Capítulo 1

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El profesor Jeon, nombre completo: Jeon Jungkook. Un docente que casi rozaba los veintiocho años, el amor platónico de casi todas las alumnas, y por qué no, de varios alumnos también, ¿pero cómo no? Joven, endemoniadamente guapo, inteligente, cuerpo bien trabajado y esa personalidad de superioridad que hacía suspirar con tan solo una orden. Hasta las profesoras mayores se lo sabroseaban sin ninguna vergüenza cuando caminaba por los pasillos maletín en mano.

Todo el alumnado conocía al profesor Jeon como el rey erótico de todos los profesores, porque si bien habían más maestros jóvenes, no se comparaban con él. Aunque apesar de aquella buena fama, también se le conocía por ser el docente más severo en su materia.

Jimin sintió como los colores se le subieron a la cabeza tras haber dicho semejante palabra. Y si ya se encontraba lo bastante acalorado, la situación no mejoró mucho cuando Jeon colocó una sonrisa torcida en su rostro con un semblante de lo más arrogante. El chico nunca se había fijado en todo lo que los alumnos decían por culpa del desprecio que tenía hacia el profesor, pero ahora que lo miraba bien...

—¿Sigue llamando papi a su padre, Park? — El tono del mayor había sonado a burla.

—N-no. Es solo que... Y-yo... — Tartamudeó Jimin. Se encontraba en blanco.

—Oh, ya veo... Entonces no sabía que tuviera ese fetiche, joven Park. — Jeon soltó una risotada, alzando la barbilla de Jimin con un extremo de su regla.

Jungkook miraba a su alumno desde arriba con ojos de superioridad, incluso posó su lengua en su labio superior humedeciéndolo mientras soltaba la carcajada. Jimin sintió su cuerpo temblar, intentaba defenderse pero las palabras se le quedaban a media lengua, así siendo incapaz de pronunciar sonido entendible. ¿Desde cuándo el arrogante de Jeon resultaba tan tentador? Bueno, quizás desde siempre, Hoseok y Yoongi se lo recordaban de manera continua y de lo más descarada cada vez que él se quejaba de Jungkook.

—¿No os parece el profesor de literatura clásica un cabronazo? — Se quejó Jimin en la media hora que tenían de descanso.

—Puede ser todo lo cabronazo que quiera, pero a mí me pone. ¿Has visto los pantalones que llevaba hoy? Dios mío, tuve que controlarme mucho cuando se le marcaron los músculos de las piernas al agacharse a recoger el borrador. — Habló Hoseok para pegar después un suspiro. Jimin chasqueó la lengua y lo miró con asco.

—¿Y habéis visto sus glúteos? A mí no me importaría que me jodiera contra la pizarra. Coño, creo que necesito ir al baño de manera urgente. — Rió Yoongi.

—¡Cállate, so guarro! No me lo esperaba de ti, Min. Me decepcionas. — El peligris negó con la cabeza. Hoseok y Yoongi se rieron en su cara.

El pelirrojo pudo sentir como el estómago se le revolvía al recordar aquellas conversaciones. Cabe destacar que los tres mejores amigos eran unos vírgenes pubertos llenos de hormonas, pues claro, casi nunca salían. Los fines de semana y días festivos se iban a casa de alguno y se ponían a jugar videojuegos, ver películas o animes, escuchar música, o simplemente comer y dormir, y si de milagro salían era tan solo para comprar más comida, ¿cómo iban a perder la virginidad así? Y no, la opcion de entre ellos no era válida. Los tres querían que su primera vez — y todas las demás — fuera recibiendo. Altas pasivas, sí.

Jimin dejó de sentir el material metálico frío de la regla, mirando como Jeon se alejaba y se apoyaba sobre su escritorio. El profesor se quitó el polo negro que llevaba dejando ver su camisa blanca en su completitud para posteriormente comenzar a desabotonar uno a uno los cuatro primeros botones, despacio, tomándose todo el tiempo del mundo y mirando con descaro a Jimin si quitar la media sonrisa de sus labios.

› papi : ggukmin ❟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora