Heridas y polvo de estrellas ⌠GiyuuTan⌡

Prólogo

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10 de abril de 1912, bahía de Southampton, barco Titanic;

El sonido chirriante y agudo del claxon provoco que la multitud se dispersara en el muelle, era un mar de gente esperando abordar el barco y despedir a sus seres queridos rumbo a un nuevo país.

La puerta del vehículo fue abierta por el cochero del mismo, Kamado Tanjiro extendió su mano de forma elegante y elocuente como un omega de alta sociedad debía comportarse, para bajar del auto de época.

Con su hermoso sombrero de ala ancha y gran moño, su distinguido vestido entallado en su fina y hermosa figura, y sus mechones de cabello pelirrojo bailando con el viento de la bahía, su mirada arándano vago analizando su entorno, observando los distintos rostros desconocidos, en su mayoría betas, autos, cargamentos y gritos de gente, demasiada gente, hasta caer sobre el gran e imponente barco, esperando pacientemente a su prometido, que tenía que encargarse de ciertas diligencias antes de abordar, mientras Tanjiro se acomodaba sus aguantes y sus damas de compañía estaban listas con su abrigo y lo que llegase a necesitar el omega.

— No veo porque tanto alboroto, no es tan grande, es una exageración — comento el omega, mientras acomodaba su sombrero para que el sol no tocara su bello rostro, en cuanto Muzan, su prometido estuvo a su lado.

— Es el más grande y lujoso hasta la fecha querido — Tanjiro frunció los labios mirando el gran barco, como si fuera una cosa insignificancia.

— Su hijo es imposible de impresionar, Kie — murmuro por lo bajo Muzan a la mujer no tan mayor, quien le sonrió con educación, tomando el brazo de su futuro cuñado.

— Damas dense prisa, por aquí — ordeno como siempre Muzan, con su estilo prepotente y autoritario, Tanjiro no pudo evitar rodar los ojos, bufando bajito, llevándose como castigo un pequeño pellizcó de parte de su... amada madre, el omega la observo por unos instantes, antes de apretar los labios y seguir a su prometido como cabras a sus dueños.

El Titanic era llamado el barco de los sueños, aun se podía oler a pintura fresca, la bajilla no había sido usada, nadie había dormido en las sabanas, era el barco de los sueños para todos los demás pero, para Tanjiro representaba su ejecución y muerte, era un barco de esclavos que me regresaba encadenada a América para casarse con un malvado y detestable hombre, porque tuvo la mala suerte de haber nacido omega y por la estupidez de su padre al despilfarrar su dinero en apuestas, su herencia perdida y su madre y el estuvieran en la ruina, en la quiebra total, no tenía nada que ver, no, solo era un barco de siervos, esclavizándolo a un destino mediocre e infeliz.

Por fuera era todo lo que debía ser, un omega educado y de alta alcurnia, con modales exquisitos y refinados, pero por dentro estaba gritando auxilio, buscando piedad de alguien como su madre, que solo buscaban comodidad y estatus, que nunca llegaría, mientras era escoltado hacia arriba de ese mastodonte mecánico que flotaba.

Ahora vamos con los menos afortunados, aunque sean más ricos en muchas maneras distintas, más felices y afortunados, no muy lejos del barco de los sueños, en una cantina de mala muerto llamada WINES & SPINTS, cuatro hombres, todos alfas sin lugar a dudas, enfrascados en un ambiente tenso fumando y bebiendo cerveza barata, se debatían quien sería el ganador de todo en una partida de póker, incluyendo un precioso anillo, no costaba mucho, pero era magnifico y sencillo, junto a dos boletos en tercera clase en el Titatic, con un par de dólares en monedas.

Uno de los alfas hablo en otro idioma, ¿ruso? ¿Austriaco? Quien sabe, pero se dirigió a su amigo del otro lado de la redonda pequeña mesa, el otro hombre molesto contesto con desdén, mirando sus cartas una vez más.