuál solo hizo una 'O' con sus rosados labios, para después volver a centrarse en calificar los exámenes cuando llegaron los demás alumnos y el timbre sonó avisando el comienzo de las clases.

— Abran su libro en la página 127— Indicó la morena a sus alumnos quienes captaron la orden enseguida.

—(• • •)—

Se encontraba en la clases de ciencias que ya estaba por terminar, había sido un día escolar muy pesado y con ello los nervios aumentaban se la había pasado evitandólo a él, y en cuanto dieran el timbre tendría que buscarlo para llevar a cabo lo que había planeado.

—Bueno queridos alumnos, eso es todo por hoy pueden retirarse — Habló el profesor Jung Hoseok mientras recogía sus cosas y las guardaba en su gran mochila negra, y justo cuando esté había terminado de guardar todo el timbre sonó y los alumnos salieron -literalmente- corriendo —Namjoon— El nombre de su alumno preferido salió dulcemente de sus labios y el nombrado volteó a ver a su profesor y amigo.

— Dígame profesor Jung— Dijo el rubio.

—Como siempre tu gran desempeño me asombra aunque ya no debería, así que te quería felicitar— Le comento mientras peñizco de manera suave la mejilla.

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