Capítulo II: ¡El mejor público de Excálibur!

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Los Shibukids entran con parsimonia honorable ante tanta modernidad, ante tanto lujo, de a poco Kid se altera con la asimetría del lugar, las gemelas Thomson nuevamente se burla de la obsesión de Kid. Black*Star aparenta estar distraído, aunque mira a escondidas el culo discreto de Soul. El albino está inquieto, teme mucho de pervertir a Patty, y teme de la líbido de Liz. Maka es la más contenta. Los tiene a todos para ella, aunque se muerde el labio, acá el protagonista es Kid.

—¿Por qué escucho más niños que de costumbre? —Pregunta contrariado Excálibur.

—No podemos privar a todos los lugares de acá que escuche su ópera, su majestad. —Responde, solemnemente Black*Star.

—Además lucen tan adorables, y no harán ruido, se lo prometo. —Dice con un tono de voz infantil Patty.

—¡Que extraño día escogieron para reconocer mi gran grandeza! —Responde con orgullo Excálibur.

Los muchachos eligen un palco alejado mientras los canguros, demonios de tasmania, koalas y cuanta fauna refugiada del horror del incendio se sitúan en sus respectivos asientos. Se sienten asombrados por el baile hipnótico del bastón del blanquecino e insportable ser. Sus ondas sonoras vuelven fascinados a los marsupiales.

—¿Vamos ahora, chicos? —Pregunta Maka.

—Parece que alguien está ganosa. —Con una mirada calientasopa espeta Liz.

—¡Ganas de jugar! ¡Sí! —Responde alegremente Patty.

—Aprovechemos ahora, vamos Kido, mucho nos has aguantado antes, es hora de que tu seas el rey. —Dice con tono de voz baja y resignado Soul.

—¡Compá!

Y antes de terminar su frase ruidosa, Maka da su famoso Maka Chop. Todos ríen de la ocurrencia y aprietan la boca de Black*Star, pese a que él intenta babearlos y morderlos.

Mientras que en el escenario se ve un resplandeciente y alegre Excálibur.

"Estos chicos, en cualquier momento se irán, ¡baka!, al menos tengo a la mejor audiencia del mundo, estos niños peludos de Australia, me habían advertidos que eran raros, aunque se ven bastantes normales al lado de estos niños".

Los marsupiales están eufóricos con los juegos de luces y la pirotecnia, por momentos se olvidaron que perdieron su hogar, sus ramas de eucalipto y las infinitas rocas y arena de la tierra más alejada de la corona.

—¡Patty, Liz, chiques! ¡Vamos! —Dice Kid con tono de voz baja.

—¡Y desde cuando eres un chique inclusive! —Se burla Soul.

—Sabes que la muerte es para todos, y hoy serás mio, cachorrito, pero lo haremos más emocionante. Con una botella, no, miento, pistola.

Y todos miran aterrorizados por el tipo de deseo que pedirá Kid.

Mira Liz, soy la botella del amorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora