Capítulo 8

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Los días pasaron, y cada mañana Rahul me recogía desde mi casa para ir al paradero del bus. Cada día me colocaba frente a él para cuidarme de no caer por la turbulencia del camino, siempre me entregaba la comida en una bolsa de papel, y siempre estaba a mi lado burlándose de mí por el mensaje de mi yeso. 

Me muero por quitarme esta porquería.

Esta se volvió nuestra costumbre.

— ¿Curry? ¡Delicioso! ¡Tu mamá se está volviendo muy buena en la cocina!—. Alabé mientras llenaba mi boca con una cucharada de comida—. ¡Dios, esto sabe a gloria!

— Lo hice yo—. Dijo sin más. Y yo tomé la bolsa de papel en la que él me entregó el almuerzo y escupí lo que tenía en la boca—. Gracias por eso—. Contestó en un tono sarcástico y ligeramente herido.

— ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¿No le pusiste nada extraño?—. Negó sin una pizca de gracia y me sentí aún peor por mi reacción—. Discúlpame, Rahul, no quería ofenderte.

— Sí, claro...—. Empujó el plato de su comida apartándolo de él, me levanté rápidamente, él es muy orgulloso, lo abracé y planté un beso en su cabello—. No intentes arreglarlo, lo arruinaste.

— Tu comida es deliciosa, discúlpame, fue casi inercia...

— Como soy un bueno para nada ¿Verdad?

¿Por qué me haces sentir tan culpable? ¡Te odio!—. No, no dije eso, Rahul, no eres un bueno para nada. Solo, me sorprendí ¿Bien? No te ves como alguien que cocine, eso es todo...

Tuve la imagen de Rahul cocinando sin camisa en mi mente, y vaya que sería una cena digna... ¡¿Qué estoy pensando?! 

Negué rápidamente.

— Mi madre enfermo nuevamente, no ha podido hacer mucho desde hace un mes, por eso busqué el trabajo de electricista ¿Lo recuerdas?—. Asentí, ahora quiero llorar por lo que hice, soy una mala persona—. Has estado comiendo mi comida por un mes entero.

— ¡Y no me lo dijiste! ¡¿Cómo me dejas comer cuando tú necesitas el dinero? ¡Me has invitado de tu almuerzo por un mes, ahora es mi turno! Yo te daré de comer, aunque extrañe tu deliciosa comida, este mes es mi turno ¿Sí?

— Solo no envenenes nada, por favor—. Dejé un beso suave en su cien, y lo vi sonreír—. ¿Qué tienen tus besos que cada vez que los recibo me hacen sentir nervioso?

Me alejé de él rápidamente.

— No digas tonterías, Rahul—. Volví a mi sitio, acerqué su plato hacia él, y retomé el mío—. Come, deja de estar hablando tonterías...

— Hola, Rahul ¿Hiciste la tarea de inglés?—. Rahul tomó de mi mochila mi cuaderno de inglés y sin importarle mis advertencias le entregó la tarea a ¿Cómo se llamaba? Estuvieron saliendo hace unos meses, y ahora se han vuelto a juntar, creo yo—. ¡Gracias! 

Rahul es tan tonto, esa es la razón por la que no me tomo enserio nada de lo que dice. Lo quiero matar por entregar mi tarea.

Él recibió un beso en la mejilla y dijo—. ¿Qué tienen tus besos que cada vez que los recibo me hacen sentir nervioso?—. Sentí náuseas en en ese momento ¡Qué patán! Y escuchar las risitas de la chica me hace querer arrancarle mi cuaderno de sus manos—. Nos vemos—. Se despidió con la mano sonriente, y luego se volvió hacia mí—. ¿Te molesta?

— ¡¿Enserio vas a preguntar?! ¡Es mi tarea, Rahul, claro que me molesta! ¡Además! ¡Qué falta de originalidad, le dijiste lo mismo que a  mí! ¿Escribes tus frases o algo?

Negó—. La frase fue real cuando te la dije, salió de mí, y me pareció tan linda que se la dije a Hemma.

Negué molesta.

— No te preocupes, le pediré tu cuaderno cuando termine el receso, ahora come o se enfriará.

— ¡Ya no tengo hambre!

— ¿No comerás lo que te preparé con tanto esfuerzo para ti, y solo para ti, niña?—. Esa frase "solo para ti" Puede convencerme de cualquier coas solo con decirla, no le puedo negar nada si es únicamente para mí, y odio eso. Tomé la cuchara frustrada—. Come, niña, eso es...

— Solo porque tu comida es deliciosa ¡Y que tu comida sea solamente mía también! ¡Puedo compartirte a ti, pero no tu comida!

— Lo sé, lo sé, niña, sé que te gusta el curry, termínalo, no seas pesada—. Se acercó a besar mi frente, y se me escapó una sonrisa, odio eso también porque deja de hacer méritos y piensa que todo está solucionado cuando no, no me deja seguir enojada—. ¡Ya sonreíste!

— No, claro que no.

Esas conversaciones se volvieron nuestra rutina.

Una cómoda rutina de ir a la universidad, y regresar para ir al café a trabajar. 

— Muy bien ¿Tienes el casco?—. Afirmé—. Entonces vámonos—. Empezó a pedalear, y lo abracé apoyando mi mejilla en su espalda, puedo jurar que está sonriendo. 

Al llegar al café, dejaba que yo baje primero y luego él, encadenaba la bicicleta al árbol y luego íbamos a ponernos el uniforme. 

Empezaría otro día como los demás. 

Habían pocos clientes, un grupo de las mismas chicas de secundaria que perseguían a mi amigo, y otro grupo de muchachos de la universidad rival a la nuestra, que iban con su uniforme de basquetbol, nos pidieron cafés entonces iba a llevárselos, pero Rahul me quitó la fuente de las manos y fue en mi lugar. 

De regreso estaba molesto.

— ¿Qué tienes? ¿Dijeron algo malo?—. Él negó—. ¿Entonces?

— Nada, niña. Quieren donas, iré a buscarlas. Tú encárgate de las chicas de allá.

— Creo que ellas vienen por ti—. Me burlé, pero él no siguió mi broma—. Está bien, voy.

Los clientes iban y venían, pero al final solo quedó uno de los chicos de la Universidad Brown, se acercó al mostrador. Sentía encima la mirada intensa de Rahul desde la cocina.

— Hola—. Él sonrió, tiene una linda sonrisa, el cabello negro y ondulado que contrastaba con su piel clara ligeramente bronceada—. Soy Raju, me pareciste muy linda—. Me sentí incómoda de repente—. Le pedí tu número a tu amigo, pero no quiso dármelo ¿Me lo darías? Tal vez en algún momento podamos salir.

Quise negarme con alguna excusa, pero Rahul se me adelantó.

— Lee lo que dice en su brazo—. Rodé los ojos ¿Por eso me escribió esa estupidez?—. Yo soy Rahul Khanna, ahora piérdete.

Lo fulminé con la mirada, pero Rahul no mostraba arrepentimiento.

— No sabía que tenías novio, lo siento mucho—. Él parecía avergonzado y solo dejó el dinero antes de casi salir corriendo del café.

— ¡¿Por qué hiciste eso?!—. Se encogió de hombros—. ¡Ahora piensa que soy tu novia!

— Yo nunca dije que lo fueras, él lo entendió así, y tú no te molestaste en desmentirlo.

SEXY BEAST FRIENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora