Capítulo 4

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Rahul y yo tenemos un trabajo de medio tiempo. Como pueden darse cuenta, ambos tenemos una situación económica difícil, él tiene una madre enferma y yo ni siquiera tengo una.  Antes de entrar a la universidad vivía en una especie de refugio para mujeres junto a Rifat Bi, quien era la encargada del lugar. El refugio cubría mis gastos, pero igual necesitaba dinero para cosas extra, como útiles de aseo, comida, materiales, y los necesitaría más cuando entre a la facultad, entonces desde ahora empecé a ahorrar.

— ¡Llegaremos tarde, Señora Khanna, por favor!—. Grité y la madre de Rahul pidió calma.

— ¡Muchacho del demonio, baja de una maldita vez!—. Sí, su mamá no es el claro ejemplo de una madre amorosa, y siempre he sabido que ella me quiere más a mí que a Rahul, eso lo sabe él también—. ¡Rahul, baja ahora mismo!

Él corrió escaleras abajo con su playera en el hombro, me sonrojé profundamente ¿Cómo puede bajar así? 

— Hola...—. Dijo en su usual tono altanero, y yo sacudí mi mente, lo vi sonreír de costado—. ¿Nos vamos?

—  ¡Corran, que es muy tarde!—. La señora Fridda nos gritó y ambos salimos corriendo, él se montó en su bicicleta y yo fui detrás de él. 

Pedaleó sin detenerse hasta el café en el que trabajamos.

Art Coffe, nuestra mayor tortura, éramos casi esclavizados por los dueños de ese lugar. Rahul era mesero y yo quien preparaba los cafés, era una cafetería muy popular, porque Rahul atraía muchas clientas, usualmente chicas de secundaria que venían aquí a sonreírle a mi amigo. 

Él era gracioso, le tenía mucho respeto y era tímido con las chicas de escuela, pero con las universitarias era más que lanzado.

— Te están sonriendo—. Murmuré mirando hacia unas chicas entre trece y quince años, él negó nervioso—. Sí, te están mirando, ve y sé amable, no espantes la clientela.

— Mejor ve tú, son niñas ¿Y si me piden el número? ¿Qué les digo? ¿Y si lloran?

— Tampoco son tan menores, no creo que lloren—. Aunque no lo sé—. Está bien mejor voy yo.

— Además me parece que la chica más grande vino con su papá la última vez y es un policía, no gracias, paso—. Sonreí y pellizqué sus hoyuelos, es algo que solo me deja hacer a mí—. Ve tú y dile que... ¿No sé? Inventa algo.

— Está bien, yo le llevo los frappés—. Tomé la bandeja y dejé a Rahul haciendo unos panqueques, me acerqué hacia las niñas que me miraron con decepción.

Sí, están aquí por Rahul.

— Gracias ¡Se ve delicioso!—. Dijeron cuando dejé los frappés en la mesa, iba a irme pero me detuvieron—. ¡Disculpa! Mi amiga quiere preguntarte algo.

Aww tan tiernas, ya sé por dónde van, pero no, no pasará.

— ¿Por qué yo?—. Siseó, y la otra dijo de regreso "¡Dile!"—. Es que... a mi amiga le gusta el chico que está allí—. Abrí los ojos sorprendida, y con una sonrisa enorme, esto es tan gracioso.

— ¡No es cierto!—. Una de ellas recibió una patada por debajo. Me hacen recordar a Cat y a mí—. Bueno, tal vez un poco... ¿Me darías el número de tu amigo? ¿Está soltero?

— ¿Cuántos años tiene? ¿Sabes su dirección?—. Demasiadas preguntas poco tiempo.

— Tiene dieciocho años, sí, sé dónde vive, y no, no les daré el número, porque no está soltero, es mi novio—. Sentencié, y ambas se miraron avergonzadas—. ¿Muy lindo verdad?—. Las tres miramos a Rahul y reímos levemente. 

SEXY BEAST FRIENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora