¿Cómo era allá arriba?

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Lexa estaba leyendo en su habitación, cuando escuchó alguien tocando a su puerta. Era extraño pero su corazón saltó un poco porque sabía con precisión de quién se trataba. Era Clarke. Sus guardias no hubieran dejado que nadie tocará la puerta de su cuarto exceptuando a Clarke. La seguridad de la comandante iba por encima de todo. Incluso Titus a veces encontraba restricciones para ver a Lexa en un lugar tan personal a solas. 

Por supuesto que la comandante  había dejado en claro a todas las personas que trabajaban y vivían en Polis que mientras Clarke estuviera en Polis debía ser tratada con sumo respeto y hospitalidad. No lograba entender del todo como era que Clarke había convencido a sus guardias de tener tal grado de libertad, ya que ella no había dicho a sus guardias explicitamente que Clarke tendría ese tipo de excepciones. Así que no había duda de que eso había sido algo entre Clarke y sus guardias.

-Adelante- Heda elevó un poco su voz para que pudiera ser oída al otro lado de la puerta, dejó el libro en su mesa y se levantó mientras Clarke entraba-

Clarke entró al cuarto con seguridad, como si fuera algo natural.  Las cosas seguían bastante tensas entre la gente del cielo y los terrestres, la oferta de paz entre los dos pueblos estaba tambaleándose gracias a los actos de Pike y sus seguidores. Habían matado a terrestres, Clarke y Kane habían pedido más tiempo a la comandante para que su gente pudiera entrar en razón. Heda lo había permitido, porque había hecho una promesa a Clarke. Ambas eran líderes atadas a la responsabilidad de cuidar a su gente. Y ella creía en Clarke, en la esperanza de un futuro pacífico donde no hubiese más guerra y sangre. Clarke había cambiado todos sus paradigmas, todo lo que había creído eran las maneras de su pueblo. Sangre no debería tener más sangre. Había escogido una vez con su cabeza y había destrozado a la persona que más le importaba en el mundo. No lo haría de nuevo. Nunca más.

-Heda- Clarke dijo a modo de saludo-

Las cosas entre ellas no estaban muy claras. La culpa llenaba a Lexa a cada minuto, no podía olvidar las consecuencias de su decisión en Mount Weather, sería algo con lo que cargaría siempre. Lo único que deseaba era el bienestar de Clarke y nada más. No se creía merecedora de nada más. No podía ni siquiera aspirar por su perdón. Pero podía protegerla, podía proteger a su gente, podía asegurar su bienestar y felicidad en todas las maneras en que ella se lo permitiera. Por su lado, Clarke seguía herida, pero cada día tenía un entendimiento más profundo de como habían sucedido las cosas, entendía las razones de Lexa, entendía porque ella estaba en la misma posición, era una lider que había tomado decisiones que le atomertaban todos los días para salvar a su gente. Entendía, y la furia y el dolor se debilitaban a cada día. La protección de Lexa, sus palabras y sus acciones desde entonces, la debilitaban, ver su mirada y su sonrisa era algo que la dejaba sin palabras. Era más fácil intentar odiar a Lexa por lo que pasó en Mount Weather, solo que ella no podía hacerlo, no más. Quizá nunca pudo realmente.

-Clarke, ¿Está todo bien? ¿Necesitas algo?- Dijo Lexa, manteniendo su distancia y con voz reconfortante-

-Solo quería agradecerte por darnos más tiempo- Dijo Clarke-

-Espero sea suficiente, realmente espero- Dijo Lexa con un leve tono de preocupación-Si esto no funciona...- Lexa bajó la mirada pensando-

-Funcionará- La corto Clarke y se acercó un poco- Traeremos paz- Dijo Clarke buscando su mirada y dedicándole una leve sonrisa, una sonrisa reconfortante, llena de esperanza-

Lexa sin palabras asintió con la cabeza devolviéndole la sonrisa suavemente.

Clarke miró a la mesa el libro que Lexa estaba leyendo ¨Romeo y Julieta¨ de William Shakespeare.

-No hubiera imaginado que todavía hubiera copias de obras de Shakespeare en la Tierra, en el arca tuvimos una clase de literatura, recuedo su nombre- Dijo Clarke, Lexa asintió en entendimiento- Así que ¿eres fan del romance?- Añadió Clarke sin haberlo pensado mucho y arrepintiéndose en el instante, Lexa pudo notarlo en sus facciones-

-Disfruto leer sí, hay una gran biblioteca a la que puedes acceder cuando quieras, hemos podido rescatar muchos libros a lo largo de los años- Dijo Lexa con un tono de orgullo en su voz, después miró a los ojos a Clarke y añadió- En cuanto el romance, prefiero cuando no termina en tragedia- Añadió con un tono algo divertido aunque esperando la respuesta de Clarke-

-Por supuesto- Clarke sintió la intensa mirada de Lexa y tuvo que voltear a otro lado para que no notara su sonrojo-

Lexa sintió su corazón lleno de tan solo estar compartiendo esos momentos con Clarke. Una sonrisa imperceptible se dibujó en su rostro. En medio de todo el caos, de muerte y guerra, era algo surreal que se pudiera sentir de esa manera con la mera presencia de Clarke. Quería saber más sobre ella, sobre su vida antes, quería conocer sus miedos y más grandes sueños. No sabía si Clarke se lo permitiría, así que con algo de duda preguntó.

-Clarke, ¿Cómo era allá arriba?-

Clarke pudo escuchar la genuina curiosidad en la voz de la comandante, el cuidado y la duda que se escondían detrás. Como si estuviera dispuesta a tomar sus palabras de vuelta en caso de que esto la incomodara. Clarke la miró por un segundo muy largo antes de contestar. Era Lexa, era Lexa y eso ya la hacía sentir segura.

-La vista era increíble, podías ver muchas estrellas y la Tierra, enorme, cerca y tan lejos. La Tierra siempre fue mi sueño. Sentir la tierra debajo de mis pies, escuchar un río...-Clarke sonrió de lado al recordar. Lexa la miraba con atención-Mi infancia fue buena, tenía a mi madre y a mi padre, eramos una familia muy unida, aunque las restricciones en el Arca eran muchas nosotros siempre encontrabamos lo bueno-Clarke hizo una pausa, al recordar la muerte de su padre, Lexa solo la miraba esperando, sin pedir nada pero presente, reconfortándola con solo su mirada- Mi padre... fue expulsado del Arca por intentar avisarle a la gente que el Arca se estaba quedando sin oxígeno, yo también lo sabía, por eso me pusieron en una celda, no mucho tiempo después de eso me mandaron aquí para saber si se podía sobrevivir en la Tierra- 

-Lo lamento mucho Clarke- Dijo Lexa, con voz fime y suave- 

Clarke solo asintió mientras se perdía en los ojos de Lexa que seguían mirándola, estaba bien, se sentía bien poder hablar con Lexa acerca de su vida. Su mirada la reconfortaba y le daba fuerza, se sentía bien que ella la conociera.

-Tengo la impresión de que te gusta el arte y disfrutas dibujar...- Dijo Lexa con un poco de duda en su voz, Clarke la miró, sus facciones  preguntandóle en silencio cómo es que ella sabía eso- He notado la atención que le pones a cierta decoración de la torre... Así que he conseguido un lienzo y materiales que puedes usar si así lo deseas-

Clarke sonrió emocionada al ver lo que Lexa hacía referencia. 

-Gracias Lexa-

Lexa solo asintió y sonrió levemente al ver la emoción de Clarke.

Clarke, pronto se acercó y empezó a inspeccionar todos los suplementos de arte que ahora podia usar. Lexa se dirigió a su sofa y tomo su libro de vuelta mientras se recostaba y volvía a leer. Un cómodo silencio se instaló entre ellas, Lexa leía y Clarke comenzaba a dibujar trazos tenues en un lienzo. Podía quedarse ahí por siempre, simplemente disfrutando de la presencia de Clarke. Clarke se sentía en paz, más en paz que nunca desde que llegó a la Tierra, en esos momentos, aunque pudiese acabar pronto, podía olvidarse de todo y estar presente en ese momento.

-¿Clarke?-Murmuró Lexa soñolienta con el libro en su regazo-

-¿Sí?-Clarke respondió saliendo de su concentración en los trazos que dibujaba-

-Gracias por confiar en mi- Dijo Lexa en voz clara pero suave, casi imperceptible-

Clarke la vio, con los ojos cerrados y su respiración suave y relajada, estaba a punto de quedarse dormida. Clarke sabía que Lexa no solo se refería al momento que habían compartido antes, pero a lo que pasó después de Mount Weather. Clarke sabía que Lexa estaba siendo completamente vulnerable y honesta ante ella. Sabía que ella realmente sentía sus palabras en todos los sentidos. Y eso le quitó el aliento. 

Así que cuando sus trazos dibujaban en el lienzo el rostro tranquilo y dormido de la comandante no le sorprendió en absoluto. 

¡Este me gustó mucho! Espero a ustedes también.


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⏰ Última actualización: Dec 21, 2020 ⏰

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