Capítulo 4

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Descubriendo verdades

Gulf abrió los ojos dándose cuenta de que se había quedado dormido en la habitación de Mew. Su cuello le dolía como el infierno, ya que solo tenía un costado de su cabeza reposando en el brazo extendido sobre el colchón y la otra parte de su cuerpo permanencia en el frío suelo, estando en una posición no muy cómoda.

Al instante se percata de un agarre firme sosteniéndolo de la mano que mantiene en la cama y dirige su mirada hacia su mano, dándose cuenta de que permanece entrelazada con la de Mew. Pestañeó por unos segundos, des entrelazando sus manos al sentir una corriente con el contacto de la piel de aquel.

Qué diablos.

No sabía en qué momento había caído rendido y muchos menos tener la mano de Mew entre la suya.

Traga saliva.
Y se remueve el cabello, levantándose de golpe para salir de la habitación, antes que se despertara Mew, o eso pensó por un momento, al quedarse quieto en la orilla de la cama observándolo, mientras ve su semblante calmado, cambiando drásticamente, acelerando la respiración al ritmo que suelta un diminuto sollozo silencioso.

¡No!

¡Mamá!

Observó cómo Mew comienza gritar entre su sueño, ladeando la cabeza hacia los lados, para después, tantear con la mano en el colchón, como si buscara el contacto de alguien. Los ojos de él se apretaban con cada gimoteo. Por alguna razón le preocupo. Y sin pensarlo demasiado, acercó lentamente la mano hacia su brazo para tratar de levantarlo, pero se queda quieto en el trayecto, al notar como abre los ojos de golpe, encontrándose sus miradas.

—Que haces — dice Mew con voz ronca, tratando de recuperar su agitada respiración, exhalando aire por la boca, sin despegar su mirada en la mano que mantengo al aire a unos centímetros de su brazo.

—Comenzaste a gritar...Quería levantarte — Gulf admitió secamente, bajando el brazo.

Gulf  ve como Mew se endereza en la cama quedando sentado sobre el colchón. La sabana que lo cubría se desliza, dejando al descubierto la mitad de su torso, algunos mechones de su cabello lucían desordenados por la almohada donde permanecía reposando.

—Los recuerdos me persiguen...son como un poderoso sueño liberando la realidad —musita Mew, desviando su atención a un retrato en su buró, donde está una fotografía de una mujer con una sonrisa en su rostro. El parecido de su cara es idéntico a la de él, al parecer es su madre que mantiene en aquel retrato. -Mi madre falleció hace unos años... - entreabre los labios queriendo seguir —Olvídalo —dice repentinamente, despojándose de la sabana para después levantarse.

Coloco una mano en su muñeca reteniéndolo, al notar a un costado de su abdomen una fina costura de hilo sellando una herida. Fruncí el ceño extraño.

— ¿Qué te sucedió?— mantengo la mirada fija en su piel.

—¿No lo habías notado? — Mew echa un vistazo al punto donde mantengo la mira.

Anoche por la oscuridad cuando entre a su cuarto y nublado por el maldito enojo, tal vez no me percate de la herida.

—Te dije que no aceptaras el trabajo —Mew se suelta de su agarre, caminando hacia el armario.—tal vez me quede cicatriz...como recuerdo después que asesinaran a mi guardaespaldas delante de mí —dice, acabando de abrir las puertas del guardarropa, despojando de un gancho una camisa beige.

Qué demonios estaba diciendo Mew.

Pensaba que solamente Kaownah había mandado a matar al guardaespaldas, no lastimar también al hijo de Suchart.

Tied to you || MewGulf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora