Yuri ni siquiera se dio cuenta cuando estaba sentada en una de las sillas del salón con la menor viéndola. —¿Me podrías explicar esto? —Preguntó meneando las notas en su mano. —Por favor.
La mayor no dijo ninguna palabra. Todas se encontraban torpemente atascadas en su garganta. No sabía como decirle que le gustaba con su pequeño y torpe corazón. Quería decirles a todos por su propia cuenta que fue la dueña de todas las notas que recibió la chica más hermosa del instituto. La única a la que le había hecho caso. Las noches que pasó en vela intentando encontrar las palabras correctas para confesarse nunca valieron la pena. El miedo la cegaba y por fortuna encontró una mejor manera de demostrar sus tontos sentimientos.
Se sintió una imbécil en cada momento que intentó acercarse a Yena. La mayoría de las personas que sabían de su situación le decían que debía abandonarla porque nunca le prestaría atención. De modo que nunca colocaba su nombre en los chocolates caseros que dejaba en su asiento y que al final del día, terminaban en un cesto de basura. ¡No era muy inteligente, la verdad!
¿Pero sería capaz de soportar la idea de que supiera su nombre en ese entonces?
Su pequeño enamoramiento fue automático desde la primera vez que la observó.
Las notas fueron su último intento.
Yena apartó su mano y buscó una silla para luego sentarse frente a la pelirroja. De ese modo, podían verse fijamente y la mayor estaba casi obligada a verla. El estar de esa forma, le recordaba a uno de esos tantos días en los que soñaba despierta y se imaginaba que se confesaba, ambas sonrientes. Pero para Yuri, aquello no sucedería hoy.
—Toma. —La pelirroja se sobresaltó y se sonrojó. Yena la había pillado observándola. —Antes de preguntar porqué me trajiste aquí... —Señaló todo su alrededor. —quiero que me leas lo que dicen tus notas.
Su piel se erizó y sus manos comenzaron a sudar rápidamente. Los latidos de su corazón fácilmente podían ser detectados entre el suave silencio que proporcionaban las cuatro paredes que las rodeaban. Su mirada yacía en las manos de la menor quien había extendido las notas hacia ella instándola a tomarlas. Yena mordía su labio inferior impaciente. —Y-Yo... no. —Pronunció nerviosa. —No puedo hacerlo, perdón.
—¿Por qué? —Se inclinó un poco ocasionando que sus rostros quedaran a solamente unos centímetros. El corazón de la menor retumbaba contra su pecho y se sentía nerviosa por tal cercanía, pero la expresión en su rostro decía todo lo contrario.
—Quiero escucharte. Quiero escuchar lo que dicen esas notas. Siempre tuve la curiosidad de cómo serías, o cómo sonaría tu voz. Así que quiero escucharte leer tus propias notas. —Movió su cabeza de un lado a otro, en negación. —Olvida eso, solamente léelas. Por favor.
La pelirroja recibió sus propias cartas. Sus manos temblaban y su corazón retumbaba más que antes cuando sus dedos se tocaron por una fracción de segundo.
—Lo haré pero... —Yena esperó. —¿Podrías darte la vuelta? —Su voz se hizo minúscula. La menor no pudo evitar reír ante la ternura que emanaba su voz y se dio la vuelta dejando su espalda a la vista de la chica. —¿Puedes comenzar? No quisiera perder más clases... —Habló. Aunque de alguna manera, le sentaba mejor estar junto a ella que estar en una aburrida clase.
La pelirroja se armó de valor y levantó su mirada observando el cabello lacio de la rubia. Abrió la primera nota enumerada con un O1, marcado con un bolígrafo azul.
—Todavía no sé como puedo acercarme a ti, aunque de verdad ni creo que pueda hacerlo. Ya sabes. Eres demasiado para cualquier persona, o eso suelo escuchar alrededor de los chicos que te conocen. En un momento me llegué a preguntar porqué te dejaba mis chocolates si al final los ibas a rechazar o regalárselos a alguien más. —Rió amarga provocando una pequeña pizca de incomodidad en la alta.
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Stupid Questions_(YULYEN)
Fanfiction❝Yena de un día a otro, empieza a recibir notas de color violeta con preguntas un tanto estúpidas, pero aún así, solamente las sigue contestando con indiferencia. Ni siquiera pasándole por la cabeza la identidad detrás de aquellas estúpidas pregunta...