Never Forget You

01

Habían llegado al hospital luego de presentarse brevemente. El castaño decidió llamar "Odasaku" al pelirrojo (tinto) para mayor facilidad.

Oda esperaba sentado junto con Dazai noticias sobre el pequeño Chuuya. Aunque fueran desconocidos para él, le preocupaba la reacción que tendría el adolescente si ese niño llegara a morir.

— Odasaku, ¿mi bebé estará bien? ¿Él no va a morir, verdad?

Decía sollozando, temblaba y ponía sus manos en sus ojos, cubriéndolos con temor. El mayor posó una de sus manos sobre la espalda del más joven para darle valor, pero éste saltó del susto y cayó al suelo.

— ¡¡¡ALÉJATE!!! ¡¡¡NO ME TOQUES!!! ¡¡¡VETE!!!

Gritaba Dazai aterrado, encerrándose en sus pesadillas y cubriendo sus oídos con sus manos, sentado en el suelo.

Oda cada vez notaba peores conductas en el chico. Se levantó de su asiento y fue a buscar ayuda profesional. Pronto, tres médicos con una camilla lo trasladaron e inyector un calmante para poder hacerle algunos estudios.

— Doctores, por favor. Un chequeo general para el chico. Él tiene a su bebé en revisión, y si él tiene un bebé y muchos traumas psicológicos es porque algo le hicieron. Lo dejo en sus manos.

Dijo Oda. Los médicos asintieron con la cabeza y se alejaron con el joven, hacia cuidados especiales y la sala de estudios.

Las horas pasaron, y afortunadamente todo había resultado bien con el pequeño Chuuya, quien ahora dormía en brazos de Sakunosuke, mientras esperaban noticias de Dazai.

— A pesar de que ese chico tan joven sea tu papá, y esté bastante dañado, has podido sobrevivir con sus cuidados. Es un buen padre después de todo...

Murmuraba, observando con ternura al hermoso niño que tenía sobre su regazo. Chuuya abría sus azules ojos y miraba al desconocido frente a él, hizo un puchero y sus ojos se llenaron de lágrimas. Empezó a llorar.

— ¿Eh? ¿Estás despierto? ¿Qué pasó, bebé? Tranquilo, no estás solo.

Movía una de sus piernas para arrullar un poco al niño, pero sólo conseguía que incrementara su llanto y quisiera bajar al suelo en busca de su padre.

— ¡Ma-má.....!~

Decía entre llantos, retorciéndose para bajar del regazo y liberarse de los brazos de Odasaku.

Un médico salió a traerle noticias de Osamu Dazai a Oda. Traía unos documentos con él con los resultados de los estudios.

— Oda-san. Tengo noticias de los estudios del joven Dazai-kun.

Avisó.

Odasaku sentó al niño y logró controlarlo durante un breve tiempo, mientras él estaba dispuesto a escuchar sobre la condición del huérfano.

— Dazai-kun no tiene problemas mentales, ni autismo o nada por el estilo. Presenta signos de tortura, abusos de todo tipo en su cuerpo y en sus recuerdos. Todo lo que nos dijo fueron abusos y pesadillas que viven en su interior. Necesita mucha ayuda. Algo más, encontramos rastros de sem*en de seis hombres distintos, pero afortunadamente no tiene ninguna enfermedad de transmisión sexual. En cuanto al bebé, tuvimos que practicarle un aborto porque corría peligro. El joven se está recuperando ahora mismo y será internado en un hospital donde pueda tener atención personalizada para mejorar sus daños psicológicos. Lo siento mucho, joven Oda. Regrese a casa, le estaremos informando sobre el chico.

Informó, haciendo una reverencia al final antes de regresar a su trabajo.

— ¡Ma...mi!~

Continuó su llanto. Le hacía el trabajo más difícil al joven adulto, quien se vió obligado a tomarlo en brazos y llevarlo a su casa.

Mientras que en el hospital, Dazai abrazaba una almohada, llorando y teniendo siempre en su mente a su pequeño hijo.

— Chuuya... Mi bebé Chuuya... ¡Doctora! ¡Doctora! ¡¿Dónde está mi Chuuya?! ¡¿Él está vivo, verdad?! ¡Lo quiero conmigo! ¡Tráiganme a mi bebé!

Decía de calmado a alterado. Lloraba más y gritaba.

— ¡Dazai-kun! ¡Su bebé está bien! ¡Está al cuidado del joven Oda! ¡Usted tiene que descansar y mejorar para que pueda cuidar a su bebé muy pronto!

Animaba una de las doctoras. Inyectaba un nuevo calmante al castaño para evitar que empeorara.

— Él no tiene que estar con nadie más, sólo conmigo. ¡Yo soy su madre y su padre también! ¡Mi bebé es mío y tienen que traerlo conmigo!